martes, 9 de febrero de 2016

EL EJERCITO NACIONAL EN LOS AÑOS CUARENTA. Ausencia de liderazgo


                                                                 General Patricio Lloret Orellana


El entorno mundial


Durante el siglo XX, el siglo de las luces, hubo 31 años de guerra, en un conflicto mundial que arranca el 28 de julio de 1914, con la declaración austriaca de guerra contra Serbia y la rendición del Japón en 1945. La crisis económica de los años 20 instaló en el poder, tanto en Alemania como en el Japón, a las fuerzas políticas del militarismo y la extrema derecha, dispuestos a romper el statuo quo de la I Guerra mundial.

El 1 de septiembre de 1939, 44 divisiones alemanas se desbordaron sobre la frontera polaca. Un millón doscientos mil hombres se enfrentaron en el inicio de lo que sería la II Guerra Mundial, una guerra que se inició como un conflicto exclusivamente de Europa. Ese mismo día el Soviet Supremo movilizaba a la juventud rusa y maniobraba políticamente para que las potencias occidentales declaren la guerra a Alemania. El 3 de septiembre, Inglaterra y Francia le declaraban la guerra al III Reich.

El pueblo polaco sufría los rigores de la guerra, sin entender que habían sido manipulados por secretas y malévolas maniobras internacionales. La campaña polaca terminó en 27 días, producto de un doble envolvimiento de los flancos enemigos, y Alemania empezaba a prepararse para una guerra que no quería con Occidente y una que si quería con Oriente. No pudo evitar pelear en dos grandes y difíciles frentes.

La década de los cuarenta fue de grandes realizaciones bélicas, de descubrimientos tecnológicos para facilitar el movimiento de los ejércitos, de un enorme adelanto de la aviación militar en apoyo de las fuerzas terrestres, de un gran apoyo de fuego con los  obuses de la artillería; y, la velocidad de las divisiones blindadas. En mayo de 1940 tenía lugar el paso de las Ardenas, que para muchos de los estrategas les parecía imposible de ser ejecutado. El sistema fortificado de Eben Emael, en Bélgica, considerado infranqueable, era vulnerado por 78 ingenieros paracaidistas que descendieron al corazón de las fortificaciones. Cuatro mil paracaidistas descendían cerca a la capital de Holanda y la obligaban a capitular.

La guerra de envolvimiento había llegado a su máxima expresión en la batalla de Flandes; 945.000 aliados estaban siendo cercados. Dunkerque fue el escenario en donde los ingleses pudieron, precipitadamente, salvar sus vidas, dejando abandonado casi todo el equipamiento de su ejército. Cálculo político de Hitler para no enardecer más a los ingleses-dicen algunos autores- la orden de alto a sus blindados frente a Dunkerque. París cayó en manos de los alemanes a pesar de armas y pertrechos entregados por los Estados Unidos. 

A partir de junio de 1940, Alemania emprende la movilización de más de dos millones de soldados hacia el frente oriental. Era el inicio de la guerra con Rusia. Se inicia la operación Seelowe (León Marino) para efectuar un desembarco en Inglaterra, que nunca se dio. En diciembre de este año, Roosevelt presionaba al Congreso para aumentar la manufactura de armas y enviarlas a los aliados, rompiendo de esta forma la neutralidad que había anunciado el gobierno americano.  El año terminó victoriosamente para Alemania que se preparaba para atacar a Rusia con una disminución de su potencial bélico en cerca de un millón de hombres destinados a vigilar más de un millón de kilómetros cuadrados de territorio hostil.

El 22 de junio de 1941, la operación "Barbarroja" de Alemania contra Rusia marcaría el inicio de la derrota alemana en la  II Guerra Mundial. El año culmina con el ataque japones a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, ataque que constituyó una sorpresa para los alemanes,una salvación para los ingleses y el involucramiento de los americanos en la guerra. La alianza de los Estados Unidos con Rusia, para derrotar a Hitler, constituye posiblemente lo más importante y decisivo de la II Guerra Mundial,comunismo y capitalismo juntos.

Entre 1942 y 1944 se dieron grandes batallas: las del Atlántico que mandó al fondo del mar, siete millones de toneladas en barcos; la del Alamein que conllevó la derrota de Rommel frente a Montgómery, cuya superioridad numérica era apabullante en el campo de batalla; el cerco de Leningrado y la batalla de Stalingrado que estuvieron a punto de caer en manos alemanas, a no ser por la presencia del general "invierno"; la campaña de Birmania, una de las más notables dentro de la guerra de posiciones; el desembarco en Marruecos y en Argelia, con bases de partida en los Estados Unidos y 10 mil kilómetros de aproximación marítima; el desembarco de Normandía con el cual prácticamente se inicia el fin de la guerra.

Enero de 1945 encuentra a los aliados en franca contraofensiva  en el frente occidental, obligando a los alemanes  a retirarse detrás del Sarre. Los americanos llegan a Dusseldorf, los ingleses cruzan el Mosa. Toda la Renania pasa a manos de los aliados. Se iniciaba la liberación de los prisioneros desde los campos de concentración, en medio de un delirante júbilo de los sobrevivientes. La gran ofensiva rusa de invierno aísla la Prusia Oriental del resto de Alemania, se apoderan de Eslovaquia, ocupan Varsovia y Viena. Berlín queda aislado y cae en manos aliadas a finales de abril. Mussolini es ejecutado, Hitler se suicida. El día 8 de mayo de 1945, a las 23 horas y un minuto Alemania se rinde.

El 6 y 8 de agosto de 1945, la destrucción de Hiroshima  y Nagasaki, y la amenaza sobre Tokio de correr igual suerte con el lanzamiento de otra bomba atómica, lleva a la rendición del orgulloso ejército y pueblo japones, cuya defensa de su patria constituye un ejemplo de dignidad y patriotismo. Al término de la guerra, el mundo fue el más grande perdedor, en todos los ordenes. 

El escenario mundial tuvo importantes cambios luego de culminar la II Guerra Mundial. Fue el inicio del final del sistema colonial, Siria y Líbano se independizaron en 1945, la India y Pakistán en 1947, Birmania, Ceilán, Palestina  y las Indias Orientales holandesas en 1948. Desapareció el fascismo, el nacionalsocialismo, y la derecha política sufrió un serio deterioro.

En el campo militar se inventa el radar, el motor a reacción. Se dan los primeros pasos para utilizar la electrónica  en su empeño por acceder a la información dela postguerra. La empresa civil hace uso de la tecnología militar para mejorar sus procesos comerciales.

El arma resolutoria de las batallas fue la blindada, especialmente en el ejército alemán. La aviación de alguna manera reemplazó a la Artillería en la preparación, ruptura y apoyo de las grandes ofensivas. La caballería desapareció de la contienda bélica. La infantería consolidó su poder de ocupación, acortando sus largas marchas de aproximación, embarcados en medios mecánicos.  La fortificación permanente fracasó, no así la fortificación de campaña que logró éxitos en Leningrado, Stalingrado, Moscú. Los cohetes antitanques se convirtieron en un dolor de cabeza de las unidades blindadas. Las bombas atómicas fueron resolutorias de la guerra, por su enorme poder explosivo. El paracaidismo tuvo su mayor esplendor con sus operaciones a la retaguardia del enemigo.


El escenario nacional 


La democracia en los años cuarenta fue menos turbulenta que la de los años treinta, en la cual pasaron por Carondelet , nada menos que 17 gobiernos de diferente matiz político, y cuyas consecuencias se sintieron especialmente al inicio de 1941, con la invasión peruana, y posteriormente, con la firma del Protocolo de Río de Janeiro en el año de 1942.

El gobierno de Arroyo del Río fue el resultado del mayor fraude electoral de la historia nacional. Desde el inicio de su mandato, las libertades ciudadanas se vieron conculcadas, gobernó a través de facultades omnímodas entregadas por el Congreso Nacional, en el cual, la gran mayoría de sus miembros, pertenecientes al partido liberal, también accedieron a sus curules por medio del fraude. Confinó, expatrió, encarceló y torturó a los ciudadanos a fin de gobernar conforme al estilo que siempre lo manifestó: "con mano de hierro". Durante la invasión peruana y luego de ella, se endurecieron las persecuciones y la prensa permaneció amordazada.

El objetivo fundamental del gobierno de Arroyo fue el de impedir que el Ejército siguiera interviniendo en la política nacional, como si esta Institución por resolución propia lo hubiese hecho en el pasado. Fortaleció el Cuerpo de Carabineros, creado por el general Alberto Enríquez Gallo, el 2 de marzo de 1938, y lo equipó con armamento propio de las Fuerzas Armadas. Incentivó una pugna permanente entre las dos instituciones de la fuerza pública, la misma que provocó enfrentamientos con resultados funestos para la República.

La"Gloriosa" del 28 de mayo de 1944, iniciada en Guayaquil y respaldada en todo el país, por los ciudadanos y las Fuerzas Armadas, desconoció al gobierno que traicionó a su patria, al no disponer  el empleo de las unidades militares en defensa del país. La presencia de Velasco Ibarra, cuyos antecedentes como gobernante no eran de los mejores, calmó los ánimos exaltados del pueblo ecuatoriano, reprimidos durante la permanencia del gobierno traidor.

El segundo periodo velasquista se vio interrumpido por dos hechos políticos que le llevaron a la renuncia de su cargo: un auto golpe de Estado con el fin de promulgar una nueva Constitución, la misma que fue elaborada por una Asamblea Constituyente, y que además, volvió al país al cause democrático al nombrarle Presidente Constitucional y, una aventura sin beneficio de inventario propiciada  por su ministro de Defensa, coronel Carlos Mancheno, producto de disputas personales. El resultado, un nuevo enfrentamiento armado entre unidades del Ejército, en el sitio denominado "El Socavón", en las cercanías de Ambato. Se hizo cargo del poder el presidente del Congreso, Mariano Suárez, el mismo que días más tarde entregó el mando del país a Carlos Julio Arosemena Tola.

Los dos primeros años del gobierno de Galo Plaza Lasso dan término a esta década, la misma que será recordada como la más trágica del país, al haber perdido una guerra que no combatió, y que le costó al Ecuador una gran parte de su territorio.

En el campo militar, las Fuerzas Armadas no pudieron recuperarse del estigma de una guerra en la cual sus unidades que estuvieron preparadas(1), no pudieron ser empleadas en el cumplimiento de su misión fundamental, la defensa del territorio nacional. Un presidente que creyó ciegamente que los Estados Unidos no iban a permitir un conflicto bélico en América , y un mando militar sumiso al gobernante dieron como resultado la tragedia del año de 1941.

El Ejército sufrió durante el mandato velasquista, la permanente decapitación de sus mandos, lo que influyó decisivamente en la administración de la fuerza. Los gobiernos dela década de los cuarenta, no se preocuparon por la rehabilitación moral y técnica de los miembros delas Fuerzas Armadas,excepto el empeño puesto por el gobierno de Plaza, con la colaboración de la misión militar de los Estados Unidos, en la especialización de los oficiales en diferentes países, especialmente en las instalaciones militares de los Estados Unidos en Panamá.

En el campo económico, los productos de exportación no pudieron mantener, peor mejorar las condiciones del país, a más de  que, las consecuencias de la II Guerra Mundial se hicieron sentir con fuerza en todo el mundo.

El inicio de la década.


A partir de la firma del Acta de Lima en julio de 1936, las guarniciones peruanas fueron infiltrándose en la región oriental, especialmente a los puntos en los cuales los ríos comienzan a ser navegables. En el año 1938 se incrementa esta actividad y llegan desde teniente Pingle  y la guarnición de Soplin en el Santiago, hasta  Vargas Guerra en el río Morona. En septiembre de 1940 el destacamento peruano de Cabo Reyes estacionado en Numpatacaime avanza hasta el río Zamora y se ubica frente al destacamento ecuatoriano de Cumbaratza. Estos hechos, entre otros, fueron destacados por la prensa; “...ha llegado la hora de que se realice un cambio de rumbo en los organismos encargados de estos problemas, a fin de que, por medios más eficaces y más encuadrados en la época actual, se ponga un término decoroso a nuestra cuestión limítrofe”[2]

En el mes de diciembre, se destaca la presencia de tropas peruanas en la cercanía de Zamora. Se inicia  la conformación de Juntas Patrióticas en diferentes ciudades del país, especialmente en Loja. Se conforma la Junta Patriótica Nacional Interina, y se realizan manifestaciones populares en Quito, pidiendo al gobierno nacional la toma de decisiones ante el inminente ataque peruano.

El inicio de la guerra en Europa fue determinante para que la Misión Militar italiana que fue contratada en el gobierno de José Luis Tamayo, en enero de 1922, iniciara el proceso de retorno a su país. Con toda seguridad, la influencia de los Estados Unidos respecto de la permanencia en Ecuador, de una misión militar de un país aliado a Alemania, debe haber agilitado su salida, la misma que se dio oficialmente en agosto de 1940, conforme el anuncio realizado por el ministro de Defensa Nacional Galo Plazo Lasso, dando por terminado el contrato “por razones de carácter internacional”.

Al asumir el cargo de presidente, Arroyo del Río inició contactos con Estados Unidos para traer al país una nueva misión militar que asesore, inicialmente, a la Fuerza Aérea y a la Marina, asunto este, que sería determinante respecto a la posición del gobierno ecuatoriano en la defensa nacional y en el conflicto internacional. La ubicación de las islas Galápagos cercana al canal de Panamá resultaba de especial importancia para los Estados Unidos en su empeño de defender la “seguridad continental”, mediante bases militares ubicadas en el Archipiélago.

En el mes de octubre se nombra como Comandante Superior del Ejército al coronel Francisco Urrutia[4], y en el cargo de Jefe del Estado Mayor General, al coronel Cristóbal Espinosa[5]. Acto seguido, esto es, el 2 de octubre viaja a los Estados Unidos, invitado por el jefe del Estado Mayor, con el objeto de visitar institutos y unidades militares; en otras palabras, a concretar oficialmente, la presencia de una Misión Militar estadounidense en el Ecuador. Por datos de prensa, el país conocía en noviembre de este año, de la firma de un acuerdo entre el Secretario de Estado Cordell Hull y el embajador ecuatoriano Colón Alfaro.[6] En   este acuerdo publicado en la prensa, se hacía conocer que ha pedido del gobierno ecuatoriano, vendrían al país una misión naval y una misión de aviación militar, por un periodo de cuatro años.

Las noticias que diariamente publicaba la prensa, los informes que remitía el cónsul del Ecuador en Paita , teniente coronel Víctor M. Naranjo, los partes militares que  se remitían desde el escalón de seguridad ecuatoriano, las manifestaciones patrióticas en las diferentes ciudades del país, deben haber sido motivo de análisis del comandante del Ejército y de su Estado Mayor, como parte de un proceso de toma de decisiones que es normal en la carrera militar. Estos documentos por su carácter de reservados, posiblemente, no tuvieron la difusión necesaria que se requiere para comentar sobre sus conclusiones; de allí que,tengamos que echar mano de "Apuntes para la Historia"[7], cuya autoría es del coronel Urrutia, y con los cuales quiere justificar su cargo. 

Publica en su libro algunos oficios remitidos al ministro de Defensa Nacional, entre los cuales se destaca: “…mientras de nuestra parte mantenemos solo una débil y discontinua sucesión de destacamentos militares que solo representan soberanía ecuatoriana y visos de seguridad armada, detrás de la cual no hay una cobertura estratégica propiamente dicha”. Si eso había sido detectado por el mando, la solución no lo tenía el ministro de Defensa, era su obligación tomar los correctivos necesarios, disponiendo un ajuste del dispositivo con las unidades que si estaban preparadas para asumir la defensa del territorio.

 En otra parte de este oficio se lee, “…para salvar así la responsabilidad de omisiones que pudieran imputarse a este Comando, presento a la ilustrada consideración del señor Ministro las sugerencias siguientes”. Entre las sugerencias, destaco aquellas que eran de su personal responsabilidad y de inmediato cumplimiento:

-       - Completar las unidades de la frontera sur occidental, elevando sus efectivos al orgánico de movilización.
-       - Establecer almacenes de aprovisionamiento para las tropas de cobertura en las provincias de El Oro y Loja.
-    - Proceder a la distribución técnica del material de guerra, equipo, etc., en los centros de movilización adscritos a cada Comando de Zona Militar.
-      -  Mejorar la red de enlaces con hilos y sin hilos.
-       - Realizar con oficiales superiores viajes de reconocimiento y estudio de la frontera.

Las otras recomendaciones a las cuales hace referencia son de responsabilidad del Gobierno, al cual debía exigirle su cumplimiento. Si estas recomendaciones se hacían a finales de 1940, había un tiempo, aunque pequeño, para realizarlas y enfrentar el conflicto de una manera más digna y menos traumática para el país.

Con decreto 145 de 26 de diciembre de 1940 se dispone la reiniciación de la instrucción pre-militar en los colegios de enseñanza secundaria y primaria, a partir del 9 de enero del siguiente año, conforme lo establece la ley de 2 de diciembre de 1936. Se designa a las Escuelas de Artillería e Ingenieros, de Infantería y Caballería para que sean las encargadas de su ejecución, en Quito, los días jueves de 8 a 11 de la mañana. Se incluyen en esta instrucción a los alumnos de sexto y séptimo cursos de las universidades. Las Escuelas de Perfeccionamiento  estaban dedicadas a mejorar la preparación  de los oficiales, en sus diferentes especialidades, entonces, llama la atención tan poco sentido común para disponer a estas escuelas, tareas que son de responsabilidad de las unidades de combate, en las diferentes ciudades del país. 

Un siguiente decreto, el 146, reforma el reglamento de las Guardias Nacionales y dispone que su instrucción se reinicie el 12 de enero y que se efectúe los días domingos de 8 a 12 del día. Posiblemente, la inminente llegada de la Misión Militar de los Estados Unidos, lleva a disponer como obligatorio en las Fuerzas Armadas, el estudio del inglés.[8]

Al finalizar el año cuarenta, la amenaza peruana estaba claramente identificada por todos los organismos civiles y militares del país, excepto por el Presidente de la República. No quiso ver en los informes militares, en la prensa, en los servicios de información del exterior, la preparación bélica del Perú. Creyó que los países “amigos” (lease Estados Unidos)iban a anteponer sus buenos oficios para impedir una invasión militar peruana.

Tuvo miedo de que el pueblo ecuatoriano lo vote del poder, por ello mantuvo a las unidades militares en la Zona del Interior, para generar con “mano de hierro” lo que él denominaba el respeto a la democracia, a esa democracia a la  cual llegó a través del fraude electoral, como la única vía por la cual, su impopular figura podía acceder a la Presidencia de la República.Sus disposiciones estaban respaldadas por una élite política empeñada en recuperar el poder  perdido a raíz de  la revolución Juliana. 

Un año trágico para las Fuerzas Armadas y para el País.


El 1 de enero de 1941 el Presidente de la República despierta a los ecuatorianos con el siguiente mensaje: “…El país debe tener fe en el gobierno. Todo problema internacional requiere de una base indispensable para su solución: que el Estado al cual afecte se presente unificado. Tenemos que preparar al país”.[9] 

Inconsecuente con su discurso, dispone el licenciamiento de los conscriptos de las siguientes unidades: en la I Zona Militar los batallones “Eloy Alfaro”, “Esmeraldas”, “Atahualpa” y “Yaguachi”; en la II Zona Militar, los batallones “Vencedores”, “Pichincha” y  “Dávalos”; en la III Zona Militar, el “Jaramijó” y el “Tarqui”; y, en la IV Zona Militar, el “Guayas” y el “Imbabura”, en un calendario que iba del 1 al 22 de enero.[10] Con su firma dejó al país sin elemento humano preparado para enfrentar la agresión peruana. Lo que llama la atención no es la firma del decreto, sino el cumplimiento de la orden por parte del mando militar, conociendo la situación militar que se avecinaba. 

Y en el mismo informe de año nuevo reitera: “Estoy absolutamente resuelto a no tolerar que alguien pretenda aprovechar el sagrado sentimiento del patriotismo ecuatoriano para fines de política interna”[11]. “Dadme paz sólida y yo os daré un buen gobierno. El Ecuador debe presentarse siempre de pié, unido, sereno y altivo y hace votos por la perennidad de gloria y grandeza nacional”.[12] En  lo que corresponde a la Defensa Nacional, solo dice ““Para la defensa nacional, aspiramos a darle eficiencia, a fin de que responda a su alta finalidad”[13]. Da a  conocer la contratación de una misión aérea y naval en los Estados Unidos, la contratación de Panagra para la construcción y adecuación de aeródromos, y algunas actividades para el mejoramiento del Ejército. En el Presupuesto General del Estado se asigna al ministerio de Defensa Nacional, para el año de 1941, la suma de $ 24.676.930 sucres, que en porcentaje resultaba el 22%.

El año más difícil de la historia nacional había comenzado, requería más que nunca, la presencia de líderes en al ámbito civil y militar para enfrentar la agresión peruana. Los interinazgos de los años treinta habían dejado un Ecuador lleno de dudas en su ámbito político. Quienes ocuparon la primera magistratura no pudieron administrar el país, tuvieron que dedicarse a atemperar los ánimos de los políticos en el afán de conformar un gobierno constitucional.  Cuando su actuación no iba orientada en ese sentido, la intriga es la que ocupaba la opinión nacional y de ella nacía la desorganización en todos los órdenes de la nación. 

Así empezó el año de 1941 y por ello se convirtió en el calendario nacional, como el año más trágico de la Patria. Su preámbulo fue, sin lugar a dudas, el mayor fraude electoral de la historia a favor de Arroyo. Posteriormente se produjo el levantamiento militar de la Base Aérea de Guayaquil y la cárcel para sus mentores. Se nombró un mando militar que no supo liderar la defensa de la patria, y se eligió un presidente de excepcional oratoria pero vacío de liderazgo que creyó a pie juntillas que, la solidaridad continental liderada por los Estados Unidos, no iba a permitir jamás que nuestra patria sea ultrajada.

El 2 de enero la prensa ya daba a conocer de reconocimientos aéreos realizados por la aviación peruana sobre la frontera. El Comandante Superior del Ejército en el saludo protocolar de inicio de año solamente dijo “que esperaba que el nuevo año traiga nuevos horizontes de felicidad para el país, en estos momentos en que el mundo se debate en la lucha”. En los  días subsiguientes la prensa se encarga de informar que Nangaritza se encuentra en manos del Perú, que han sido tomados prisioneros 19 colonos del sector, que fue repelido un ataque peruano en la frontera sur, que había sido atacado el destacamento de Corral Viejo, que la Academia de Guerra del Perú realiza gira de estudios en la frontera con Ecuador, viajando en las naves de guerra de la Armada. El Gobierno envía a través de Cancillería, tibias notas de protesta y afirma que no enajenará los bienes del país para compra de armamento.

El 12 de enero, fecha que debe ser recordada, se congregan en Quito, 20 mil ciudadanos llenos de civismo, para formar la primera brigada de Guardias Nacionales. En su organización estaba el coronel Rafael Borja, jefe de la I Zona Militar, con la ayuda de las unidades de la plaza de Quito y de Tulcán. Los oficiales en servicio pasivo, al igual que la tropa formaban al mando del general Ángel Isaac Chiriboga. “La patria está sobre todo” dijo el mandatario en su discurso. Grupos de ciudadanos interrumpieron el acto pidiendo la libertad de los aviadores. El Presidente abandonó el lugar. Se interrumpió el acto, hicieron presencia los Carabineros. Se atacó el cuartel y  la Escuela del mismo nombre, se produjeron disturbios en toda la ciudad. Hubo muertos y heridos. La unidad nacional hecho pedazos.

En respuesta, el Consejo de Estado le concede facultades extraordinarias al Ejecutivo para declarar al Ejército en Campaña, aumentar sus efectivos y, como no podía faltar, en honor a la unidad nacional, apresar a aquellos que cometan actos revolucionarios. Por otro lado se suspenden los ejercicios militares y se moviliza al batallón “Córdova” a Puerto Bolívar, al mando del mayor Octavio Montaño.

El 24 de enero se firma  un tratado de no agresión entre Perú y Chile. El primero se apresura en confirmarlo, Chile lo niega; en todo caso, se firma un acta, al finalizar la visita del canciller chileno Miguel Bianchi a Lima, primer funcionario de esa categoría que visita el Perú desde la guerra del Pacífico. En esta acta, si bien no se especifica que es un Tratado de no agresión, se manifiesta que cualquier asunto controversial entre los dos países se solucionará por medios pacíficos. Se reafirma los principios de no reconocimiento de adquisiciones territoriales por la fuerza. Los indicios de la agresión eran absolutamente claros.

En Washington se posesiona Franklin Delano Roosevelt como Presidente de los Estados Unidos y se da inicio al compromiso firmado con este país para el asesoramiento militar al Ecuador. El coronel Walter Burguess es nombrado como jefe de misión en el campo de la aviación, y el comandante Joseph Bárbara en la parte naval. Bajo su supervisión se aprueban los planes para la organización y funcionamiento de las dos fuerzas. Se inicia la organización de la reserva aérea.

A finales del mes el Comandante Superior del Ejército pide la disponibilidad, la misma que fue rechazada en el gobierno por “falta de motivo justificado”. La prensa se reserva el derecho de publicar los motivos de su pedido. Nunca lo hicieron. La prensa empezaba a sentir la prohibición de publicar noticias relacionadas con la institución militar.  El 23 de enero se dispone el acuartelamiento de la primera leva de 1921; es decir, las once unidades que licenciaron sus conscriptos deben iniciar su preparación con la instrucción formal.[14] Los ciudadanos ingresan a las unidades el domingo 2 de febrero.

Carlos Manuel Larrea es nombrado ministro Plenipotenciario del Ecuador en Lima. Las persecuciones políticas a la oposición se incrementan a través de confinamientos de ciudadanos en diferentes ciudades del país. Los coletazos del 12 de enero se hacen sentir con mayor frecuencia.  La prensa destaca la presencia de Japón, Alemania e Italia en el territorio peruano. Se habla de 30.000 japoneses conformando un ejército civil al servicio del imperio, con mucha influencia en los mandos militares del Perú. Es el inicio de una serie de artículos orientados a demostrar la presencia y actuación de japoneses en el conflicto con el Ecuador.

Durante el mes de abril no se encuentra en los registros oficiales ningún movimiento en las filas de las Fuerzas Armadas, apenas se publica la concesión de pensiones jubilares a los oficiales y tropa que se retiran de la profesión. Se intensifica la censura de noticias militares impuesta por los funcionarios del gobierno. Se refuerzan las unidades militares peruanas en la frontera, se establece una misión religiosa peruana, en la orilla derecha del río Santiago; es decir, a menos de 100 kilómetros de Cuenca, junto al destacamento peruano de Chinganaza.

Las insinuaciones de países como Estados Unidos y Brasil para que no fructifique el conflicto ecuatoriano-peruano, llevan a cartas y pronunciamientos de las Cancillerías. Ecuador pide “lealtad en la negociación”, lo que genera protestas peruanas y desazón en los diplomáticos. El Perú no acepta disculpas de ningún género y más bien genera nuevos incidentes fronterizos; esta vez, soldados son atacados en el río Zarumilla e intentan adueñarse de la isla Alto Matapalo. Movilizan una brigada a Túmbez. En el país, tres aviones Curtis, de la fuerza aérea ecuatoriana se movilizan desde Guayaquil a Quito. Se inaugura el aeropuerto de Cuenca y se suspende por “las elecciones”, la instrucción de la reserva aérea. 
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En el mes de mayo, a pesar de las noticias alarmantes provenientes del Perú, el Gobierno arremete contra la oposición, secuestra una imprenta en la cual dice haberse elaborado hojas subversivas destinadas a los militares. Denuncian un complot a favor de Velasco Ibarra en Manabí, niegan la detención del general Enríquez Gallo. 

Se acusa a Juan Isaac Lovato de ser el principal instigador de un golpe de Estado. La mayor parte de comprometidos pertenecen a Vanguardia Revolucionaria, al Velasquismo y al Socialismo; mientras tanto, Argentina, Brasil y los Estados Unidos ofrecen formalmente su mediación en la disputa fronteriza. Piden finalizar el conflicto en beneficio de la defensa continental, ante el inminente peligro de que América se involucre en la guerra. “Debe reconocerse que actualmente la controversia presenta serias posibilidades de peligrosos desenvolvimientos. Otros componentes están inflamados por el odio y la violencia. El teatro de la guerra se extiende cada día a más anchos horizontes.”[15] El pronunciamiento del gobierno argentino no pudo ser más claro para el país entero; solo el Gobierno con Arroyo a la cabeza no quiso entenderlo. La Cancillería ecuatoriana acepta la mediación. Perú guarda silencio. El Gobierno nacional persigue a los políticos con su policía secreta. La prensa peruana comenta, “El Perú no debe abandonar su tesis de que el problema fronterizo es puramente un arreglo de la línea divisoria”[…] “Resulta que la amenaza contra la paz- si ésta realmente existe-es motivada únicamente por la política intemperante e irreconciliable del Ecuador”.[16]

Finalmente, Perú acepta los “buenos oficios” de los tres países. “Está dispuesto a resolver su cuestión limítrofe pero no a admitir una controversia sobre la nacionalidad de las provincias que lo integran desde hace 120 años”. “El Gobierno peruano no puede aceptar que se ponga en discusión su derecho soberano sobre Túmbez, Jaén y Mainas”.[17] Expresa enérgica protesta por pretensiones segregadoras de Ecuador. “No permitiremos que se discuta la soberanía de Túmbez, Jaén y Mainas. Así sabrán mejor los mediadores que no aceptaremos ninguna intervención extraña en el asunto”.[18]

La respuesta peruana era una demostración clara de que no quería ninguna participación de países en el conflicto; además, manifestaciones de todo tipo realizadas en el Perú aplaudían su respuesta.

El Perú, en las décadas de discusión limítrofe, tuvo facilidades para aplicar un método eficaz en la disputa, la de ir avanzando en los terrenos materia de la controversia.  “El Perú tendría que responder como Leonidas a Jerjes si cualquier juez intentara entregar al Ecuador territorios invadidos por el Perú”.[19] El Ecuador ha sido la eterna víctima de su política propia, en primer término, y de su confiada actitud de que se llegaría alguna vez al convencimiento de que las diferencias no pueden ser resueltas en la actualidad por la fuerza en América;[20] y diría yo,  el convencimiento de Arroyo de que los Estados Unidos no lo permitirían.

El 15 de mayo, seguramente como efecto del acuerdo para la presencia de una misión militar de los Estados Unidos, se consiguió de este país, la entrega de dos buques guardacostas. El inadvertido ministro de Defensa Nacional declaró a la prensa que los buques de guerra adquiridos a Estados Unidos, están siendo preparados para su viaje desde Panamá, asimismo, indicó que aviones contratados irán llegando poco a poco a Ecuador. Su mero anuncio fue objeto de protesta del Perú y hasta allí llego la negociación de las naves y los aviones. Argentina dice que no apoyara a ninguna iniciativa que el Perú pueda considerar inamistosa. Estados Unidos aclara sobre el traspaso de los buques. Perú se siente satisfecho y no tiene recelo de los mediadores.

En la víspera de la celebración del 24 de mayo, queriendo quedar bien con las Fuerzas Armadas y la oposición, el Dr. Arroyo, en magnánimo desprendimiento indulta a tres militares de tropa presos por el levantamiento de la Base Aérea de Guayaquil, el 12 de enero de 1940. El alto mando militar con Urrutia a la cabeza ofrece su adhesión al gobierno respecto al problema de límites. “Las Fuerzas Armadas en servicio activo no son sino un escalón avanzado de las que en el momento necesario estarán integradas por todos los ecuatorianos capaces de empuñar las armas para asegurar la efectividad de sus derechos territoriales”.[21] Nunca supieron cuando era el momento necesario, y si lo supieron, jamás pudieron exigir del gobernante el cumplimiento de su obligación de defender la Patria.

“Es la intención de los tres Gobiernos ofrecer en el futuro inmediato a los Gobiernos del Ecuador y del Perú, sugestiones acerca del método más práctico para que se efectúen conversaciones entre los representantes de las partes en disputa y representantes de los tres Gobiernos oferentes de sus servicios amistosos a fin de que se llegue a un pronto arreglo para el final y equitativo ajuste de la controversia”- dice el comunicado oficial del Secretario de Estado Cordell Hull.[22]

“Perú no juzga oportuno el momento para arreglar litigio limítrofe. Rechaza las propuestas conversaciones de representantes de naciones amigas y de países interesados. Estas serían características de una mediación que el Perú no ha aceptado. Perú estaría dispuesto a suscribir un instrumento político que garantice la paz entre las dos naciones. Así dice el comunicado de la Cancillería peruana en respuesta a los Gobiernos.[23] Se anuncia que tanques y carros blindados han sido desembarcados en el puerto de Talara.

Los titulares de la prensa nacional informaban el 3 de junio que grandes contingentes de tropas y armamentos concentra el Perú en la frontera con Ecuador. Que los buques de guerra están situados en puertos cercanos a Jambelí y Guayaquil. Que la fuerza aérea del vecino país vuela en actitud agresiva sobre las poblaciones ecuatorianas. El Comercio de Quito incluso hace conocer el nombre de unidades y de comandantes que se encontraban en la frontera. 

Por nuestra parte, todas las unidades operativas y logísticas que si existían, estaban en sus guarniciones de paz. Tan fuerte fue la sumisión de los mandos ante el gobernante, que no fueron capaces de movilizar las unidades?. El político, aquel que miraba solo sus intereses particulares y que buscaba únicamente mantenerse en el puesto al que accedió mediante el más grande fraude electoral de la historia seguía pensando que su mejor aliado, los Estados Unidos,  nunca permitiría que el Perú lleve a cabo su planificada invasión.

Aprovechó la fecha del 5 de junio para nuevamente congraciarse con los militares y sus opositores para indultar a los oficiales que propiciaron el levantamiento de la Base Aérea de Guayaquil, lo hacía-dijo-  en honor al día del liberalismo ecuatoriano. Los liberales por su parte, me refiero a aquellos que también fraudulentamente llegaron a las curules legislativas, expresaban su ponencia como Asamblea liberal en el sentido de que “es imperativo que el Ecuador de su más amplia cooperación en el Continente para la supervivencia de la democracia”. Vaya, que manera  de entender la democracia cuando el país estaba al borde de la guerra. ¡Que caretucos en palabras del actual Presidente!

Las noticias del cable hacían conocer las opiniones internacionales: “El Perú no puede discutir con el Ecuador los términos en que éste presenta la cuestión limítrofe”.[24]  En otras palabras, una declaración de guerra. “La guerra entre Ecuador y Perú, finalidad del Eje, se asegura. En Argentina se dice que la intervención de los Estados Unidos evitó a tiempo que se produjera”. “La guerra Ecuador-Perú instigada por agentes nazis”. Así se revela en los Estados Unidos después del apresamiento de un diplomático germano conocido como nazi uno. En el ámbito mundial, Alemania declaraba la guerra a Rusia el 21 de junio de 1941.
En este mismo mes, el Colegio Militar mandaba delegaciones de básquet a que jueguen partidos en Loja y El Oro, y en Quito se enfrentaban a la delegación de Costa Rica. En el centro de formación de oficiales no pasaba nada.

Todo estaba perfectamente planificado por el Perú. Los Estados Unidos, nuestro vecino en el norte y el resto de  países americanos sabían que la invasión peruana estaba en marcha, y que era cuestión de días para que esta se produzca. Sólo  el gobierno de Arroyo del Río lo ignoraba. Una vez más el Perú arremetía contra sus vecinos.

“A diferencia de las demás naciones indo- españolas, en efecto, el Perú no es solamente desordenado en su suelo, sino insolente, desleal, injusto y violento con los extraños, en especial con sus colindantes. Lo diga el Ecuador, su mayor víctima, para el que valen todas las camorras buscadas a la Gran Colombia en el primer tercio del siglo pasado…..lo diga Bolivia, haciendo memoria de los antecedentes del Tratado de 1831…. De la invitación a Chile a hacerle la guerra en 1840; sobre todo la contienda Perú-boliviana de 1841, cuando el vecino traicionero invadió sus tierras sin previo aviso de guerra…..que lo diga Chile con la guerra del Pacífico en 1879 y finalmente que lo diga Colombia, que siendo parte de la Gran Colombia lo enfrento en Tarqui”[25].

Julio de 1941: la invasión peruana se concreta


En los inicios del mes, la prensa nacional destina su mayor espacio a informar y comentar el desarrollo de la guerra en Europa. El editorial de El Comercio concluye que los graves acontecimientos de esta guerra han dejado en un segundo plano los acontecimientos relacionados con el conflicto sudamericano, y recaba de los ciudadanos ecuatorianos un mayor fervor y más entusiasmo, para conseguir nuestros derechos ante la conciencia de América. Destaca la importancia de la mediación en el conflicto. 

Ni siquiera las noticias de la guerra pudieron levantar el espíritu combativo de la nación.  En grandes titulares se publica las declaraciones de Stalin cuando dice: “Que no quede piedra sobre piedra, ni una libra de trigo, ni un tambor de gasolina. Que en las zonas ocupadas se organicen unidades para una guerra de guerrillas” No hubo en el país un líder que conduzca a la nación. El gobierno estaba empeñado en develar los golpes de Estado. El general Enríquez Gallo fue acusado de este intento, no faltó su intervención para desmentirlo. El 5 de julio se denuncia una nueva agresión peruana en la provincia de El Oro. Se informa que se ha abierto fuego sobre la guarnición de Huaquillas y luego se amplió a Chacras, Carcabón y Quebrada Seca. El ataque fue apoyado por aviación y artillería.

“Esta acción de las Fuerzas Armadas peruanas, por la forma como ha sido realizada, no puede tener el aspecto de un mero incidente de frontera, sino el de una agresión en el aspecto político y el de un ataque preparado desde el punto de vista militar. El gobierno ha tomado las medidas aconsejadas por las circunstancias y las seguirá tomando con la decisión que el patriotismo impone”[26]

“El gobierno cumplirá su deber y lo ha de cumplir sin debilidades” (…)”El Ejército nacional respalda al gobierno”. “Hemos sido grandes en los campos de batalla y en la conquista de nuestros derechos. El gobierno será digno del pueblo al cual representa.”[27] Oratoria de barricada. Inicio de una traición ala patria.

Cuando el Perú inició las operaciones militares  que configuraban una invasión al territorio ecuatoriano, las unidades del Ejército se mantenían en sus guarniciones de paz, de las cuales nunca salieron. En la provincia de El Oro se había organizado un Escalón de Seguridad, que en ese momento estaba al mando del teniente coronel Octavio Ochoa Ochoa,[28]

El Escalón de Seguridad estaba conformado por el batallón de Andinos “Cayambe”[29], batallón de Andinos “Montecristi”, compañía de carabineros del batallón “Machala”, el batallón de Ingenieros “General Córdova”, batería de Artillería “Sucre”. Los efectivos eran de 6 jefes, 35 oficiales y 868 de tropa. En el sector oriental, los efectivos ecuatorianos estaban constituidos por  tres batallones dependientes del ministerio de Defensa Nacional: “Patria”, “Ecuador” y “Oriente”, con sus respectivos destacamentos; así, en Rocafuerte: Redondo-Cocha, Lagartococha, Arcadia, Yasuní y Jibarías. En Putumayo: Puerto Montúfar, Cuyabeno y Jibarías. En Huachi: Andoas, Tonegrama. En Yaupi: Santiago y Morona. En Limón: Indanza, Unión. En Zamora: Nangaritza, Chaguar, Chito y Zumba. Se dispone la contratación de médicos para las jurisdicciones.[30]

“Pido al pueblo del Ecuador que tenga confianza en el gobierno, ya que aquí en el Palacio de Gobierno hay un grupo de hombres patriotas, de hombres resueltos a hacer que la dignidad nacional no sufra mengua y que el territorio patrio no sea jamás hollado”[31], dice entonces el presidente.  Mentiroso: la dignidad nacional estaba por los suelos y el territorio venía siendo invadido desde meses atrás. Se refiere también al servicio pasivo: “El Ecuador necesita de vuestros importante servicios, de vuestra presencia, para que cuando llegue el momento oportuno sepáis refrescar las filas del ejército activo….”[32].

El Presidente aún no conocía cual era el momento oportuno; sin embargo, la provincia de El Oro estaba siendo bombardeada. Las Guardias Nacionales estaban conformadas y pedían su traslado al frente de batalla, pero claro, no era el momento oportuno. Así lo confirma la comunicación dirigida al embajador peruano en Quito, por parte del Canciller Julio Tobar Donoso, el 9 de julio de 1941:  “…No pudo ni puede ser  agresor un país como el nuestro que, poseído de intima convicción, contrajo con los gobiernos de Argentina, Brasil y Estados Unidos, el compromiso formal de no dar paso alguno que perjudicara las relaciones existentes entre los dos países; que llevado de su espíritu pacífico y de su confianza en el Derecho, no ha querido aumentar los elementos que de ordinario conserva en la Provincia de El Oro, para la defensa local; y que se ha negado a corresponder a la acumulación de fuerzas hechas por el Perú, antes y después de ese compromiso, a lo largo de la frontera”. El espíritu pacífico y la confianza en el derecho le mutilaron al país.

A pesar de que todas las fuerzas políticas, económicas, laborales, estudiantiles y de todo orden se presentaron unidas en defensa del país, como se puede observar en las noticias de prensa de este año, el gobierno no fue capaz de canalizar el fervor cívico en defensa de la patria. “Los pueblos están pidiendo al Gobierno que despliegue su actitud de firmeza y por eso se agrupan, en unánime anhelo y en una sola voluntad”[….]“Es preciso organizar la nación contándose con todos los buenos elementos, lo que no se hace posible cuando prevalecen las distancias, originadas todas o casi todas en el azar de la política…..”[33]

En el país las marchas de adhesión al gobierno y el pedido de formar unidades de reserva se multiplican; incluso se pide conformar batallones de mujeres. La marcha cívica del 9 de julio fue la mayor exposición de patriotismo y solidaridad jamás vista en el país. “única en la historia ecuatoriana, fecunda en brotes de entusiasmo, en desbordamiento cívico, de nobleza de aspiraciones, en sentimiento de dignidad y de justicia”.[34]

La prensa americana dedico extraordinaria atención a las noticias referentes a los choques ocurridos entre Ecuador y Perú, destacando en sus comentarios una evidente inquietud acerca de las posibles influencias no americanas en la situación (se refiere al posible manejo de Hitler para iniciar un conflicto que afecte la unión americana ante la guerra mundial). Se insinúa desde Guayaquil la necesidad de formar un gobierno de concentración nacional para enfrentar la invasión peruana.

Se presenta la propuesta tripartita de mediación, con fecha 10 de julio por parte de E.U., Brasil, Argentina, orientada a que las fuerzas de los dos países se retiren 15 kilómetros de la línea del statu quo. Como observadores se propone a los agregados militares de los países en conflicto. A criterio del Gobierno esta propuesta no llena las expectativas pacifistas del Ecuador, por cuanto no consulta la solución global del problema. El Perú se complacía con la demora. Se publica un manifiesto del partido conservador pidiendo a sus miembros trabajar junto al gobierno para ir a la victoria. Al final la propuesta fue en el sentido de crear una zona neutral de 30 kilómetros; 15 a cada lado.

Las noticias de la prensa eran las únicas que mantenían informados a los ecuatorianos sobre la situación del país. De parte del ministerio de Defensa había un silencio total; de parte del gobierno, de vez en cuando la oratoria untuosa defendiendo el derecho que le asiste al Ecuador y su permanente apego hacia la paz. Los mandos militares haciendo coro al presidente. “La actitud de los soldados ecuatorianos debe encuadrarse en la actitud pacífica de América” afirma el coronel Luis Rodríguez al felicitar a sus soldados.

El 12 de julio, mientras los aviones peruanos volaban en la frontera, el Perú aceptaba con reservas la mediación de los tres países. En este mismo día, el gobierno de Arroyo establece mediante decreto “La Junta Patriótica de Cooperación para la Defensa Nacional”. La componen entre otros: Presidente del Congreso, Presidentes de los partidos políticos, Arzobispo de Quito, Presidente de la Junta Consultiva de RR.EE., Comandante Superior de las FF.AA (Urrutia), Gral. Angel Chiriboga Presidente de los militares en Servicio Pasivo, coronel Carlos Guerrero, presidente de la Cámara de Industriales, Directores de los diarios.

La función de la Junta, asesorar al Gobierno en temas de defensa, recaudación, custodia e inversión de las erogaciones realizadas y elaboración de reglamentos. En el campo de la defensa, el comandante del  Ejército era juez y parte del problema. En los otros campos, que asesoramiento podían dar si la decisión del gobierno era permanecer con los brazos cruzados hasta que su aliado y amigo, los Estados Unidos, le resuelva los problemas en aras de la defensa continental.

Posiblemente la presencia del general Chiriboga debe haber influido en el mando militar para que “solicite” la creación de una brigada de Infantería que pueda emplearse en la provincia de El Oro. La solicitud aceptada por el gobierno se transforma en orden telegráfica remitida por el Comandante Superior del Ejército: “Ante situación Gobierno decide crear V brigada que comandará coronel Luis Rodríguez”[35]

En el telegrama se dispone la conformación de la brigada, con un batallón de carabineros tomado de Guayaquil, dos batallones de infantería que marcharán desde Quito, el grupo de artillería “Mariscal Sucre”. Además, se subordinan a la brigada, los escalones de seguridad de El Oro y Loja. Se nominan en este telegrama los mandos de las diferentes unidades. En realidad,esta brigada no llegó a materializarse nunca. El resto de unidades estaban en el interior del país; es decir, el 30% combatiendo y el 70% cuidando que el Presidente de la República no se caiga del puesto. ¡Qué ironía! La conformación de la V brigada fue un fracaso del mando militar, al igual que la conducción del conflicto y la absoluta subordinación al mando político del país que les llevó al incumplimiento de su deber para con la Patria.

Al hablar del cumplimiento del deber, El Comercio decía: “En un Estado que reconoce una organización que tiene un sentido político y social, las fuerzas no pueden marchar dispersas; es el Estado que tiene su representante legítimo, el Gobierno, el que asumirá, la grave responsabilidad de la hora, pero también la necesaria unificación del deber”.[36]

Armarnos: No es un grito de guerra, es una voz de previsión- dice el editorial de El Comercio de 13 de julio: “Hasta ahora hemos confiado demasiado en que la justicia que nos asiste sea suficiente argumentación para defender la causa y el derecho del Ecuador”…” Debemos percatarnos de que la necesidad que tenemos de que el enemigo nos encuentre preparados”…” Tenemos que armarnos, tenemos que recibir la agresión sin la desproporción de que han querido abusar ahora los peruanos y que ha encontrado su justo castigo en la valentía de nuestras tropas.” “Entonces una consecuencia se desprende de todo lo acontecido y es la de que no es un gobierno ni es un régimen, sino una nación que tiene que tomar medidas para su defensa. Termina diciendo “Armarnos debe ser la divisa de los ecuatorianos ahora”.

En el campo internacional, Chile, un país históricamente identificado con el Ecuador, aprobaba , en algún momento,  los puntos de vista peruanos. El resentimiento nacía del hecho de no haber sido tomado en cuenta por los Estados Unidos en la conformación de los países mediadores.  “El Imparcial” de Chile decía: “Nada pudo impedir que nuestro país hubiera, siquiera, merecido el honor de ser consultado, como lo ha sido en toda ocasión, circunstancia esta que hubiera dejado a salvo su prestigio en el continente”.

Posiblemente la posición chilena puesta de manifiesto por la prensa hace que desde Brasil se ponga en conocimiento de Chile la propuesta de los países para prestar sus amistosos servicios. El gobierno chileno manifiesta que antes de proponer a los dos gobiernos, el retiro de sus tropas a 15 kilómetros de la línea del statuo quo, se recomiende la adopción de medidas adecuadas para evitar la reiteración de actos hostiles circunstanciales como los que se han cometido. En definitiva, propone la utilización de los acuerdos interamericanos ya existentes para este tipo de situaciones, entre ellas, la Convención de Mayo de Santiago de Chile, la Convención Interamericana de Conciliación y Arbitraje de enero de 1929 de Washington, la Conferencia de Paz de Buenos Aires de 1936.

La prensa insiste en la necesidad de armar inmediatamente al Ejército. “Los grandes acontecimientos no se hacen solamente a base de entusiasmo, ni siquiera de deber, sino con la preparación conveniente que debe anteceder a toda acción que sea resultado también de la inteligencia”.[37] Sobre el comportamiento del país y la entrega total del pueblo a su causa, sin la respuesta del mandatario, Benjamín Carrión decía en una de sus cartas que se publican en  El Comercio:  “Esta lección urgente, imperativa, importa una correlación de deberes, que vaya un poco más allá de la palabra sonora, del discurso numeroso, con periodos prolongados en tres rebotes líricos, que se extienden como los círculos de la piedra en el lago, como los temas musicales en la fuga.”

El círculo de la información se cierra mucho más, la censura de toda actividad militar se pone de moda en la política del Gobierno. “El pueblo ecuatoriano, este pueblo que lo da todo, quisiera que no se le oculte sistemáticamente, todo lo que ocurre en torno a su existencia, como en una logia masónica o una organización de Ku Klus Klan, el pueblo intuye que para nada le sirve el secretismo. Además, lo ha comprobado ya. El pueblo adivina que, tras el secretismo, siempre hay algo inconfesable y turbio. Que esta inmensa puesta de pie del pueblo, sirva para algo más que para tener auditorio propicio- no conseguido antes- para pronunciar discursos, sabidos antes de escuchado. El pueblo está listo para el sacrificio, listo para la salvación de la patria. Entréguensela verdades, dénsele confianza. Y en la hora, dénsele armas.”[38]

Se incorpora a la Junta Patriótica el general Telmo Paz y Miño, el mismo que, junto al general Ángel Chiriboga, lideraron el Ejército en las décadas del 20 y 30. Se hace público el procedimiento propuesto por los mediadores para el retiro de las tropas, en tanto que el Perú sigue acumulando fuerzas. En el ámbito internacional, el Perú había logrado crear un ambiente adverso al Ecuador, consolidando la idea de que la justicia estaba de su lado; nuestra Cancillería acumulaba notas de protesta.

Se acepta por parte del Perú el retiro de tropas, por cuanto-dice en su comunicado-  este se refiere simplemente a fuerzas militares acumuladas en las fronteras de Zarumilla y Cazaderos. Entre líneas, el Perú quería fijar la frontera oriental, por ello solo habla de Loja y el Oro, y quería anular por completo cualquier intención de mediación de los tres países americanos. Trata de suplantar al Ejército presente en la frontera bajo el disfraz de una Guardia Civil, con el fin de mantener sus mismos efectivos.

El Perú busca conseguir que la zona neutral propuesta por los mediadores este delimitada por líneas ocupadas en 1936, refiriéndose de esta manera al Acta de Lima de dicho año, según la cual los dos países se comprometían a respetar sus posiciones, es decir, la ubicación de los puestos avanzados que habían alcanzado las incursiones en la región oriental. Piden que las posiciones para el retiro de las tropas lo fijen comisiones de los dos países, lo cual, en otros términos era imposible. Por su parte la Cancillería ecuatoriana con demasiada ingenuidad (o disposiciones del presidente)  acepta dar todas las facilidades del caso para que se realice la separación de las fuerzas. El 20 de julio, el Perú pretende la indefinida postergación del arreglo limítrofe, para lo cual, busca eliminar toda intervención de los mediadores.

Recién el 22 de julio se reúne por primera ocasión la Junta Patriótica para la Defensa Nacional. Se conforman algunas comisiones: Información y Propaganda, en la cual se incluye el coronel Francisco Urrutia Suárez; es decir, el Comandante Superior del Ejército en una comisión que no podía ser cumplida, debido a la prohibición expresa del gobierno de entregar información de carácter militar sobre el conflicto. Y, propaganda, de qué?. En la comisión de defensa constan: general Telmo Paz y Miño, coronel Carlos Guerrero y nuevamente el coronel Urrutia. En la comisión de Relaciones Exteriores el general Chiriboga.

La Provincia de El Oro en manos de los peruanos.


El 23 de julio a las 02 y 30 de la madrugada se reinician los fuegos en la frontera, haciendo caso omiso de cualquier presencia mediadora. Al día siguiente se emite el primer comunicado oficial de la Cancillería ecuatoriana informando “que ya tenía conocimiento sobre los preparativos de un nuevo ataque de artillería y aviación, consumándose éste con un ataque repentino y simultaneo, sin motivo ni pretexto alguno”. Efectivamente, el gobierno conocía desde hace tiempo que el Perú preparaba la agresión. La prensa nacional y extranjera lo hicieron público, el Cónsul del Ecuador en Paita hacía conocer pormenorizadamente, día a día,  los movimientos de las tropas peruanas; sin embargo, el gobierno siguió creyendo en el apoyo de los Estados Unidos y los mandos militares no movilizaron unidad alguna desde el interior de la república.

A Loja llegó el batallón “Carchi” recién el día jueves 24 de julio, con personal acuartelado hace cuatro meses atrás. Desde Argentina, país comprometido en la mediación, se envía un telegrama pidiendo al Ecuador que "cese sus hostilidades". Definitivamente, la información del conflicto, desde el Perú, estaba adecuadamente canalizada. En nuestro país, “la critica convertida en sistema político, hace del problema limítrofe tema de conversación callejera, que no se detiene en el comentario que implicaría el entusiasmo del ciudadano por las cuestiones que le atañen tan íntimamente, sino que se convierten en comidilla y hasta en intriga política de la peor especie cuando no en calculo estratégico que confina en lo ridículo.”[39]

Para respaldar su ataque al Ecuador, el Perú, oficialmente informa que en un frente de 50 kilómetros, las tropas ecuatorianas han atacado, produciendo numerosas bajas en las tropas de su país. El corresponsal de guerra de El Comercio hace conocer telegráficamente de la muerte del mayor Galo Molina[40] en Quebrada Seca y advierte la presencia de tropas japonesas en el frente. Oficialmente no hay información, en su defecto, el gobierno dispone a la policía que controle los precios especulativos del mercado
.
El 25 de julio, la prensa informa sobre el llamamiento al servicio activo a los ciudadanos nacidos entre 1916 y 1919. El decreto ejecutivo no se publica en el registro oficial, en su contenido se dice que el llamamiento es para fines de instrucción. El subsecretario de Defensa, coronel Heliodoro Sáenz, lee el decreto a través de radio Quito y manifiesta “que el gobierno ha tenido que hacer una labor callada, una labor que por el bien del país, no debía pregonarse a los cuatro vientos….”[41]

La cohesión es un imperativo en estos momentos. La vida civil ecuatoriana es en tiempo ordinario, demagógica, arbitraria y desorganizada. Cada ciudadano es un caudillo y cada partido un elemento de desorden. Ha llegado la hora de tomar conciencia del deber ciudadano[42]. El New York Times decía: “la guerra entre dos naciones americanas es una amenaza para todas. Y de hecho-decía- hay fundados motivos para creer que los nazis esparcieron las chispas del conflicto”.

El 26 de julio, la esposa del presidente Arroyo (Elena) es nombrada “madrina de guerra”. Había que celebrar el acontecimiento bélico. El cañonero “Calderón” fue atacado por buques peruanos a la altura de Jambelí. Se inicia el éxodo de la población fronteriza por disposición del mando militar.

El sábado 26 de julio, a las seis de la tarde, el jefe de la V Zona Militar recibió la disposición de cesar el fuego en todo el frente, así lo disponían  los países mediadores. El mensaje telegráfico del coronel Urrutia al comandante de la Zona Militar, coronel Rodríguez: “Ahora que usted tiene relativa tregua, quiero expresarle mi cordial admiración a usted, sus oficiales y tropa que se han portado fieles hasta último momento. Serán citados con honor en Orden General. Las angustias del mando las hemos compartido, sin poder improvisar lo que el Ecuador en 120 años dejo de hacer para capacitarse para la defensa armada de su territorio. En mis órdenes fui tenaz en exigir sacrificios para salvar el honor del Ejército….”[43]

Desparpajo del comandante: Cuales fueron sus ordenes? Acaso no se capacitó para la defensa del país? Acaso no  conoció la historia del Ejército antes de mandar a la Institución? Acaso no se acordó de la movilización de 14.000 hombres realizada por Alfaro en 1910?.
¿A dónde hemos ido con esta política de imprevisión eterna empujada por las pasiones mas malsanas de la vida cívica de un pueblo?, se pregunta la prensa, y se responde, “a presentarnos hoy en el campo de combate adonde nos ha llevado arteramente la astucia de nuestros enemigos, en manifiesta inferioridad de condiciones que hacen más admirable el espíritu de sacrificio de nuestros bravos soldados…… Traición a la Patria han sido las continuas alteraciones del orden público que no nos ha dejado tiempo para armarnos, organizarnos, prepararnos. Las “reivindicaciones” patrióticas han desparramado los fondos de la nación en gastos que han ido a producir la riqueza de unos cuantos logreros políticos que abusaron de la candorosidad de este público nuestro, mientras la nación quedaba cada vez más escueta, más desamparada y a merced por lo mismo de todas las audacias.[44] Clara radiografía de la realidad del país.

En una crónica de episodios nacionales se dice sobre Arroyo: “Desde Córdova, pasando por el 9 de julio, hasta Martínez Mera, la personalidad de Arroyo del Río queda desdibujada. Permaneció cubierto de su escafandra. Alguna vez ponía el dedo en el tapete y lo retiraba tan pronto como empezaba la estridencia del cubileteo, ora acelerando, ora deteniendo el espíritu, sin arriesgar ni exponer la cabeza hacia adelante o hacia atrás. Con recelo, con marcada desconfianza, como pensando que, en la vida de la humanidad no se realiza nunca la finalidad que el hombre se propone en sí mismo, se espera en el auxilio de los demás. Por eso el Dr. Arroyo no ha sido nunca el personaje de su propia fantasía”.[45]

Se publica la muerte de dos oficiales carabineros en Quebrada Seca: subtenientes Antonio Gómez y Héctor Cordovez. El 30 de julio volvían a bombardear las ciudades de Machala, Pasaje y Puerto Bolívar. Sobre Guayaquil sobrevuelan aviones peruanos realizando actividades de operaciones psicológicas a través de hojas volantes que incitaban al pueblo a que se levante contra el gobierno constituido (a esta altura del conflicto, ya no era necesario). “La aviación fue tomada por los ecuatorianos como una adquisición útil que serviría para aligerar las comunicaciones y disminuir distancias; no había de ser instrumento para la destrucción. Pacifistas candorosos hemos comprendido dolorosamente y tardíamente el error en que nos encontrábamos”…[46]

“…No es tampoco totalmente culpable un país por haber depositado su confianza en los ideales americanos de paz, en las resoluciones firmadas por las 21 naciones americanas en las diferentes conferencias realizadas últimamente, en las palabras de amistad y fraternidad americanas que tantas veces se han escuchado en los últimos años, en los últimos meses, en estos días. Reconozcamos que todos hemos pecado contra la Patria en una u otra forma, por comisión u omisión.[47]

El Presidente del Brasil Getulio Vargas lamenta los acontecimientos. Edward Tomilson historiador americano escribe: “Ecuador, Colombia y Venezuela son para el canal de Panamá, lo que Egipto es para el Canal de Suez. Cualquier influencia política o económica que afecte a estos países, de cualquier parte hostil a los E.U. será un puñal que amenace el corazón del Tío Sam” Se complace porque las misiones militares de Italia hayan sido reemplazadas por los americanos.

Sin lugar a dudas, la campaña de información diplomática, militar y de la prensa peruana estaba destinada a convencer al mundo de que el Ecuador era el país agresor  y vaya que lo lograron. Recién, el 30 de julio se acuartelan los ciudadanos de acuerdo a decreto ejecutivo. Cuántas de estas levas fueron movilizadas a la frontera?. 

Pero había que guardar la imagen  de país amante de la paz:  “El Ecuador consecuente con su conducta internacional, agotó los medios pacíficos y puso fe en la gestión de los países amigos que ofrecieron sus amistosos servicios, y, en el afán de cumplir la palabra dada a dichos países de no hacer nada que agravara la situación internacional, no ha realizado hasta ahora la movilización, pues, para el servicio de seguridad de frontera destacó unidades del Ejército permanente que antes del 5 de julio no llegaban a mil hombres”.. “con dolor debo declarar que hemos perdido aproximadamente, unos cien hombres, entre muertos, heridos y desaparecidos frente a un número muchas veces mayor de bajas en las filas enemigas”.[48] Vergonzoso comunicado.

La información militar que debía ser puesta en conocimiento del país había desaparecido; la censura de prensa es un hecho por parte del gobierno, quien afirmaba que las comunicaciones con la frontera se habían cortado. La traición a la patria estaba consumada. Así lo confirma el Congreso Nacional al autorizar al Ejecutivo para que expida los acuerdos, ordenes y decretos de carácter  militar y económico que las circunstancias exijan, para que tome todas las medidas preventivas y coercitivas en el control de las publicaciones y noticias emitidas en cualquier forma y para el mantenimiento del orden público, para remover, nombrar empleados y funcionarios de cualquier orden o naturaleza, sin consideración al periodo de su duración que fijare la ley.[49] 

Pero claro, el Congreso, políticamente no puede quedar mal con el país. “Acuerda rendir a nombre del pueblo ecuatoriano un tributo de gratitud y admiración para esos patriotas y valerosos conciudadanos que han dado prueba elocuente de amor a la patria”. Igual acuerdo en homenaje a las provincias de El Oro y Loja y  protesta ante los hombres libres demócratas del mundo por la injusta agresión peruana, por los bombardeos, cañoneos y ametrallamientos a ciudades abiertas del litoral ecuatoriano y por la ocupación militar de la provincia de El Oro.- Protesta por el ataque a la Cruz Roja, ultraje a prisioneros de guerra, incendio de Macará. Asigna 50 mil para los huérfanos y viudas de los soldados. Decide lanzar un manifiesto a la nación y a América. Abrir un libro de oro en el Ministerio de Defensa  para que consten los donativos realizados para la defensa nacional; y, ponerse unos instantes de pie en memoria de los muertos, a más de repatriar los restos del subteniente de reserva Gustavo Ledesma, fallecido en Talara, por heridas de guerra”[50] . Pura polítiquería, nunca fueron capaces de exigir al Ejecutivo que se defienda la patria. Gustavo Ledesma fue ascendido pos-morten a teniente de la Guardia Nacional.

Se coloca en disponibilidad al coronel Francisco Urrutia[51], Comandante Superior del Ejército, el 4 de agosto de 1941. Nunca estuvo a la altura de las circunstancias, no fue capaz de movilizar las unidades a la frontera, al haber adoptado una actitud totalmente sumisa al Presidente de la República. El 6 de agosto se nombra ministro de Defensa Nacional al coronel Carlos Guerrero[52]. El 8 de agosto se reintegra al servicio activo a los coroneles Alberto Romero, César Maldonado y José Suárez[53]. Al primero se le nombra Comandante Superior del Ejército, con fecha 11 de agosto.

Se reincorpora al coronel Ing. Ricardo Astudillo y se le nombra comandante de la IV Zona Militar. Se organiza la V Zona Militar con asiento en Loja al mando del coronel Heliodoro Sáenz, quien se desempeñaba como subsecretario en el ministerio de Defensa. El nuevo mando militar logró conseguir que las unidades militares inmovilizadas por el Gobierno, se desplieguen con algún sentido de empleo militar. En Guayaquil se elaboraba un plan de defensa de la ciudad.

Se nombra una comisión especial investigadora compuesta por el general Juan Francisco Orellana, general Luis Telmo Paz y Miño, y doctor Luis Fernando Montalvo. La frontera seguía ocupada por tropas peruanas.[54] No conozco de ningún informe de dicha "comisión especial", posiblemente estén en los documentos reservados. La frontera seguía ocupada por tropas peruanas.

En el mes de agosto, con mediadores y todo, son atacadas las guarniciones orientales. En Nuevo Rocafuerte son tomados prisioneros y trasladados al Perú los médicos de la unidad Héctor Fabara  y Luis Cartagenova, los tenientes Washington Baquero, Ignacio Aguirre, Luis Acosta, Víctor Freire; subtenientes: Alberto Vinueza, Alfonso Lituma y alférez Galo Andrade. “Por sobre aquellos coroneles, o prescindiendo de ellos, las hostilidades continúan. Lo único que obtuvieron fue que el Ecuador desmovilizara sus reservas, con las cuales por lo menos hubiera defendido varias posiciones sobre las que avanzan las tropas peruanas.”[55]

En la provincia de El Oro, ocupan la población del Guabo e intentan incursionar sobre Cuenca. Porotillos, como antes el Portete de Tarqui, fue el cementerio de los peruanos, “26 muertos peruanos victimados a mansalva en plena tregua, son la más flagrante acusación de la alevosía ecuatoriana que tantas veces ha denunciado el Perú”[56]

México plantea la reunión de una Conferencia Interamericana para  tratar el asunto limítrofe. Colombia apoya la moción. Perú protesta y llama a sus reservas, decreta la movilización de ciudadanos entre 20 y 25 años. Ecuador calla.

Se nombran delegados de los dos países para establecer una zona desmilitarizada. Por Ecuador viaja a Talara el teniente coronel Cristóbal Toledo. Se entiende  por desmilitarizada, la ausencia de fuerzas de aire, mar y tierra en esta zona, excepto la Policía Civil vigilada por los observadores. La definición de la zona no implica reconocimiento presente ni futuro de título alguno de soberanía o justificativo ulterior para derechos de posesión. El Acuerdo entra en vigencia a partir de las 12 horas del 5 de octubre de 1941. La zona desmilitarizada será administrada por autoridades civiles ecuatorianas, bajo un régimen especial supervisado por los observadores militares. El acuerdo fue firmado el 2 de octubre.

El límite en el lado ecuatoriano quedó así: Punta Mandinga-Balao-Tenguel- río Tenguel-Pucará-hacienda Abañin- Guanazán-Buena Aventura- Celica- Guayacán-Zosoranga-Cariamanga- Amaluza-Zumba-Chito. La invasión peruana había conseguido sus objetivos, la firma de un Tratado de Paz sería cuestión de meses. El Comercio de Lima titula “La iniciativa de México y los buenos oficios de Argentina, Brasil y los Estados Unidos tienen el pecado original de la parcialidad”.[57]

Se asciende pos-morten al inmediato grado superior, por merito de guerra, al capitán Galo Molina, teniente César Chiriboga, subteniente Hugo Ortíz y subteniente Maximiliano Rodríguez.[58] 289 ciudadanos ecuatorianos tomados prisioneros por el Perú regresan al país. Observadores militares de los tres países supervisan la zona. La prensa destaca la incautación de 18 aviones bombarderos que el Perú compró a Noruega en 1939, por parte de los Estados Unidos, a fin de mandarlos a Rusia. Protestas airadas de los peruanos. Al día siguiente afirman que la compra se realizó en agosto del 41. Alemania apoya la protesta de Perú por los aviones bombarderos. Publican en la prensa peruana a oficiales ecuatorianos recibiendo instrucción técnica en los Estados Unidos.[59]

En la parte administrativa  de  Fuerzas Armadas, que prácticamente pasa desapercibida en los registros oficiales, se reincorpora al servicio activo el capitán de navío Juan F. Anda y se le nombra Comandante General de Marina.[60] Se convierte en reparto militar al Servicio Geográfico Militar y se asimila a la categoría de oficiales y tropa a todos los empleados civiles.[61] 

Por sobresaliente actuación en la guerra se asciende al inmediato grado superior a los siguientes oficiales: mayor  Miguel A. Estrella, capitán Gabriel Mogrovejo, capitán Moisés Oliva, capitán Nelson Chiriboga, capitán Julio Cabrera, teniente Jorge Gortaire, teniente Leonidas Plaza, teniente Ángel Zurita, subteniente Alfredo Zurita y  teniente Víctor Aulestia.[62] El teniente Plaza que pasó toda su carrera militar en el exterior, realiza declaraciones en las cuales afirma que el Ejército “estaba totalmente armado y equipado y que ha ganado todos los combates”. Sus declaraciones fueron publicadas con la aprobación de la censura que manejaba el Gobierno.[63]

Surgen otras prioridades.


El 26 de noviembre fallece en Santiago el Presidente de Chile Dr. Pedro Aguirre Cerda. Días antes, los Cancilleres de Argentina y Brasil le habían pedido que su país se una al grupo de mediadores del conflicto, a fin de tratar el tema en la Conferencia Americana prevista reunirse en Buenos Aires. Ecuador acepta la mediación. La posibilidad de que el tema limítrofe se trate en una Conferencia de países americanos le lleva al Perú a movilizar grandes contingentes de hombres y armas a Túmbez. En la ocupada provincia de El Oro se dedican a construir una carretera entre el Guabo y Sabalucal, a 10 kilómetros de Tendales.

El 8 de diciembre Japón declara la guerra a los Estados Unidos y Gran Bretaña, luego del ataque a Pearl Harbor. El conflicto limítrofe pasó a un segundo plano. La prensa informa que las fuerzas militares del Ecuador darán seguridad a las terminales aéreas de Panagra(compañía aérea americana). Todos los gobiernos de América respaldan a los Estados Unidos. 

El Gobierno ecuatoriano afirma que está decidido a cumplir todos los deberes de cooperación Panamericana; sin embargo, el litigio con el Perú-se dice- podría no ser tratado en la Conferencia, la misma que ya no se realizaría en Buenos Aires, sino en Río de Janeiro, bajo la presidencia del Canciller Arhana. “Estoy bien informado de las diversas pruebas por las que se ha manifestado la resolución ecuatoriana de fortalecer a base de los compromisos existentes la solidaridad entre las repúblicas americanas en la comunidad de sus propósitos, lo que probará ser uno de los  más fuertes pilares de la defensa de nuestra libertad”- dice Roosevelt al contestar la carta de adhesión del presidente ecuatoriano.

Una evidencia se pone en claro, a Estados Unidos le urge la reunión de los países de América, la guerra con el Japón es una guerra contra América. Perú se complace con el retardo para tratar su tema. La opinión pública, a través de la prensa pide a la Cancillería que actúe. Es necesario que culmine el conflicto entre Ecuador y Perú afirma el candidato a la Presidencia de Chile. Se planifica la Conferencia de Río sin incluir en ella ningún aspecto relacionado con la agresión peruana. La Cancillería hizo mutis por el foro.

A finales de diciembre, sin importar lo que venía sucediendo en El Oro, en donde los peruanos se dedicaban a incendiar instalaciones en Guabo y Pasaje, los partidos políticos buscaban  enfrentar a policías y militares. Pedro Saad es detenido. Con mucho acierto se ha dicho, que la democracia es la doctrina más expuesta a la inestabilidad, que es la conductora de los mayores males que pueden sufrir los pueblos. Se aprueba el presupuesto del Estado para 1942, en el rubro Ministerio de Defensa se asigna un monto similar al del año de 1941; es decir, 24,6 millones. Para el estadista Arroyo, en este campo no había pasado nada.

El año de 1941 estaba terminando, la tragedia política del país a lo largo de la historia, y muy especialmente a partir de 1930, le había conducido a que su suelo sea invadido, ultrajado y desmembrado. La falta de concatenación de deberes y responsabilidades entre quienes se preciaban de dirigentes, la presencia de partidos que proclamaban la exaltación patriótica, pero que buscaban la revuelta que les diera réditos, la absoluta sumisión y el temor de los mandos militares al Gobierno de turno, un Congreso elegido fraudulentamente, fueron entre otras, las causas que precedieron a la impunidad de la invasión peruana.

Si bien es cierto que América se sorprendió por la forma en que el Ejército peruano procedió con la población civil y con los bienes de los habitantes de El Oro, no fue nunca contundente para intervenir en apoyo de un país, cuyo gobernante creyó, con ceguera absoluta, que su “amigo”, la primera potencia del mundo, impediría la agresión peruana; lo que es más, establecido el choque armado en la frontera, la invasión formal se efectuó cuando los países “amigos” convinieron en la cesación de hostilidades, que respetada por el Ecuador dio paso a la ocupación de la provincia de El Oro.

La política del gobernante fue de silencio absoluto, de enclaustramiento, de sometimiento, incapaz de viajar y hacer conocer la situación del país en el ámbito internacional, incapaz de hablar con quien le prometió seguridad, incapaz de disponer la movilización nacional por el temor de ser sacado del poder. Los informes militares, la prensa nacional, el fervor cívico de sus ciudadanos, los hechos sucedidos en la frontera, especialmente en la región Oriental, desde 1936, por parte de los peruanos, no fueron suficientes para que el gobernante entienda  que la invasión venía siendo preparada y anunciada desde 1938. Su despropósito lo quiso endilgar al Ejército Nacional a través de su “lacrimoso”[64] libro que lo tituló “Por la pendiente del sacrificio”, al cual con la altura y  conocimiento de la historia lo contestó el general Marcos Gándara Enríquez, en su obra “El Ecuador del año 1941 y el Protocolo de Río”. Con sobrada razón el general Gándara lo encuentra “gran culpable de abandono del cumplimiento de su deber, como gran culpable había sido, antes, de omisión de la preparación de la Defensa Nacional, susceptible, por tanto, de ser juzgado  por Traición a la Patria en grado máximo”[65]

Después de la agresión. El Tratado de Río de Janeiro.


El año de 1942 se inicia con un reconocimiento a la acción naval de Jambelí, mediante el ascenso, por mérito de guerra, a capitanes de corbeta: Rafael Morán Valverde y Abraham Game; a alférez de navío: César Endara Peñaherrera, Manuel Nieto Cadena, Humberto Game Piedra, Efraín Cornejo Sánchez y Sergio Pazmiño Egas.[66] Por acciones de guerra se asciende al grado de teniente a Carlos Meneses; a subtenientes, Manuel Pinto y Oswaldo Montaño[67]

Con fecha 27 de enero de 1942 se nombra como ministro de Defensa Nacional al coronel Alberto Romero, en reemplazo del coronel Carlos Guerrero, quien en su renuncia aconseja al presidente firmar el Protocolo de Río, dadas las circunstancias de ocupación de la provincia de El Oro y la absoluta falta de presupuesto para las Fuerzas Armadas. Como Comandante Superior del Ejército se nombra al coronel Ricardo Astudillo.[68] En el aeropuerto de Salinas se crea la Escuela Militar  de Aeronáutica con fecha 26 de enero de 1942.[69]

La absoluta falta de responsabilidad de Arroyo para defender el país, convencido de que “su amigo” los Estados Unidos impediría cualquier acto de guerra contra el Ecuador, nos llevó a la firma del Protocolo de Río de Janeiro. “El Ecuador ha cumplido hasta hoy (25 de julio 1941) su palabra dada a las tres naciones americanas que, en nombre de la fraternidad continental, le pidieron no hacer nada que pudiese perjudicar la armonía del nuevo mundo.”[70]

Estos mismos países mediadores, a la cabeza de los cuales se encontraba Estados Unidos, se olvidaron de la agresión peruana. Le recordaron al Ecuador que “era imposible dejar de tener en cuenta ciertos hechos” […]  y que “sería inamistoso ocultarnos la imposibilidad de prescindir de las realidades”[71] , con lo cual, se dio paso a que el tema limítrofe sea tratado al margen  de la Conferencia Interamericana y se obligó a nuestro país a ceder a las pretensiones peruanas, manteniendo como garantía de cumplimiento al territorio ocupado de la provincia de El Oro.

A las dos de la mañana  del 29 de enero, como colofón de la Tercera Reunión de Consulta, se firmó el Protocolo de Río de Janeiro. Las  consecuencias de su firma llevaron a la pérdida de nuestro territorio, respecto al establecido en 1936, al uso de su infamia en beneficio de una política barata y mentirosa, al conflicto de 1981 y al famoso “Pacto de Caballeros” que fue en última instancia el documento sobre el cual se trabajo en la firma de la paz, luego del triunfo militar ecuatoriano en el conflicto del “Cenepa”. El doce de febrero de 1942, a las 3 y 25 de la tarde se suscribió en Machala el Acta de devolución de El Oro. “Aquello que pudo pensarse que constituiría una asamblea de la solidaridad hemisférica que empezaría por restablecer el derecho vulnerado casa adentro, se tornó para el Estado ecuatoriano en el antro de una innoble conjura”[72]

El Congreso Nacional aprueba el Protocolo de Río de Janeiro,  con fecha  26 de febrero de 1942. F) Julio E. Moreno[73]. En la Cámara del Senado votaron en contra, el coronel ingeniero Sergio Játiva, el mayor Luis Benigno Gallegos y el Dr. Luis E. Vela. En la Cámara de Diputados hubo 9 votos en contra, entre ellos, el del coronel Humberto Albán.

Los años posteriores al conflicto.


La firma de un infame Protocolo de paz, luego de un conflicto en el cual nunca pudo emplearse el Ejército en su plena capacidad, debe haber dejado huellas muy profundas en los oficiales y tropa; sin embargo, las actividades que se desarrollan a partir de su firma, al interior de la Institución militar, no revelan un deseo de mejora sustancial en cuanto a su organización, funcionamiento y preparación de sus miembros para el cumplimiento de la misión dispuesta en la Constitución de la República.

En el área de preparación de las reservas se organiza dos cursos para oficiales de Infantería y Caballería, y dos cursos para sargentos de Artillería e Ingenieros. (74)

En la legislación militar se decreta una nueva Ley de Situación Militar y Ascenso[75], con muy pocos cambios respecto de la anterior. Una Ley de Guardias Nacionales con la finalidad de instruir a los ecuatorianos que no hayan servido en la Institución militar[76], la Ley Orgánica de Justicia Militar y el Código Penal Militar, con fecha 4 de abril[77], una Ley de Servicio y Trabajo Obligatorio en las Fuerzas Armadas con fecha 4 de mayo[78], un reglamento para Cursos Intensivos de Información para oficiales de Sanidad[79], y un reglamento para el Empleo y Adiestramiento de los Menores Repartos de Infantería.

Se publica  la Ley Orgánica para las Fuerzas Armadas, en la cual se mantienen los mismos órganos de mando y las mismas funciones y responsabilidades del Comando Superior del Ejército y la Aviación, del Estado Mayor General y de las Zonas Militares[80]; es decir, no se realizó ninguna evaluación de los hechos ocurridos en la frontera, de los que tanto se quejaba el coronel Urrutia. Entre lo destacable está la graduación del primer curso de pilotos en la Escuela Militar de Aviación, con sede en Salinas, bajo la supervisión técnica de la Misión Militar de los Estados Unidos, en enero de 1942; en junio se gradúa un segundo curso y en julio se inicia un tercero en la ciudad de Quito. A finales de año se aprueba el presupuesto para el ministerio de Defensa Nacional por 35,9 millones de sucres.

En los primeros días de enero de 1943, llegan desde los Estados Unidos, tres aviones AT-6 adquiridos por el Gobierno, al mando de pilotos ecuatorianos entrenados en dicho país, en base al acuerdo de cooperación vigente. Asimismo, a la ciudad de Guayaquil llegan por vía marítima 12 tanques Marmon Harrington “de doble comando y motor de seis cilindros a gasolina”[81]. El arribo de este material da lugar a la formación del primer curso de Caballería mecanizada para oficiales y tropa, a funcionar en el grupo de Caballería No 2 “Gral. Dávalos”. Sus instructores son oficiales preparados en los Estados Unidos: tenientes Reinaldo Varea, Carlos Arregui, Andrés Arrata, Alberto Serrano. Entre los alumnos consta el subteniente Alberto Donoso. La duración del curso fue de cuatro meses.[82] Un segundo curso solo para tropa se inicia en julio, con una duración de cinco meses. Se organiza la Escuela de Transmisiones, anexa a la Escuela de Artillería e Ingenieros, con personal de tropa y civiles.[83] El 4 de junio de este año, ingresan al puerto de Guayaquil, dos unidades navales que se incorporan al servicio de la Marina de Guerra, entregadas por los Estados Unidos para funciones de patrullaje. Pasan a denominarse como “9 de octubre” y “5 de junio”.[84]

La influencia de la Misión Militar de los Estados Unidos, más la participación de esta nación en la II Guerra Mundial da lugar a disposiciones que se emanan desde los altos organismos de defensa. En el Registro Oficial 800 de 28 de abril 1943 se publica el siguiente decreto: “Por resolución de la Junta Interamericana de Defensa se prohíbe que ningún departamento gubernativo ecuatoriano publique, transmita o emita noticias que se relacionen con la Defensa Continental o con las Fuerzas Armadas nacionales”. Organismos supranacionales gobernando el país.

Mediante decreto ejecutivo, se declara obligatoria la instrucción premilitar para todos los establecimientos públicos o particulares de educación durante los periodos lectivos del primero al cuarto curso, con alumnos de doce años en adelante;[85] mientras tanto, por los malos resultados obtenidos por el Colegio Militar, como colegio de enseñanza secundaria, y no haber correspondido al fin único de formar subtenientes, se deroga el decreto supremo de 7 de agosto de 1937. Se mantiene el nombre y pasará a ser el Instituto de reclutamiento de oficiales para las Fuerzas Armadas.[86] La misión militar pasa a asesorar a este instituto.

La materialización de la Escuela de Aviación en Salinas, la graduación de algunos cursos de pilotos, y las necesidades administrativas para su funcionamiento, determinan la necesidad de desligar del Ejército a la Inspectoría de Aviación, la misma que, conjuntamente con el Departamento de Aviación del Ministerio de Defensa, pasan a constituir el Tercer Departamento, con el nombre de  Comandancia General de Aeronáutica, mediante decreto ejecutivo 2091 de 31 de diciembre de 1943. Fue nombrado como comandante, el oficial del Ejército, mayor Bayardo Tobar Albuja.

El 16 de diciembre de 1943, el gobierno de Arroyo, que nunca se preocupó siquiera de evaluar las consecuencias del conflicto con el Perú, decreta la formación de una Comisión Nacional “que se encargue de examinar los problemas de la postguerra mundial que concierne al Ecuador, tanto desde el punto de vista particular como en relación con los demás países americanos y con los de otros continentes”[87]. La constituye con los ministros de RR.EE, Hacienda y Previsión Social. Un delegado de la Corte Suprema de Justicia, presidente, un delegado de la Junta Consultiva, ex ministros de Relaciones Exteriores, Hacienda y Previsión Social de los regímenes constitucionales que hubieren ejercido sus funciones en los seis últimos años.

También se integran el rector de la Universidad Central, el Presidente de la Comisión Ecuatoriana de Cooperación Intelectual, el presidente del Banco Central, un delegado de los bancos particulares, consultor jurídico de Relaciones Exteriores, un miembro de la Comisión Nacional ecuatoriana para la codificación del Derecho Internacional, el Presidente del Instituto Nacional de Previsión y un delegado del Consejo Nacional de Economía. Que cinismo verdad? El análisis de la guerra y sus consecuencias en manos de la burocracia.

No contento con ello, en contribución a la defensa continental, permite el alistamiento de voluntarios ecuatorianos para enrolarse en las fuerzas armadas norteamericanas, previa autorización del ministerio de Defensa Nacional.[88] Que contradicción del mandatario, en la guerra con el Perú, no permitió el empleo de las unidades militares. Se aprueba el presupuesto de las Fuerzas Armadas para el año próximo, en 49. 2 millones de sucres

La caída del gobierno traidor. 1944

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Los registros oficiales correspondientes al mandato de Arroyo del Río se publican hasta el 10 de mayo de 1944. En este lapso, no hay noticias importantes relacionadas con las Fuerzas Armadas. La revolución de mayo da al traste con el gobierno traidor a la patria, comandado por Carlos A. Arroyo del Río.

El alzamiento de armas se inicia en Guayaquil, el domingo 28 de mayo. El grupo de Artillería “Villamil” y el batallón de Infantería “Carchi”, atacaron el cuartel de Carabineros, el mismo que opuso una cerrada y planificada  defensa. Apoyaron el ataque, el batallón de Ingenieros “Chimborazo” y un reparto de la Infantería de Marina. En Riobamba plegaron el batallón de ingenieros “Gral. Córdova” y el grupo Mecanizado. En Cuenca se pronunciaba el batallón de ingenieros Esmeraldas.

El martes 30 se constituye una Junta civil y militar en Guayaquil. Por el Ejército se nombra al capitán Sergio Enrique Girón, del batallón Carchi. El coronel Humberto Rosales, jefe del  Estado Mayor General de las FF.AA., nombra al coronel Aquilino Vásconez como jefe de las fuerzas militares con la misión de develar el golpe en Guayaquil. Se intentó llevar tropas desde El Oro y Riobamba para contrarrestar el alzamiento, pero nunca se logró conseguir que estas tropas sean trasladadas hasta Guayaquil. 

Enfrentamientos entre militares y carabineros se produce en varias ciudades del país, al igual que enfrentamientos de ciudadanos civiles con los carabineros, en los cuales se dan muertos y heridos. Arroyo dimite ante el Consejo de Estado. El ministro de Defensa, a nombre de las Fuerzas Armadas hace conocer al país sobre su renuncia.  Se estima que el resultado de la toma del cuartel de Carabineros causó 120 muertos y 200 heridos; de estos, 7 muertos y 34 heridos correspondían a las Fuerzas Armadas. [89]. Muertos y heridos que podían haberse evitado si el principal culpable  de la traición a la patria hubiese dimitido su cargo, luego de su ruin papel en la defensa nacional; en vez de ello, los carabineros  y los pesquisas, cumpliendo las ordenes dictatoriales del Presidente de la República , persiguieron a tirios y troyanos.

Inicio de la época velasquista.


“Que el Ejército ecuatoriano interpretando el unánime deseo del pueblo, destruyó un aparente orden legal, basado en el Decreto Legislativo de Facultades Omnímodas, violatorio de la Constitución de la República, en el que se apoyó un Gobierno, fruto del fraude electoral, para atentar contra las libertades políticas y preparar el más escandaloso escarnio del sufragio, llegando a impedir que uno de los candidatos a la Presidencia de la República entrase al Ecuador”[90], reza uno de los considerandos  que contiene el decreto mediante el cual, asume la jefatura suprema de la Nación, el Dr. José María Velasco Ibarra.

Convoca a una Asamblea Constituyente  para el 10 de agosto y pone en vigencia la Constitución de 1906. Nombra como ministro de Defensa Nacional al teniente coronel Carlos Mancheno. Se da de baja a dos generales, 11 coroneles y 4 tenientes coroneles, inicialmente. Se derogan las leyes expedidas por Arroyo, el 11 de mayo de 1942, relacionadas con la Institución militar. Se ponen en vigencia  las leyes de 1938 y el Código de Procedimiento Penal de 1923”[91]

Se desconoce el grado de general a los señores Alberto Enríquez Gallo, Alberto Romero, Ricardo Astudillo, Marco León, Aurelio Baquero, Ricardo Villacreces y Guillermo Freile. Igual camino para 11 coroneles, entre ellos Octavio Ochoa, Virgilio Guerrero. Se quita pensión militar por un año a varios oficiales, se declaran desleales a las FF.AA. a los ex miembros de la Corte de Justicia Militar y se les quita las condecoraciones recibidas  a partir de 1935.[92] Estos distinguidos oficiales se opusieron al intento dictatorial de Velasco en 1935. El general Enríquez sacó varios remitidos en la prensa nacional, poniendo en orden a quienes intentaban desmerecer sus actuaciones.

Se crea mediante decreto, una comisión investigadora de manejos punibles en los que se incluye asuntos de carácter político y militar.Se crea un Tribunal de Justicia Especial para su juzgamiento. El 6 de junio se transforma el Cuerpo de Carabineros en Policía Civil.El 21 de junio el Ministerio de Defensa informa  que se enjuiciará al comando militar que actuó en los "incidentes de la frontera". Anuncia la detención del coronel Urrutia y la eliminación de generales y coroneles "para poder emprender en la reestructuración del Ejército con oficiales jóvenes". Se procede a detener a Julio Tobar Donoso, Vicente Santisteban Elizalde, coronel Aquilino Vásconez. Fueron llevados al cuartel del grupo de caballería Dávalos y al grupo de Artillería Mariscal Sucre. Se los coloca a ordenes de la comisión investigadora. Fueron puestos en libertad días después, con prohibición de salir de la ciudad.

El decreto afirma que las Fuerzas Armadas han sido víctimas de la traición y deslealtad de un grupo de sus propios miembros, quienes desde sus altos puestos de mando entraron al campo vedado de la política para obtener grados y prebendas. Que permitieron el abandono de las guarniciones militares . Al ser tan general la acusación, es difícil entender  hacia donde se dirigen los dardos de la política. Arroyo del Río salió del país hacia Bogotá el 1 de julio acatando el derecho de asilo que le corresponde.

Se dispone mediante decreto el juzgamiento de todos los ciudadanos que participaron en la dirección de los acontecimientos militares y diplomáticos que culminaron con el desastre sufrido por el Ecuador en 1941, a cargo del Presidente de la Primera Sala de la Corte Superior de Justicia. Se nombra un Tribunal Supremo de Honor integrado por los presidentes de la Segunda y Tercera Salas, y por los señores Ángel Modesto Paredes, Manuel Benjamín Carrión, Pedro Saad, y por los coroneles Pedro Concha y Rafael Puente.[93] 

Se suprime la Jefatura de Seguridad de El Oro.[94]Se decreta la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas[95], en la cual se incluyen, por primera vez, las tres fuerzas: Ejército, Marina y Aviación. Las Fuerzas Militares están constituidas por Fuerzas Armadas Permanentes, Reservas, Guardias Nacionales, Guardia Territorial. Se consideran como Armas al Estado Mayor, Infantería, Caballería, Artillería, Ingeniería y Tropas Especiales. Como Servicios: Intendencia, Sanidad, Justicia, Veterinaria y Remontas, Químico y Material de Guerra.

Se mantiene la Comandancia Superior del Ejército y el Estado Mayor General. Como centros de formación y perfeccionamiento: Academia de Guerra, Escuelas de Armas, Colegio Militar, Escuela de suboficiales y clases. Como organismo adscrito, el Servicio Geográfico Militar. Como organismos de colaboración del ministerio de Defensa Nacional: Junta Consultiva, Corte Suprema Militar, Auditoria General de Guerra, Junta Calificadora de Servicios. Si comparamos con la anterior Ley Orgánica, no hay cambios sustanciales producto de un análisis serio delas Fuerzas Armadas después del conflicto con el Perú.

Se crea un Consejo Táctico en el Ministerio de Defensa Nacional bajo la presidencia de Luis Larrea Alba, a quien se le reconoce el grado de general[96].Se crea el Grupo de Caballería No 2 “General Dávalos”, compuesto por el Escuadrón de Caballería No 2 General Dávalos y el Escuadrón Sables creado por decreto 236 de 30 de junio de 1944.

Mediante decreto de 14 de julio, se declara que los grados  adquiridos por los oficiales generales, superiores e inferiores que pertenecieron al Cuerpo de Carabineros no podían ni pueden ser reconocidos como grados militares, de aquellos que forman la escala constitutiva de la jerarquía de las Fuerzas Armadas. Años más tarde, un gobierno militares les devolvería los grados militares  Toma auge el nombramiento de oficiales asimilados para ocupar las vacantes de profesiones civiles. Las dos primeras antigüedades del curso de perfeccionamiento de tropa de las diferentes armas se hacen acreedores al ascenso a la categoría de oficiales de arma.

Con fecha 10 de agosto de 1944, el doctor José María Velasco Ibarra asume el cargo de Presidente Constitucional de la República. Se nombra Fiscales del Supremo Tribunal de Honor Nacional a los señores: coronel José Gómez González, Dr. Emilio Uscátegui y Sr. Leopoldo Benítez. Se declara día de la Marina de Guerra nacional, el 25 de julio, fecha en que se libró el combate naval de Jambelí.[97]

Nuevamente se reorganiza al Colegio Militar para el bachillerato fundamental de Ciencias y Letras, con el cuarto, quinto y sexto curso de enseñanza secundaria y curso militar posterior al bachillerato, bajo la exclusiva dependencia del Ministerio de Defensa Nacional. Los alumnos serán becados y supernumerarios. Los supernumerarios no podrán hacer el curso militar, salvo casos excepcionales.[98] 

Mediante decreto se concede amplio indulto por el resto del tiempo de las respectivas condenas a todos los miembros de las Fuerzas Armadas que hubieren sido sentenciados por la comisión de infracciones militares ocasionadas en los meses de julio y agosto de 1941, durante los incidentes fronterizos. No siempre es conveniente ampararse en procedimientos de esta naturaleza, dejando en su interior, aspectos que podrían haber merecido las condenas correspondientes.

El 1 de agosto 1944 se reincorpora al servicio activo al general Luis Larrea y se le nombra Adjunto Militar a la Embajada del Ecuador en Washington. Se reincorporan oficiales al Ejército, en todos los grados.[99]  En realidad, estas reincorporaciones, todas ellas de carácter político, le hicieron mucho daño al Ejército, al igual que los nombramientos de adjuntos militares luego de haber sido separados de cargos importantes, por parte del gobierno de turno.

Se crean con los nombres de mayor Galo Molina, capitán Cesar Chiriboga, capitán Carlos Díaz, tres batallones de infantería, y las que se organizaren en el futuro, con los nombres de Teniente Hugo Ortíz, Tnte Maximiliano Rodríguez, sargento Juan Torres.[100] Se crean en el Ministerio de Defensa Nacional, las subsecretarias de Marina y Aviación. Se nombra Comandante Superior del Ejército al teniente coronel Ángel Vaquero. 

Los Estados Unidos devuelven la base militar de Salinas, prestada por Arroyo del Río, a inicios del año 1942. Sus instalaciones construidas con el carácter de temporal serían ocupadas por los repartos del Ejército hasta el advenimiento del gobierno militar del general Guillermo Rodríguez Lara, quien dignificó la permanencia de sus miembros en dichas instalaciones, y en otras de igual procedencia en diferentes repartos del país.

Se organiza con carácter de estable el curso de la Academia de Guerra, bajo dependencia del ministerio de Defensa. En lo que concierne a nombramiento de alumnos, con decreto ejecutivo, y la parte económica bajo dependencia del Estado Mayor General. Empieza a funcionar el 15 de octubre de 1944.[101] Se aprueba un nuevo reglamento de uniformes para el Ejército[102]

Por ser gestores del movimiento de reivindicación y reconstrucción nacional, llevado a cabo el 28 de mayo de 1944, se condecora los estandartes de los batallones: grupo de Artillería No 5 “Villamil”, batallón de Infantería No 10 “Carchi”, batallón de Ingenieros No 2 “Chimborazo” y grupo de Reconocimiento, con la medalla de Servicios Republicanos 28 de mayo de 1944.[103] Carlos Mancheno, ministro de Defensa Nacional,  es ascendido al grado de coronel, el 7 de octubre 1944.

En Octubre, un nuevo curso de Fuerzas Blindadas es organizado por la misión militar, con una duración de seis meses.[104] El Comandante Superior del Ejército, Ángel Vaquero Dávila  y el Jefe del Estado Mayor, Benjamín Aguirre Sánchez son ascendidos al grado de coronel.[105] En el orgánico del Ejército se crea el cargo de Intendente General de las Fuerzas Armadas.

La doctrina militar de los Estados Unidos comienza a ser el eje sobre el cual se organizan los cursos y se elaboran los reglamentos; entre otros,  curso de artillería antiaérea, cursos en las escuelas de infantería y caballería, con una duración de 10 meses, reglamento de saludos y honores militares, reglamento para el Servicio Sanitario. Los pases de los oficiales se comienzan a dar mediante acuerdo ministerial. El 5 de marzo de 1945 se aprueba la nueva Constitución de la República.[106]

La Asamblea Nacional, en acto que le dignifica, deja sin efecto el decreto ejecutivo mediante el cual se desconocía los grados a oficiales generales y coroneles de la República. Se publica en el Registro Oficial, la carta remitida por Enríquez Gallo al presidente del Perú, en su calidad de Jefe Supremo de la República, sobre asuntos limítrofes. Por esta razón hay objeciones del Ejecutivo  para reconocer su grado, y de los otros oficiales, excepto Vaquero. Además le acusan de haber puesto al Ejército nacional en un plano de inferioridad frente a los Carabineros convertidos más tarde en fuerza de sustentación de la oprobiosa tiranía que concluyó el 28 de mayo, y que además, ellos no dieron prueba de sacrificio e iniciativa y contribuyeron al fracaso de la patria en 1941.[107] Las cosas de la política.

Desde Enero queda vacante el cargo de Comandante Superior del Ejército, quien es trasladado a Washington como segundo adjunto militar a la Embajada. La función es encargada al ministro de Defensa Nacional. El 23 de junio se nombra al coronel Abelardo Aguirre Sánchez como Comandante Superior del Ejército y al teniente coronel César Augusto Alfaro Alarcón como jefe del EMG. El 18 de julio este oficial es colocado en disponibilidad,[108] y reemplazado el 12 de abril del año siguiente, en forma interina por el teniente coronel José Frechou.[109] Que poco importantes se volvían estas funciones desde el punto de vista militar, pero difíciles de llenar sus vacantes desde la óptica política del país.

Es de destacar la organización, con carácter de estable, de una Escuela de Clases para todas las armas, con una duración de seis meses para cada curso. El perfeccionamiento de la tropa siempre había sido dejada de lado por las autoridades militares.[110] Se nombra como Director Técnico de esta escuela, al  mayor Lawrence Lahm de la Misión Militar de los Estados Unidos.[111] El grupo de Caballería No 3 “Alhajuela” cambia su nombre por el de “Cazadores de los Ríos”.[112]

Por resolución de la Asamblea Nacional, se condena ante la historia, al régimen de Arroyo del Río, como atentatorio a los más elevados intereses de la patria, e ingrato por tanto, al pueblo ecuatoriano. Impone al Dr. Arroyo la pena de reclusión mayor extraordinaria, de 16 años, la perdida de los derechos de ciudadanía y la confiscación de todos sus bienes. A Aurelio Aguilar Vásquez, ministro de Gobierno, la pena de 4 años y suspensión de sus derechos por 16 años.

Impone dos años de prisión, suspensión de derechos de ciudadanía por 8 años y multa de 200.000 sucres a: Carlos Roca Carbo, Vicente Illingworth, coronel Alberto Romero, Wright Vallarino, comandante Héctor Salgado, Pedro Hidalgo González, , José Ricardo Chiriboga V, Fausto Navarro, Catón Cárdenas, Luis Calisto, Manuel Benigno Cueva, mantenedores y usufructuarios del régimen de Arroyo.

Estas sentencias no podrán ser revocadas y tendrá valor de sentencia ejecutoriada en última instancia.[113] Ninguna de ellas se cumplió. El falso patriotismo de los políticos de turno en su intento de quedar bien con el pueblo que se sentía defraudado luego del Protocolo de Río. Esta resolución fue derogada mediante decreto legislativo de 17 de agosto de 1946. Los bienes incautados a Arroyo fueron devueltos en su totalidad, incluido dinero por un valor de $ 20.145,05[114]

Se reforma el reglamento de la Ley de Situación Militar y Ascenso en el sentido de que los oficiales superiores, previo a su ascenso, deben presentar una tesis, la misma que debe ser defendida en un plazo de 30 días.[115] Se aprueba el reglamento de los Altos Órganos de Mando de las Fuerzas Armadas y el reglamento Orgánico de las Fuerzas. Estos reglamentos pasan a ser documentos reservados y como tales, dejan de ser publicados en el Registro Oficial.

Se organiza la Escuela de Comando y Estado Mayor, bajo la dependencia directa del Ministerio de Defensa Nacional. Inicia sus actividades el 1 de marzo de 1946.[116] Se rebaja el tiempo de servicio para obtener pensión de retiro, a 12 años para oficiales y 15 años para la tropa. En el caso de los pilotos, su tiempo se rebaja a 10 años. Se crea el Cuerpo de Señales de las Fuerzas Armadas, con fecha 15 de julio de 1946.

Dictadura de Velasco Ibarra y nuevo periodo constitucional.


El 30 de marzo de 1946, Velasco Ibarra se proclama dictador, al interrumpir el orden legal y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que se encargue de elaborar una nueva Constitución. Se expulsa del país, por atentar al orden constitucional, entre otros, al general Alberto Enríquez Gallo

La Asamblea Nacional reunida en agosto de este año, resuelve designar al Dr. Velasco como Presidente Constitucional de la República hasta el 1 de septiembre de 1948. Además, concede amnistía general a todos los enjuiciados, detenidos y expatriados  por causas políticas.[117] El 21 de octubre se nombra un nuevo Comandante Superior del Ejército en la persona del teniente coronel Jesús Ordóñez Grijalva.[118] 

La Misión Militar mantiene la especialización de Comisariato para los oficiales y organiza bajo su dirección, nuevos cursos de especialización.   En el R.O. 773 de 31 de diciembre de 1946 se publica la nueva Constitución de la República, la número 16. Por primera vez, la Constitución asigna ala fuerza pública , una representación funcional en la Cámara del Senado. El presupuesto para la Defensa se aprueba en 69,1 millones de sucres.

El año de 1947 se inicia con la renuncia del coronel Carlos Mancheno a su función de ministro de Defensa Nacional. En su reemplazo se nombra al coronel Alfonso Jaramillo Zumárraga.[119] Se deja sin efecto la baja de oficiales dispuesta por Velasco Ibarra al asumir el mando de la Nación, el 28 de mayo de 1944. Se tiene que reincorporar al servicio activo a 70 oficiales.[120] Por lo general, las decisiones tomadas políticamente luego de producirse la ruptura de regímenes democráticos o dictatoriales, generados por una elite política defensora de sus intereses partidistas y muchas veces personales, acababan por  desestabilizar la organización y disciplina de la clase militar. El Velasquismo fue siempre proclive a tomar decisiones que por lo general dejaban sin mandos a las Fuerzas Armadas, sin entender que la formación de los mismos es un asunto de mucho tiempo.

El 2 de julio se acepta la renuncia del ministro de Defensa y vuelve al cargo el coronel Carlos Mancheno Cajas. Se nombra como miembros de la Corte de Justicia Militar al general Ángel I. Chiriboga y coronel Federico Gortaire. Se cambia la insignia del Cuerpo de Señales por la utilizada en el Ejército de los Estados Unidos; es decir, dos banderas cruzadas y unidas por una antorcha.[121] 

Golpe de Estado del coronel Carlos Mancheno.


El nombramiento del teniente coronel Ernesto Villacis, ex miembro del Consejo de Estado, como subsecretario interino del ministerio de Defensa , realizado por el ministro de esa cartera, coronel Carlos Mancheno, produce un estado de tirantez con el Presidente de la República . El 23 de agosto Mancheno ordena el arresto del Dr. Velasco Ibarra en el grupo mecanizado y le obliga a renunciar  su cargo de Presidente de la República. Parte rumbo a Colombia. Mancheno se encarga de la presidencia y además continúa como ministro de Defensa . [122] Se declara vigente la Constitución de 1906.[123]

El coronel Ángel Vaquero Dávila , recogiendo el pensar de la institución armada, se pone al mando de las fuerzas que partiendo de Quito, traban combate en Yambo, contra un batallón al mando del teniente coronel Ernesto Villacís.

Se declara acción de armas para las fuerzas que defendieron la Constitución, en el combate del Socavón, jurisdicción del cantón Ambato, librado el 1 de septiembre de 1947. "En las inmediaciones de Ambato hubo un pequeño combate , casi un simulacro" dice Alfredo Pareja; sin embargo, fallecen el capitán Juan Ignacio Pareja  y teniente Ángel Eudoro Donoso Arias, del grupo mecanizado No 1 y del batallón de ingenieros Ricaurte. La prensa habla de 12 muertos y 24 heridos. El 3 de septiembre Mancheno se refugió en la embajada de Venezuela.

Se eleva a categoría de Instituto al Servicio Geográfico Militar, con fecha 15 de agosto de 1947. Sus estatutos son publicados en el Registro Oficial. Se suprime el destacamento naval del Oriente, con fecha 1 de julio, y lo trasladan a Galápagos.

El 1 de septiembre, el Consejo de Estado dispone que el Vicepresidente de la República, Dr. Mariano Suárez Veintemilla asuma el cargo de Presidente, por abandono de cargo del Dr. Velasco.[124] Se nombra como ministro de Defensa Nacional al coronel Ángel Vaquero Dávila.[125]. El 17 de septiembre, es decir, 17 días después, añorando quizá la política de los años treinta, un Congreso Extraordinario acepta la renuncia del Presidente de la República y coloca en ese puesto a Carlos Julio Arosemena Tola. Se mantiene en el cargo al ministro de Defensa, y se coloca en disponibilidad a Carlos Mancheno Cajas.

El gobierno de Carlos Julio Arosemena Tola.


El Gobierno de Arosemena Tola nombra como jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas al coronel Miguel Ángel Estrella Arévalo; [126] sin embargo, pocos días más tarde este cargo es ocupado por el general Luis Larrea Alba, quien venía desempeñando el cargo de Presidente del Consejo Táctico creado en el ministerio de Defensa. El coronel Estrella pasa a ocupar el cargo de Comandante del Ejército.[127]

Se crea en Quito, anexa a la Escuela de Artillería e Ingenieros, la Escuela de Sanidad Militar.[128] No hay razón para esta anexión. En el ámbito de Fuerzas Armadas, es importante la incorporación a la Marina de Guerra, de la  fragata PF-56 adquirida en los Estados Unidos, a la misma que se le bautiza con el nombre de “Guayas”.[129] Pocos días después, se incorpora el remolcador de procedencia americana, de nombre coronel Richard Ellis, al mismo que se le bautiza con el nombre de “Cotopaxi”. [130]

En la promoción de oficiales que se gradúa el 18 de diciembre de 1947, se incluye por primera vez el juramento colectivo de los nuevos subtenientes: “Juraís por vuestro honor y prometéis a la Patria defender su bandera, la Constitución y las leyes de la República, la integridad nacional y no abandonar al que os está mandando en acción de guerra o predisposición para ella?. De igual manera se dispone el juramento individual.[131] El presupuesto del ministerio de Defensa para 1948 se aprueba en 77 millones de sucres.

El 7 de enero de 1948 se acepta la renuncia del ministro de Defensa Nacional, coronel Ángel Vaquero, en su lugar se nombra al Ing. Manuel Adrián Navarro Gardín. El coronel Vaquero es nombrado Adjunto militar en Washington. [132] Como es un procedimiento normal, se aprueba el Reglamento Orgánico de Formaciones de Paz para las Fuerzas Armadas.[133] 

Se adquieren tres aviones Douglas C-47 para la Fuerza Aérea, en los Estados Unidos.[134] Asume el mando del Ejército el general César Alfonso Jaramillo, en reemplazo del coronel Estrella Arévalo, quien es designado adjunto militar en Argentina.[135] El general Larrea Alba deja su cargo de Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas y se le designa adjunto militar en Chile. Con fecha 11 de mayo se nombra Comandante del Ejército al coronel Julio Miguel Játiva León.[136]

Galo Plaza, Presidente de la República.


Asume el mando de la República el Sr. Galo Plaza Lasso[137]. Nombra como ministro de Defensa Nacional al Sr. Manuel Díaz Granados,[138] Comandante Interino del Ejército al teniente coronel José Félix Vega Dávila[139]. En noviembre asume el cargo como titular. El Congreso resuelve señalar el 27 de octubre de cada año como día de la Fuerza Aérea, en vista de que el decreto legislativo de 27 de octubre de 1920  crea la primera Escuela de Aviación.[140] Se instituye la condecoración Cruz de Guerra en honor a la campaña de 1941 y dispone se entregue condecoraciones al personal combatiente y los fallecidos tengan sus retratos en el museo militar.[141] El presupuesto del Estado para el ministerio de Defensa Nacional asciende a la suma de 80,1 millones de sucres.

1949 es un año de penuria para las Fuerzas Armadas, el presupuesto no termina por cubrir los gastos primordiales de vestuario y equipo. Los miembros de la Institución se ven obligados a aportar el 1% de su sueldo para sostener al Servicio Sanitario Militar.[142] En su organización se declara compañía independiente de la Escuela de Artilleros e Ingenieros, a la compañía de Ingenieros No 7 “Chimborazo” destacada en Riobamba. Se crea con fecha 13 de mayo, la Escuela de Caballería Mecanizada para oficiales y tropa, adscrita al escuadrón  Mecanizado No 3 Azuay.[143] Se crea la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales de Transmisiones, adscrita a la Escuela de Artilleros e Ingenieros, con fecha 31 de octubre.[144]

Para regular la reincorporación de oficiales, que se había convertido en cuota política que desvirtuaba la carrera militar, se dispone mediante decreto, que solo el  Ejecutivo, previo cumplimiento de la ley que para el efecto se reforma, pueda autorizar las reincorporaciones de generales y coroneles.[145] Se establece las jerarquías de grumete y marinero en la Fuerza Naval. Se crea el Seguro de Cesantía para el personal de tropa del Ejército y Aviación,[146] y se aprueba el reglamento a la Ley. El presupuesto general del Estado para el año de 1950, en el rubro del ministerio de Defensa, es aprobado en 75,6 millones de sucres; es decir, se disminuye en 5 millones respecto del año anterior.

El 28 de febrero de 1950 se crea la Escuela de Artillería, adscrita al grupo de Instrucción No 3 “Mariscal Sucre” y se aprueba su reglamento interno[147]. Su creación da origen a la separación de los Ingenieros y su transformación en la Escuela Técnica de Ingenieros. Un decreto de 24 de marzo de 1950 dispone que la Escuela de Comando y Estado Mayor  lleve el nombre de “General Francisco de Miranda”.[148] El 23 de octubre el Congreso aprueba el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).[149]

Como un homenaje más a los héroes del 41 y con el fin de solventar las necesidades de sus familiares, se dispone la asignación de un sueldo integro que corresponde a los militares de su jerarquía en actual servicio, a los deudos de los oficiales y tropa fallecidos en combate  o a consecuencia de ello.[150] El presupuesto para el año de 1951 se aprueba en 83 millones de sucres.

A manera de conclusiones:


·         En su forma más simple, la teoría situacional del liderazgo sostiene que la situación crea el líder apropiado. La permanente penetración peruana en territorio nacional no tuvo la virtud de crearlo, ni siquiera cuando la agresión era una realidad, ni en el ámbito militar y peor en el civil.

·         El Gobierno de Arroyo del Río estuvo convencido, a pesar de que todos los eventos previos a la invasión peruana demostraban lo contrario, que los Estados Unidos no iban a permitir jamás un ataque al Ecuador. Empeñó su palabra ante los países mediadores, de no hacer nada que enturbiara las negociaciones que se habían propuesto. Se abstuvo de movilizar al Ejército, cumpliendo así su compromiso, en aras de la confraternidad americana y en desmedro de su patria. Pretendió escudarse en el pasado afirmando que su gobierno se preocupó en todo momento por la defensa nacional, haciendo todo lo que estaba a su alcance, “aunque es de lamentarse que no se haya podido hacer mucho o nada en 10 meses, cuando antes tampoco se hizo nada”[151] Le faltó la ética que caracteriza a un líder, cuando se tiene que adoptar en algún momento , las más difíciles  decisiones que puede  enfrentar un ser humano.

·       La guerra, si se puede llamarla así, había terminado y sus resultados fueron  acordes a la forma en que el gobierno ecuatoriano había sido capaz de responder desde los campos político, diplomático y militar. El conflicto no fue evaluado en ninguno de estos campos del poder, ni se hizo empeño alguno para enmendando errores, empezar a prepararse convenientemente para defender la patria. De este conflicto hasta 1981 pasaron cuarenta años en que la despreocupación de los ecuatorianos a las cuestiones esenciales de la nación, alentaron en gran medida el proceder de la política internacional peruana. El conflicto del 81 volvió a desnudar nuestras debilidades.

·    El análisis de los hechos desde el punto de vista político, diplomático y militar, llevan a concluir que el gobierno de Arroyo del Río  fue responsable por error u omisión del delito de traición a la patria.

·          “Las cruentas y, también, las incruentas convulsiones políticas que han aquejado al Ecuador durante casi todo el tiempo de su vida autónoma, han empequeñecido y debilitado la contextura, inicialmente menguada, de la nación ecuatoriana: ni gran población, ni fuerte economía, ni cultura cívica hemos podido oponer a los dos vecinos que desde 1824, han venido cercenando en su provecho el territorio de la Audiencia de Quito, base históricamente legítima de nuestra nacionalidad. Sin población cívicamente organizada, la economía tiene que ser deficiente; sin riqueza en marcha no es posible el fortalecimiento de un país y, por tanto, de su ejército; sin patrimonio bien aprovechado y ejército respetable, nunca ha sido eficaz la acción diplomática”[152]

·         “Solo una mínima parte de nuestra población forma la nacionalidad: el resto es peso muerto, valla continua, traba indefectible de la acción de los estadistas y conductores de esta desventurada tierra” [….] “La controversia limítrofe exigía tres cosas, a mi ver capitales: 1º creación de un ejército, que fuese la encarnación viva de la patria; 2º atención solícita del elemento posesorio, para robustecer con los hechos la fuerza inmanente de nuestros títulos; y 3º, estudio integral del derecho ecuatoriano y de los medios diplomáticos para ponerlo en ejecución, lo que, a su vez, demandaba el conocimiento preciso de los elementos, actitud y procedimientos de nuestro rival” […] “ de cien años de indisciplina solo podía resultar la decadencia de la patria, su postración moral, su invalidez militar”[153]

Notas de pié de página

[1] Sobre el tema, revisar "El Ejército delos años treinta" cuya autoría es del general Patricio LLoret O, publicado en el Boletín No  5 de la Academia Nacional de Historia Militar.
[2] Diario “El Comercio” de 13 de octubre de 1940
[3] Nace en Guayaquil el 27 de noviembre de 1893. De padre colombiano y madre guayaquileña. Doctor en jurisprudencia. Director Supremo del partido Liberal. Legislador y Presidente del Congreso. Encargado del Poder en 1939
[4] Se gradúa en el Colegio Militar como subteniente de Artillería. Jefe de Estado mayor de la IV Zona Militar. Director del Colegio Militar en 1938. Subsecretario de Defensa en 1939.
[5] R.O. 30 de 5 de octubre de 1940
[6] En los registros oficiales no se encuentra publicado este acuerdo.
[7] Urrutia Suarez Francisco. Coronel. Apuntes para la Historia: la agresión peruana. Quito, Ecuador, 1968
[8] R.O. 54 de 6 de noviembre de 1940
[9] R.O. 101 de 1 de enero 1941
[10] Publicado en el R.O. 123 de 27 de enero de 1941
[11] R.O. 101 de1 de enero de 1941
[12] Ibídem
[13] Ibídem
[14] R.O. 151 de 25 de febrero 1941
[15] El Comercio, viernes 9 de mayo de 1941
[16] La Prensa de Lima, 9 de mayo de 1941
[17] La diplomacia peruana se respalda en el arbitraje del Rey de España. Estas provincias pasaron al Perú con el Tratado de 1890
[18] El Comercio de Lima. 9 de mayo de 1941
[19] Cornejo y Osma, plenipotenciario peruano
[20] El Comercio. Editorial del lunes 12 de mayo 1941
[21] Discurso pronunciado por el Comandante Superior del Ejército en la ceremonia del 24 de mayo
[22] El Comercio de Quito, 24 de mayo de 1941
[23] Ibídem
[24] Comunicado del ministro de Relaciones Exteriores del Perú a las cancillerías de América.
[25] Arango Vélez Carlos, ex ministro de Guerra de Colombia. Lo que yo sé de la guerra. Publicación aparecida en el Comercio de Quito de 28 de mayo 1941
[26]  Comunicado oficial del ministerio de Defensa Nacional del día 7 de julio de 1941
[27] Intervención del Presidente de la República. 7 de julio 1941
[28] Se gradúa en el Colegio Militar como subteniente de Infantería en agosto de 1921. Durante su carrera militar es destinado a los batallones: Imbabura, Vencedores, Quito, Colegio Militar, España, Tungurahua. Por segunda ocasión al Colegio Militar en donde ejerce la cátedra de Táctica en 1938. Como teniente coronel es comandante del Vencedores y luego destinado a la sección edecanes del MDN. En octubre de 1939 es nombrado comandante del batallón Jaramijó, desde donde se le traslada al comando del Escalón de Seguridad con fecha 23 de abril de 1941.
[29] La especialidad de Andinos se crea en septiembre de 1937, en el gobierno de Federico Paéz.
[30] R.O. 248 de 26 de junio 1941
[31] Intervención de Arroyo del Río. 8 de julio de 1941
[32] Ibídem
[33] Editorial de El Comercio de Quito de 10 de julio de 1941
[34] El Comercio de Quito, 10 de julio de 1941
[35] Comandante de la Zona Militar de Guayaquil.
[36] Editorial de El Comercio de Quito. 12 de julio 1941
[37] El Comercio de Quito, 14 de julio de 1941
[38] Benjamín Carrión. Artículo de opinión publicado en El Comercio de Quito. 14 de julio 1941
[39] El Comercio de Quito. Editorial del 24 de julio de 1941
[40] Se gradúa en el Colegio Militar en 1927, como subteniente de Infantería. Su primera unidad es el batallón “Carchi”. En febrero de 1929 es llamado a realizar un curso de Caballería y asciende a teniente. En 1932 se encuentra en el batallón “Constitución”. En julio de 1933 es colocado en disponibilidad por participar con el batallón “Carchi” en un alzamiento en armas contra el presidente Juan de Dios Martínez, propiciado por Vanguardia Revolucionaria Socialista, de la cual era miembro el coronel Larrea Alba. Se reincorpora en diciembre de 1935. Sus siguientes unidades fueron el “Vencedores” el “Alfaro”, el “Tungurahua” y el Colegio Militar en 1939, en el grado de capitán. (Revisar bibliografía)
[41] El Comercio de Quito. Viernes 25 de julio de 1941
[42] Editorial de El Comercio. 25 de julio 1941
[43] Titular de El Comercio de 27 de julio de 1941
[44] Editorial de El Comercio  de Quito. 27 de julio 1941
[45] El Comercio de Quito. 28 de julio 1941
[46] Editorial de El Comercio de 31 de julio 1941
[47] Editorial de El Comercio de 30 de julio 1941
[48] Comunicado del Comando Superior del Ejército, publicado en la prensa nacional
[49] R.O. 282 de 6 de agosto de 1941
[50] R.O. 311 de 9 de septiembre 1941.
[51] R.O. 316 de 15 de septiembre 1941
[52] Ministro de Defensa en el Gobierno del Dr. Ayora. Inspector del Ejército, Senador Funcional, Vocal del Directorio liberal-radical.
[53] R.O. 318 de 17 de septiembre 1941
[54] R.O. 319 de 18 de septiembre 1941
[55] Declaraciones procedentes de Colombia
[56] Comunicado de la Cancillería peruana, el 14 de septiembre 1941
[57] Lima, 5 de octubre de 1941
[58] R.O. 336 de 8 de octubre 1941
[59] En la foto aparecen los tenientes  Telmo Vargas y Alejandro Agurto.
[60] R.O. 330 de 1 de octubre 1941
[61] R.O. 336 de 8 de octubre 1941
[62] R.O. 365 de 13 noviembre 1941
[63] El Comercio. Quito, viernes 7 de noviembre de 1941
[64] Calificativo dado a su obra por el general Marcos Gándara Enríquez.
[65] Gándara Enríquez Marcos. General. El Ecuador del año 1941 y el Protocolo de Río.
[66] R.O. 414 de 12 de enero de 1942
[67] R.O. 418 de 16 de enero 1942
[68] R.O. 457 de 3 de marzo 1942
[69] R.O. 458 de 4 de marzo 1942
[70] Escrito que Arroyo dirigió a los jefes de Estado de los países mediadores. Tobar Donoso. La invasión peruana y el Protocolo de Río. Banco Central del Eciador. Quito 1982
[71] Palabras del subsecretario de Estado de los E.U. señor Welles
[72] Bossano Luis: Lo que aconteció en Río de Janeiro. Ecuador y Perú: Futuro de paz. Fundación El Comercio. Pág.112.
[73] R.O. 459 de 5 de marzo 1942
[74] R.O. 460 de 6 de marzo 1942
[75] ibídem
[76] R.O. 504 de 29 de abril 1942
[77]R.O. 513 de 11 de mayo 1942
[78] R.O. 515 de 13 de mayo 1942
[79] R.O. 556 d 2 de julio 1942
[80] R.O. 564 de 13 de julio 1942
[81] Andrade Piedra Jorge. Gral.  Historia  de las Fuerzas Blindadas en el Ecuador. Quito. Abril 2008
[82] R.O. 729 de 1 de febrero 1943
[83] R.O. 957 de 9 de noviembre 1943
[84] R.O. 836 de 12 de junio 1943
[85] R.O. 956 de 8 de noviembre de 1943
[86] R.O. 979 de 4 de diciembre de 1943
[87] R.O. 1002 de 1 de enero de 1944
[88] R.O. 1003 de 3 de enero de 1944
[89] Diario “El Comercio” de 3 de junio 1944
[90] R.O. 1 de 1 de junio de 1944
[91] R.O. 33 de 10 de julio de 1944
[92] R.O. 33 de 10 de julio de 1944
[93] R.O. 41 de 19 de julio 1944
[94] R.O. 49 de 29 de julio 1944
[95] R.O. 72 de 26 de agosto de 1944
[96] R.O. 76 de 31 de agosto de 1944
[97] R.O. 81 de 7 de septiembre 1944
[98] R.O. 83 de 9 de septiembre 1944
[99] R.O. 84 de 11 de septiembre 1944
[100] R.O. 92 de 20 de septiembre 1944
[101] R.O. 117 de 21 de octubre 1944
[102] R.O. 122 de 27 de octubre 1944
[103] R.O. 129 de 7 de noviembre 1944
[104] R.O. 175 de 2 de enero 1945
[105] R.O. 191 de 20 de enero 1945
[106] R.O. 228 de 6 de marzo 1945
[107] R.O. 238 de 17 de marzo 1945
[108] R.O. 476 de 9 de enero 1946
[109] R.O. 590 de 22 de mayo 1946
[110] R.O. 297 de 1 de junio 1945
[111] R.O. 679 de 6 de septiembre 1946
[112] R.O. 367 de 24 de agosto 1945
[113] R.O. 370 de 28 de agosto 1945
[114] R.O. 259 de 29 de julio 1948
[115] R.O. 488 de 21 enero 1946
[116] R.O. 559 de 13 de abril 1946
[117] R.O. 657 de 12 agosto 1946
[118] R.O. 717 de 23 de octubre 1946
[119] R.O. 785 de 16 enero 1947
[120] R.O. 848 de 1 de abril 1947
[121] R.O. 950 de 4 de agosto 1947
[122] R.O. 1 de 25 de agosto 1947
[123] R.O. 5 de 29 de agosto 1947
[124] R.O. 1 de 3 de septiembre 1947
[125] R.O. 4 de 6 de septiembre 1947
[126] R.O. 2 de 18 de septiembre  1947. El mayor Estrella participó como parte del batallón de Ingenieros “Montúfar”, en la acción de Cune o Porotillo el 11 de septiembre de 1941.
[127] R.O. 12 de 30 septiembre 1947
[128] R.O. 23 de 14 de octubre 1947
[129] R.O. 38 de 31 de octubre 1947
[130] R.O. 40 de 4 noviembre 1947
[131] R.O. 99 de 15 de enero 1948. Consta en el Reglamento de Disciplina Militar.
[132] R.O. 98 de 14 de enero de 1948
[133] R.O. 119 de 7 de febrero 1948
[134] R.O. 181 de 23 de abril 1948
[135] Ibídem
[136] R.O. 208 de 28 de mayo 1948
[137] Galo Plaza nace en New York, el 17 de febrero de 1906. Hijo del general Leonidas Plaza Gutiérrez y Avelina Lasso Ascázubi. Ministro de Defensa en el gobierno de Mosquera Narváez en 1938.
[138] R.O. 1 de 1 de septiembre de 1948
[139] En el grado de mayor fue el Comandante del batallón “Montecristi”, cuyo puesto de mando estuvo en Quebrada Seca, en Julio de 1941
[140] R.O. 53 de 5 de noviembre 1948
[141] R.O. 61 de 15 de noviembre 1948
[142] R.O. 103 de 6 de enero 1949
[143] R.O. 236 de 14 junio 1949
[144] R.O. 403 de 2 de enero 1950
[145] R.O. 350 de 28 de octubre 1949
[146] R.O. 391 de 19 de diciembre 1949
[147] R.O. 454 de 2 de marzo 1950
[148] R.O. 503 de 2 de mayo 1950
[149] R.O. 654 de 31 de octubre 1950
[150] R.O. 681 de 5 de diciembre 1950
[151] Discurso del Presidente en el Congreso Nacional, al finalizar el conflicto.
[152] Carta del Dr. Leonidas García a Julio Tobar Donoso. Heridas abiertas. 1941. El protocolo una larga pesadilla.
[153] Respuesta del Dr. Julio Tobar Donoso al Dr. Leonidas García.

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