domingo, 11 de septiembre de 2016

VISIÓN POLÍTICA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

 Gral. Patricio Lloret Orellana

 Antecedentes

La Revolución cubana en 1959 se constituye en el punto de partida de una fiebre revolucionaria que convertiría a los años sesenta en una década de confrontaciones entre las dos grandes potencias mundiales: los Estados Unidos y la Unión Soviética, interesados en imponer fuera de sus fronteras los conceptos ideológicos del capitalismo y comunismo respectivamente. La Guerra Fría iniciada en 1950 alcanzó su clímax con la Guerra de los Misiles que bien pudo desembocar en la Primera Guerra Nuclear. Esta fiebre alcanzó a los viejos imperios que vieron a sus colonias alcanzar su independencia. El triunfo de Fidel Castro trae consigo la presencia de los Estados Unidos en territorio cubano. El 15 de abril de 1961 se produce la invasión de Bahía de Cochinos, empleando una unidad conformada por disidentes cubanos, entrenada por el Ejército americano, con un efectivo aproximado de 1500 hombres, apoyada con aviación, buques de transporte y armamento pesado. La unidad fue bautizada con el nombre de “Brigada 2506”. John F. Kennedy era el Presidente de los Estados Unidos. El objetivo militar establecer una cabeza de playa que permita consolidar la presencia de una fuerza guerrillera que enfrente a las fuerzas revolucionarias cubanas. El objetivo político conformar un gobierno provisional que reemplace a Fidel Castro.

Cuatro días más tarde la operación militar había fracasado. Más de un centenar de muertos y 1189 efectivos fueron tomados prisioneros. Se perdieron buques y aviones y todo el armamento de apoyo.1 La derrota militar modificó las relaciones entre Estados Unidos y el resto de América, puso al mundo al borde de una guerra nuclear e inspiró, sin que fuera su propósito, la doctrina de la seguridad nacional.2

Doctrina de seguridad nacional

La seguridad nacional se sustenta sobre dos documentos fundamentales: la doctrina de seguridad y la ley de seguridad nacional. La primera establece normas y procedimientos que permiten determinar los Objetivos Nacionales Permanentes a través de la Política Nacional; la segunda, proporciona una estructura que se encarga de planificar y ejecutar la seguridad del Estado.

El ingreso de los Estados Unidos a la II Guerra Mundial, luego del ataque japonés a Pearl Harbor, trajo consigo el compromiso de los países americanos de defender su continente. Para el efecto, se crea la Junta Interamericana de Defensa (JID) el 30 de marzo de 1942, y se conforma en 1949 un Estado Mayor mayoritariamente latinoamericano, con 26 estados miembros, con el fin de blindar cualquier intromisión de la Unión Soviética. En el 2006 la JID se convierte en la entidad asesora de la OEA en el campo de la defensa continental. Para consolidar este compromiso se firma el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en 1947, con 21 signatarios; entre ellos, el Ecuador. En1962 se funda el Colegio Interamericano de Defensa. A partir de la creación de la JID, las Fuerzas Armadas ecuatorianas nombraban periódicamente sus representantes a dicho organismo, al igual que al Colegio Interamericano. Estos organismos fueron fundamentales para el conocimiento y difusión de la doctrina de seguridad nacional.

En 1961 los Estados Unidos lanzan “Alianza para el Progreso”, un programa de ayuda económica, política y social para América Latina. La propuesta oficial fue presentada por John F. Kennedy. Su objetivo principal fue el de contrarrestar la influencia de la Revolución cubana. El asesinato de Kennedy eliminó la ayuda financiera y se prefirió los acuerdos bilaterales en los que primaba la cooperación militar.3 En agosto de 1960, el presidente electo José María Velasco Ibarra declara la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro. La situación internacional generada por esta declaración da paso a la elaboración y aprobación de la Ley de Defensa Nacional. Se crea el Consejo de Defensa Nacional como un organismo asesor del Presidente de la República.

El 11 de julio de 1963 las Fuerzas Armadas como Institución, asumen el mando del país y conforman una Junta Militar de Gobierno compuesta por los Comandantes de Fuerza: CPNV. Ramón Castro Jijón, Coronel Luis Cabrera Sevilla, Tcrnl. Guillermo Freile Posso, y el senador funcional de las Fuerzas Armadas, Crnl. Marcos Gándara Enríquez.4 Se pone en vigencia la Constitución de 1946. La Junta Militar respalda el pronunciamiento de nulidad del Protocolo y decide reformar la Ley de Defensa Nacional en base a la doctrina de seguridad nacional, la misma que se venía trabajando en la secretaría del Consejo de Defensa bajo la dirección del coronel Marcos Gándara Enríquez. En el país no había antecedentes sobre el tema, fue indispensable elaborar, conjuntamente con el proyecto de ley, un vocabulario sobre términos relacionados con la seguridad nacional y definir con precisión el significado y alcance de cada uno de ellos, a fin de establecer una doctrina que permitiera entenderse.5

La Ley de Seguridad Nacional

Se expide la Ley de Seguridad Nacional y su Reglamento mediante Decreto Supremo 2871. El Presidente de la República es la autoridad máxima. Se crea el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) y sus organismos auxiliares y complementarios. El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas se constituye en un órgano de asesoramiento. Los frentes de acción del Consejo de Seguridad: Exterior, Militar, Interno y Económico. En el aspecto de la seguridad interna el Frente Militar interviene, conjuntamente con los otros organismos del Estado, en el mantenimiento del orden público, contra acciones subversivas tales como motines, atentados terroristas, sabotaje, guerrillas.

Los organismos superiores de seguridad nacional eran; El Consejo de Seguridad Nacional y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. 

El CSN estaba conformado por: Presidente de la República, Presidente de la Cámara Nacional de Representantes, Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Presidente del Consejo Nacional de Desarrollo, Directores de los Frentes de Acción, Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas; y, Presidente de la Junta Monetaria.

Los organismos de trabajo del Consejo de Seguridad estaba conformado por: Secretaría General, Frentes de Acción, Direcciones de Planeamiento de Seguridad para el Desarrollo; y, Organismos y Comisiones Especiales designadas por el Presidente de la República.

La Secretaría General 

La Secretaría General era un órgano permanente, dependiente de la Presidencia de la República. Su misión era de asesoramiento al CSN, elaboración de planes y coordinación con los organismos de Seguridad. El Secretario General era un oficial general en servicio activo, nombrado por el Presidente de la República. De acuerdo a la Ley de Personal en vigencia, podía ser más antiguo que los Comandantes de Fuerza. Su experiencia en temas de seguridad a lo largo de toda la carrera garantizaba el manejo de la planificación y coordinación de los diferentes organismos.

De la Secretaría General dependían: la Dirección Nacional de Movilización, la Dirección Nacional de Defensa Civil, la Dirección Nacional de Inteligencia y el Instituto de Altos Estudios Nacionales, cuya organización y funcionamiento constaban en sus respectivos reglamentos.

De la Movilización Nacional

La Dirección Nacional de Movilización tenía la misión de dirigir, planificar y coordinar la preparación y ejecución de la movilización. El Director era un oficial de las Fuerzas Armadas en la jerarquía de general o coronel de Estado Mayor, nombrado por el Secretario General del CSN, si estaba en servicio pasivo, y, por el ministro de Defensa si estaba en servicio activo. Los responsables de la planificación, preparación, dirección y ejecución de la movilización eran los Frentes de Acción de Seguridad, dentro del campo que a cada uno le correspondía.

Para afrontar los gastos de previsión y contingencia, la Dirección contaba con un fondo de contingencias alimentado por una asignación anual de por lo menos diez millones de sucres, que se hacían constar en el presupuesto del Estado.

De la Defensa Civil

Estaba destinada a un servicio permanente a favor de la comunidad, para predecir y prevenir desastres de cualquier origen, limitar y reducir los daños y ejecutar acciones emergentes en beneficio de las zonas afectadas.

Estaba constituida por: Dirección Nacional, Juntas Provinciales, Jefaturas Cantonales, Unidades de Defensa Civil de las Direcciones de Planeamiento de Seguridad para el Desarrollo Nacional; y, las Jefaturas en las Zonas Especiales.

El Director Nacional de Defensa Civil era un oficial de las Fuerzas Armadas en la jerarquía de general o coronel de Estado Mayor, nombrado por el secretario del CSN si estuviera en servicio pasivo, y, por el Ministro de Defensa en caso de ser activo. Las Juntas Provinciales estaban presididas por el Gobernador de la Provincia e integrada por autoridades civiles, militares, policiales, eclesiásticas y representantes de los medios de comunicación social.

Para su funcionamiento se destinaba un presupuesto especial aprobado por el gobierno. Asimismo, disponía de un fondo de contingencia en una cuenta especial del Banco Central. Se conformaban unidades auxiliares de defensa civil, con la finalidad de reforzar a la Policía Nacional, Cruz Roja y Cuerpo de Bomberos.

De la Dirección Nacional de Inteligencia

Era un organismo dependiente de la Secretaría del CSN, encargado de proporcionar la información estratégica que permita la elaboración de los planes de seguridad. El Director Nacional de Inteligencia era un oficial de las Fuerzas Armadas en la jerarquía de general o coronel de Estado Mayor, nombrado por el Secretario del CSN si estuviera en servicio pasivo, y, por el Ministro de Defensa en caso de ser activo. Para su funcionamiento disponía de un reglamento de carácter reservado.

Del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN)

En esta ley, que viene a ser la primera, adecuadamente fundamentada en una doctrina, consta el IAEN como un organismo encargado de capacitar al personal civil y militar, para que pueda planificar, organizar y dirigir la seguridad del Estado, desde los altos cargos de nivel político y militar. Consta en esta ley, en vista de que el proyecto para su creación fue presentado a finales del año 1961 al Presidente de la República, Dr. José María Velasco Ibarra, quien lo aprobó; sin embargo, no llegó a promulgarlo debido a su destitución. La Junta Militar lo incluyó en la ley, pero no alcanzó a materializar su fundación. En 1966 se volvió a presentar el proyecto, esta vez, a la Asamblea Nacional Constituyente, lográndose obtener un informe favorable, que no fue suficiente para su creación. Se tuvo que esperar hasta el 22 de mayo de 1972, con la presencia del general Guillermo Rodríguez Lara, para que este Instituto se materialice mediante decreto supremo 375-A, publicado en el R.O. 84 de 20 de julio de 1972.

El IAEN cumplió su misión a cabalidad, generando valiosos trabajos encaminados a entender y acoplar una doctrina basada en el sistema brasileño, que era el más cercano a nuestra realidad nacional. Por sus aulas pasaron varias personalidades de la élite política nacional, sus alumnos obedecían a una estricta selección en los niveles más altos de cada uno de los frentes de acción. Lamentablemente, esta selección perdió su interés y recayó en los mandos medios de la burocracia nacional que no llegó a entender la importancia de la seguridad nacional. La alta dirección del Instituto lo permitió, con el consiguiente deterioro de su imagen académica.

La seguridad nacional bajo la óptica legal y en los términos contemplados en esta ley, es sin lugar a dudas, una sólida estructura institucional, con una planificación centralizada al más alto nivel, y una ejecución descentralizada que gira alrededor de las Fuerzas Armadas, con personal capacitado en tareas de seguridad, y que constitucionalmente tienen la misión de preservar la seguridad externa e interna de la Nación. Inicialmente, excluyó a la sociedad civil en cuanto a su participación desde los altos cargos políticos, hasta que se logró fundar el IAEN y socializar su doctrina.

Desde el punto de vista político, hubo y existen en la actualidad, detractores gratuitos de la doctrina de la seguridad, que si bien nació en una época difícil en las relaciones internacionales de las dos potencias mundiales, no tuvo como objetivo la persecución y la criminalización de la seguridad interna de un país, al menos en el nuestro no sucedió. Para aquellos que están convencidos o al menos creen que la guerra de guerrillas, el secuestro y el robo es el camino más adecuado para la toma del poder, definitivamente la seguridad nacional seguirá siendo su principal enemigo.

El Socialismo del siglo XXI y la Ley de Seguridad Pública y del Estado

El concepto aparece en 1996, a través de Heinz Dieterich Steffan. Adquirió difusión desde que fue mencionado por el Presidente de Venezuela Hugo Chávez, el 30 de enero de 2005 en el seno del Foro Social de Sao Paulo. El autor revisa la teoría marxista con el ánimo de actualizarla, incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones y entregando propuestas concretas para construir una economía libre de explotación. Esta doctrina supone que es necesario reforzar el poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.

El 2006 fue un año electoral en nuestro país. Se funda el movimiento Alianza País dirigido por Rafael Correa y se firma una alianza política con los partidos socialista y comunista. En la segunda vuelta electoral le apoyaron el MPD, la Izquierda Democrática, Pachakutic, el Roldosismo, entre otros. Triunfó en las elecciones con el 57% de la votación nacional. Se posesionó como Presidente Constitucional el 15 de enero de 2007. Nace la Revolución ciudadana.

La visión política del socialismo del siglo XXI respecto de la seguridad, de acuerdo a su doctrina, es de carácter integral, con la finalidad de garantizar y proteger los derechos humanos y las libertades de los ciudadanos, la gobernabilidad, la aplicación de la justicia, el ejercicio de la democracia, la solidaridad, la reducción de vulnerabilidades, la prevención, protección, respuesta y remediación ante riesgos y amenazas.8 La seguridad ciudadana por su parte, es una política de Estado, destinada a fortalecer y modernizar los mecanismos necesarios para garantizar los derechos humanos, en especial el derecho a una vida libre de violencia y criminalidad, la disminución de los niveles de delincuencia, la protección de víctimas y el mejoramiento de la calidad de vida de todos los habitantes.9 Están muy lejos de haber cumplido con estos importantísimos objetivos del Plan Nacional de Seguridad.

Las reuniones, congresos y eventos destinados a difundir la nueva doctrina de seguridad nacional, como parte del socialismo del siglo XXI han sido muy numerosos. Destaquemos uno de ellos, la Conferencia especial de seguridad realizada en México en octubre del 2003. Este nuevo concepto- dicen- debe incluir los nuevos principios de: prevención de conflictos, transparencia en el gasto militar, medidas de confianza mutua, el carácter no ofensivo de las doctrinas militares, el control civil hacia la fuerza pública, la prohibición de intervenir en asuntos políticos, el respeto a la Constitución, entre otros. El objetivo fundamental de esta conferencia fue el de desmilitarizar el concepto de seguridad, tras señalar que las amenazas no son solamente militares, sino multidimensionales, tales como el narcotráfico, la delincuencia, el terrorismo, las enfermedades infecto contagiosas, la inseguridad ciudadana, los desastres naturales, los problemas del ambiente, entre los más importantes. Si esas son las amenazas, la forma de combatirlas es a través de unas Fuerzas Armadas policializadas.

El tema tratado en México no es nuevo, el enemigo del socialismo del siglo XXI, los Estados Unidos, lo vienen planteando desde la década de los ochenta, a través de seminarios y conferencias en las principales universidades de su país. La American University organizó una de ellas en 1990, a la cual asistieron oficiales de los diferentes ejércitos latinoamericanos. Entre los temas tratados estaba la policialización de las Fuerzas Armadas para enfrentar las amenazas no militares, especialmente el narcotráfico y el terrorismo. Las otras que aparecen en la doctrina del socialismo del siglo XXI no fueron incluidas.

Los jefes militares han de estar en condiciones de valorar con acierto las consecuencias de la amenaza o del empleo de la fuerza en lugar de la persuasión o de la solución de conflictos-afirma Morris Janowitz- en su libro “El soldado profesional”. El concepto de fuerza armada policial establece cierta continuidad con las experiencias y tradiciones militares anteriores, pero también aporta una base para la adaptación radical de la profesión.10 No debemos olvidar que esta forma de pensar sobre el futuro de la profesión militar tiene dos razones que a mi modo de ver son fundamentales: la primera tiene que ver con la intervención militar de los Estados Unidos en diferentes partes del mundo, en donde sus fuerzas armadas están preparadas para actuar y comprometidas para utilizar el mínimo de su fuerza, buscando relaciones internacionales viables antes que la victoria; es decir, una postura militar de protección; y la segunda, la presencia de su principal enemigo interno, el narcotráfico, hacia el cual quiere enfilar el mayor poder de tipo policial.

Con estos antecedentes, y un entorno político regional liderado desde Venezuela, con la participación de Bolivia, Argentina, Brasil, Nicaragua y Cuba, se elabora la Ley de Seguridad Pública y del Estado, la misma que es aprobada por la Asamblea Nacional, el 10 de septiembre del 2009, publicada en el R.O. 35 del 28 de septiembre del 2009

Ley de Seguridad Pública y del Estado

Entre los considerandos de la ley, el séptimo es importante para efecto de este ensayo: “Que es necesario renovar la doctrina de seguridad para adaptarla a las demandas del mundo contemporáneo, al marco constitucional vigente, siendo menester contar con un nuevo Sistema de Seguridad Integral bajo una óptica civilista, dinámica y adecuada para el nuevo entorno geopolítico internacional”.

Conforme a este “óptica civilista”, el sistema de seguridad pública y del Estado está conformado por la Presidencia de la República, quien la dirige y por el Consejo de Seguridad Pública y del Estado, constituido por: el Presidente de la República, Vicepresidente, Presidente de la Asamblea Nacional, Presidente de la Corte de Justicia, Ministro de Coordinación de Seguridad, Ministro de Defensa, Ministro de Gobierno, Ministro de Relaciones Exteriores, Jefe del Comando Conjunto y el Comandante General de Policía.

El Secretario del Consejo es el Ministro de Coordinación de Seguridad con la misión de asesorar y recomendar al presidente del organismo sobre los aspectos de seguridad pública. El funcionario es eminentemente político y como tal, factible de ser sustituido en cualquier momento, y probablemente con muy pocos conocimientos sobre la seguridad nacional. Este ministerio tampoco tiene visos de mantenerse en el orgánico gubernamental por mucho tiempo. La misma ley lo predice cuando le asigna competencias: “Del Ministerio de Coordinación de Seguridad o quien haga sus veces”.

El Ministerio de Coordinación de Seguridad, que reemplaza a la antigua Secretaría del CSN, es responsable de la elaboración de políticas públicas, la planificación integral y la coordinación de los organismos que conforman el sistema, así como también del seguimiento y evaluación de las acciones en materia de seguridad. La mayoría de los organismos de seguridad del sistema no dependen de este ministerio.

Entre sus funciones están: Preparar el Plan Nacional de Seguridad Integral en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo, coordinar con la Secretaría Nacional de Inteligencia, coordinar la elaboración y ejecución de la movilización nacional, elaborar estudios sobre aspectos relativos a sectores estratégicos y zonas de seguridad, previo el informe del Comando Conjunto, coordinar con los gobiernos autónomos descentralizados (GAD), coordinar con la Secretaría de Gestión de Riesgos.

Los órganos ejecutores del Sistema de Seguridad son: Ministerio de Defensa, Ministerio de Relaciones Exteriores y Fuerzas Armadas, en lo relacionado a la defensa, el Ministerio de Gobierno y la Policía Nacional para la protección interna, todas las entidades del Estado designadas en el Plan Nacional para actividades de prevención; y, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, para prevenir y contrarrestar los riesgos de origen natural y antrópico.

Los órganos permanentes de coordinación, apoyo técnico y asesoría son: La Dirección Nacional de Movilización y la Secretaría Nacional de Inteligencia.

De la Movilización Nacional

La Dirección Nacional de Movilización es una unidad administrativa del Ministerio de Coordinación de Seguridad. Su director es nombrado por el Ministro de Coordinación de Seguridad.

De la Secretaría Nacional de Inteligencia.

Es una entidad de derecho público, con independencia administrativa y financiera, con personalidad jurídica, responsable del Sistema Nacional de Inteligencia. Su titular es nombrado por el Presidente de la República y no podrá ser miembro activo de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional. Entre sus funciones está la de coordinar, articular e integrar las actividades y el funcionamiento de los organismos militares y policiales del Sistema Nacional, y de los destinados a la seguridad de la Presidencia de la República. Se rige por un reglamento de carácter reservado.

El Sistema Nacional de Inteligencia está conformado por organismos independientes, funcionalmente coordinados y articulados por la Secretaría Nacional de Inteligencia. Son parte del Sistema: La Secretaría Nacional, Subsistemas de Inteligencia Militar, Subsistemas de Inteligencia Policial, Unidades de Inteligencia Financiera, Servicio de Protección Presidencial, Departamento de Inteligencia Tributaria del SRI, Dirección Nacional de la Unidad de Vigilancia Aduanera; y, Unidad de Gestión de Seguridad Interna de la Presidencia de la República.

Se conforma el Comité Nacional de Inteligencia presidido por un Secretario General nombrado por el Presidente de la República. Forma parte de este Comité, el Director de Inteligencia del Comando Conjunto. El personal militar y policial, independientemente de sus cargos, rangos y líneas de mando trabajará integrada y subordinada al Secretario Nacional.

Otras disposiciones

Para los estados de excepción, cuando se utilice a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, el artículo 35 dispone que las primeras apoyen a la Policía, bajo la coordinación del Ministro de Gobierno. Las zonas de seguridad en la frontera terrestre, marítima y aérea y las áreas reservadas establecidas por el Presidente, deberán tener el informe del Ministerio de Coordinación de Seguridad. Para la ejecución de planes, programas y proyectos en estas zonas, se requiere el informe del Ministerio de Defensa. En circunstancias de inseguridad, las Fuerzas Armadas darán protección a las empresas públicas y privadas responsables de gestión en sectores estratégicos.

El Art. 44, alejado de cualquier asunto de seguridad nacional, pone especial énfasis en la naturaleza no deliberante de los miembros activos de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, prohibiendo su participación en directorios, comisiones, comités, consejos consultivos y en general en organismos colegiados de instituciones, empresas públicas y organismos de regulación y control, a excepción de las entidades de seguridad social y las relacionadas con la seguridad interna y externa.

El Plan de Seguridad Nacional

Antes de que se aprueben las enmiendas constitucionales respecto de las misiones que tienen que cumplir las Fuerzas Armadas, se puso en vigencia este plan, en el cual se dan disposiciones respecto a las mismas en cada una de las ocho agendas que comprende la planificación.

En su política contra la criminalidad dispone la participación directa, continua y complementaria en apoyo a la Policía Nacional en seguridad interna (seguridad ciudadana, lucha contra el crimen organizado y mantenimiento del orden público), control de armas, municiones y explosivos, participación en el control de invasiones y actividades de minería ilegal.

En su política con un enfoque de carácter integral dispone la colaboración de Fuerzas Armadas en la gestión de riesgos y desastres, asistencia a operaciones de paz y ayuda humanitaria, defensa y protección del medio ambiente y patrimonio natural; y, participación en misiones de ayuda social.

El Reglamento a la Ley de Seguridad Pública y del Estado

El 24 de septiembre del 2010 es aprobado el reglamento a la ley. En él se establecen los procedimientos que faciliten su cumplimiento. A los Ministerios se dispone la conformación de las Unidades de Planificación a fin de que realicen y actualicen permanentemente la apreciación estratégica de la situación en su ámbito de acción.

La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos que reemplaza a la Defensa Civil de la anterior ley, se constituye en el órgano rector y ejecutor del Sistema Nacional Descentralizado de Gestión de Riesgos, con funciones de prevención, mitigación, preparación y respuesta a desastres, hasta la recuperación y desarrollo posterior. Entre sus competencias están: dirigir, coordinar y regular el funcionamiento del Sistema, formular las políticas, estrategias, planes y normas del Sistema, bajo la supervisión del Ministerio Coordinador de Seguridad. Está conformado por las unidades de gestión de las instituciones públicas y privadas de los ámbitos local, regional y nacional.

Como organismo de asesoramiento a la Secretaría de Gestión se crea el Comité Consultivo conformado por los ministros de los Ministerios Coordinadores creados por el Gobierno. En cada jurisdicción territorial se conforman los Comités de Operaciones de Emergencia. Estos podrán ser nacionales, provinciales y cantonales.

De los organismos internacionales

De la misma forma que la doctrina de seguridad nacional fue impulsada por la Junta Interamericana de Defensa y el Colegio Interamericano de Defensa, la doctrina del Socialismo del siglo XXI ha sido fortalecida por la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), el Consejo Sudamericano de Defensa y la Escuela Sudamericana de Defensa, esta última, como un centro de formación en seguridad, para convertir a la región en una zona de paz.

La ESUDE como se le conoce a esta Escuela, fue creada el 17 de octubre de 2009, en la Cumbre del ALBA, en Cochabamba. Establecieron como objetivo “fortalecer el proceso de integración de los países del ALBA mediante la formación de personal civil y militar con orientación anticolonialista, antiimperialista y anticapitalista”. A la inauguración de las obras terminadas el 31 de mayo de 2011 asistió el Ministro de Defensa de Irán Ahmad Vahidi (con orden de captura internacional por su participación en los actos terroristas contra la Mutual Judía de la AMIA en Buenos Aires en 1994). El 25 de julio de 2013, en el I Seminario Internacional de Seguridad y Defensa llevado a cabo en La Paz- Bolivia, el Presidente Evo Morales, en su discurso de inauguración, a nombre de los Presidentes del ALBA manifestó que “tenemos la obligación de cambiar la doctrina de nuestras Fuerzas Armadas, queremos unas Fuerzas Armadas formadas ideológicamente, políticamente, programáticamente”.11


En Quito, por primera vez, se reunió la ESUDE, el organismo de formación en materia de defensa de la región. Para el Ministro de Defensa Fernando Cordero, la filosofía de la defensa no prevé el entrenamiento para la guerra y sí, en cambio, tiene en cuenta la importancia de los aspectos disuasivos ante "nuevas amenazas" como el narcotráfico, la trata de personas y otras.12 

A manera de conclusiones:

1. La estructura fundamental de la Seguridad Nacional es la misma en las dos leyes en cuanto tiene que ver con los organismos que la conforman. Cambian sus nombres. La visión de carácter civilista de la actual ley le convierte en un sistema eminentemente político, planificado y coordinado desde el Ministerio de Coordinación de Seguridad, en reemplazo de la Secretaría del Consejo de Seguridad Nacional de la anterior ley que era un organismo técnico. La diferencia entre lo técnico y lo político es fácil de avizorar en cuanto a su permanencia como pilar fundamental de la supervivencia de un país. Que no sea una grave amenaza a la seguridad del país la que deje en evidencia que la opción exclusivamente civilista no fue una buena elección. La experiencia del terremoto del 16 de abril de este año, no fue buena para la Secretaría de Gestión de Riesgos.

2. La política de seguridad es una política de Estado a través de la cual se construye un escenario de riesgos y amenazas para el país, y suponen periodos que van más allá de la permanencia de un Gobierno o de la implementación de una ideología, por lo cual, se requiere de un consenso social y político que legitime los objetivos nacionales y permita su materialización. La importancia de esos objetivos determinará la utilización de los recursos humanos, militares y económicos que el país tenga que utilizar, y el tipo de alianzas, pactos y medidas de seguridad que se tengan que implementar.

3. Siendo la seguridad nacional “la empresa de mayor jerarquía estratégica del Estado moderno”13, las leyes que la materializan no pueden de manera alguna excluir, por aspectos ideológicos o de conocimiento, a los actores que por su naturaleza se constituyen en los pilares fundamentales del Sistema.

4. La seguridad nacional dejó de ser una función privativa de las Fuerzas Armadas, pasó a ser una gran responsabilidad del gobierno y una permanente obligación de los ciudadanos en el cumplimiento de sus preceptos. La responsabilidad de la defensa nacional es exclusiva de las Fuerzas Armadas; siendo así, su entrenamiento no puede ser interferido con misiones que son propias de la seguridad interna y que deben ser considerados como parte de la gobernabilidad de la sociedad, y por lo tanto, conducidos por las autoridades civiles a través de los organismos policiales y del sistema de administración de la justicia.

5. La consolidación de un sistema democrático debe ir más allá de querer demostrar que los militares están efectivamente subordinados al poder político, y que cualquier pronunciamiento de carácter netamente institucional es una grave falta al principio de la no deliberancia. Lo anterior significaría, como lo afirma Alberto Acosta, “que el papel de las fuerzas armadas es la de un convidado de piedra o de garantes represivos en la instrumentación de las reformas concentradoras y excluyentes que caracterizan al neoliberalismo, en los campos político y económico”.14

6. La relación fluida entre el Gobierno nacional y la Institución militar debe ser una constante permanente en un régimen democrático, a fin de permitir al menos en el campo de la seguridad nacional un empeño sincronizado de los recursos nacionales.



Referencias:

1 es.wikipedia.org/bahía de cochinos 
2 Clarin.com
3 es. wikipedia.org
4 R.O.1 de 11 de julio de 1963
5 Gándara Enríquez Marcos. El Ecuador del año 1941 y el Protocolo de Río. Pág. 824
6 R.O. 395 de 15 de diciembre 1964
7 es. wikipedia. org
8 Plan Nacional de Seguridad Integral.
 9 Ibídem
10 Janowitz Morris. El Soldado Profesional. Bibliografía Omeba.
11 Diario El Telégrafo. 4 julio 2013
12 Diario El Telégrafo. 4 de abril 2014
13 Littuma Arízaga Alfonso. Crnl. La Nación y su Seguridad.
14 Fuerzas Armadas. Desarrollo y Democracia. Ediciones Abya-Yala. Quito 1996

Artículo publicado en la Revista Presencia No 32 de la Asociación de Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas. Septiembre 2016

jueves, 11 de febrero de 2016

LA VENTA DE LA BANDERA

INGENUIDAD, POLITIQUERÍA  Y  NEGOCIADO

A la memoria de Antonio Lloret Bastidas, Cronista Vitalicio de Cuenca

Gral. Patricio Lloret Orellana

ANTECEDENTES

La guerra Sino-Japonesa:

La Primera Guerra Sino-Japonesa se inicia el primero de agosto de  1894, en el mar de la China Oriental, por causa de los Tung-hak coreanos. (Esta nación se veía muy encaminada hacia una independencia soberana, y ningún poder occidental estaba preparado para apoyar su independencia, lo cual dejó vía libre al Japón). En chino se la conoce como “Guerra Jiawu”, por haber ocurrido en el año chino que lleva ese nombre. Culminó en marzo de 1895 con la victoria del ejército japonés y la firma del tratado de Shimonoseki, mediante el cual, China acepta la cesión de Taiwan, las Islas Pescadores y Liaodong. En este conflicto no dejaron de estar presentes la mayor parte de las potencias europeas que se movían por toda el Asia en busca de grandes intereses.

El contingente chino, conocido como el ejército de Beiyang alcanzaba los 630000 hombres, incluido su Marina de Guerra, enfrentándose al ejército imperial del Japón de 240000 hombres y su Armada con doce buques, una fragata, 22 barcos torpederos.
Un año antes de producirse la guerra, Tokio ya estaba preocupado de la presencia de naves rusas en aguas cercanas a su límite marítimo; por ello, inició conversaciones con Inglaterra, para mejorar su flota con unidades usadas. Dispuso a todas sus embajadas la búsqueda de buques rápidos, especialmente cruceros. Chile asomó en la lista de países que tenían en su Armada este tipo de nave.


El Crucero “Esmeralda”:

Esmeralda
Izumi

Crucero Esmeralda
Historial
W.G.Armstrong, Mitchell and Co. Ltd., de Low Walker, Inglaterra
Tipo
Puesta en grada
5 de abril de 1881
Botado
6 de junio de 1883
Asignado
16 de octubre de 1884
: 1895
Baja
15 de noviembre de 1894
: 1 de abril de 1912
Destino
Vendida a Japón.
: Desguazado
Características generales
2.950 t
82,35 m
12,8 m
5,64 m
Armamento
• 2 ametralladoras Gatling.
• 2 ametralladoras Gardner.
• 5 ametralladoras Hotchkiss de 37 mm.
• 2 cañones de 6 lbs.
• 6 cañones de 6"/22
• 2 cañones de 10"/20
• 3 tubos lanza torpedos 14"
Propulsión
Máquinas horizontales de doble expansión
12 calderas
2 hélices
6.083 HP
Velocidad
18,3 nudos (33,82 km/h)
Tripulación
300



La evolución de la guerra naval en Chile tiene su punto de partida en la Guerra del Pacífico, que enfrentó a esta nación, con Perú y Bolivia. La velocidad del “Monitor Huáscar” y de “La Unión”, de la Armada peruana, pusieron en serios aprietos a las fragatas chilenas. Luego de esta experiencia, la Armada chilena ya empezaba a considerar la posibilidad de constituir una fuerza pequeña pero de gran velocidad e independencia; por ello, encargó la construcción de este navío que cumpla con estas condiciones y pueda fortalecer la flota que se había desgastado en las operaciones contra el Perú.

El crucero protegido “Esmeralda” fue lo más avanzado en buques de guerra. Fue el primer crucero acorazado que cambió el concepto de buque veloz y poderosamente armado. Su compra fue financiada a través del aporte popular, aprovechando el prestigio ganado por la segunda “Esmeralda” en el combate  naval de Iquique.


LOS ACTORES

El presidente Cordero:

El Dr. Luis Cordero Crespo nació en Surampalti, en la parroquia Déleg, perteneciente al cantón Azogues, provincia del Cañar, el 6 de abril de 1833. Sus padres fueron Gregorio Cordero Carrión, agricultor y comerciante, y Josefa Crespo Rodríguez. La educación primaria la recibió en su hogar; ingresó al colegio Seminario Conciliar de Cuenca, del cual fue posteriormente su Secretario y profesor de gramática, filosofía, matemáticas y humanidades.

Estuvo casado con Jesús Dávila y Heredia de quien enviudó antes de ejercer la Presidencia de la República. En segundas nupcias se casó con la quiteña Josefina Espinosa Astorga en 1896.

 En 1861  se graduó de maestro en filosofía y obtuvo el grado de doctor en derecho en la universidad de Quito en 1865. En este mismo año se incorporó como abogado ante la Corte Superior de Cuenca. Miembro de la Sociedad de Buenas Letras de Sevilla, Miembro Correspondiente de la Academia Española, de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, de la Sociedad de Ciencias y Bellas Artes de San Salvador, de la Academia de Jurisprudencia de Madrid, de la Academia de Abogados del Azuay, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Chile. Hablaba y escribía el quichua y publicó un diccionario Quichua-Español, Español-Quichua, premiado con la Gran Medalla de Oro en la exposición internacional de Madrid en 1892.  (1) Gerardo Nicolás López.- Síntesis de la historia de la República.- 1980

En la crisis de 1859 combatió contra Guillermo Franco y a favor del gobierno provisorio de Quito. Diputado por Azuay en 1867, propuso la creación de las universidades de Cuenca y Guayaquil, y fue el único representante que no ratificó la elección de Javier Espinosa, por haber sido impuesta. El Gobernador de Cuenca don Carlos Ordoñez  lo desterró a Loja bajo la falsa acusación de haber apoyado el golpe del general José Veintemilla contra García Moreno en Guayaquil.

En la campaña de la Restauración, armó con su dinero una columna de 100 hombres y la comandó para favorecer el avance del general Francisco Javier Salazar a Riobamba y Quito. Integró el pentavirato del gobierno provisorio desde febrero de 1883. Fue Senador por Cañar en 1885 y presidió el Senado en 1891. Fue Rector de la Universidad de Cuenca desde 1910 hasta su muerte ocurrida en Cuenca el 30 de enero de 1912.

 “Fue uno de los fundadores de la poesía Mariana y si es verdad que no puede considerárselo como poeta mariano propiamente dicho, de su estro, pero más aún, de su pedagogía literaria, arranca una tradición que ha de lograr mantenerse incólume por muchos años, y con ser el fundador, fue el portalira de un romanticismo batallador y a la vez de un romanticismo religioso de aires tranquilos y claros” dirá de él, el Cronista de Cuenca, Antonio Lloret Bastidas.

Ni conservador ni liberal dice Gabriel Cevallos García sobre Cordero, es decir, no lo quiere ubicar entre los conservadores garcianos, inventados por Ponce Ortiz, ni liberal encasillado en el pensamiento de Urbina o Veintemilla. Siempre se refugió de la persecución política o eclesiástica, en el agro, es decir, en su hacienda de Deleg.

Faltaba más de un año para que Antonio Flores terminara la presidencia de la República,  cuando vecinos de Azogues y  Cañar presentaron la candidatura del general Francisco Javier Salazar, Ministro del Interior y de Relaciones Exteriores. Lo presentaron como candidato del Partido Nacional o Progresista. La candidatura de Salazar, militar distinguido y civilista, fue bien recibida, pero Salazar murió de fiebre amarilla en Guayaquil. Era septiembre de 1891. En forma inmediata, José Plácido Caamaño propuso el nombre de Luis Cordero.

Apoyaron su candidatura los progresistas, algunos  liberales, especialmente de Guayaquil, por la influencia que tenía sobre ellos Caamaño, los mandos del Ejército y la mayoría de empleados y funcionarios del Gobierno. El candidato de los conservadores fue Camilo Ponce Ortiz, “El Patriarca”. Lo apoyaban su numerosa e influyente familia, la Iglesia y connotados liberales y radicales de Quito especialmente. Las elecciones tuvieron lugar en los días 10, 11, 12 y 13 de enero de 1892. Se supo el resultado de ellas el 8 de febrero: Cordero obtuvo 36357 votos; Ponce, 26321.

Fue Presidente de Ecuador desde el 1 de julio de 1892 hasta el 16 de abril de 1895. Sus vicepresidentes fueron Pablo Herrera (hasta enero de 1894) y Vicente Lucio Salazar (hasta el 16 de abril de 1895). Salazar fue Presidente en ejercicio entre el 16 de abril y el 5 de junio del mismo año.

Muchos historiadores le consideran a Luis Cordero un antimilitarista. Sus actos y su comportamiento con las Fuerzas Armadas demuestran lo contrario.
“Hombre creyente, hombre de fidelidad a su Dios y a su Iglesia, sumisa persona que enciende su fuego en el hogar donde arde y alumbra la Buena Nueva, intelectual cuyos senderos se marcan sobre el suelo temporal de su caminar con destellos de evangélica verdad, hombre con quien la ortodoxia de su entendimiento es inseparable de la ortopraxia de su voluntad y de las manifestaciones de ella en la vida pública y en la vida privada” (2) Gabriel Cevallos García.- Colección Tomebamba.- Cuenca.- 1982


José María Plácido Caamaño


Como fruto de la Convención Restauradora es elegido para el cargo de  Presidente de la República para el periodo 1884-1888. Se constituía como el primer presidente progresista, después de que dicha doctrina se formara desde 1875 en la ciudad de Cuenca. Agricultor y comerciante, graduado en Jurisprudencia y enrolado en la política, asomó como parte del pentavirato de Quito junto a Luis Cordero. Estando en Lima, se sorprendió cuando recibió la noticia de que en su país había sido nombrado como Presidente de la República.

En su gobierno nació lo que se denominó “La Argolla”, es decir, alto nepotismo de la familia Flores-Caamaño. La “montonera” de la Costa no le dejó nunca en paz durante su mandato. Al mando del general Reinaldo Flores, su pariente político, se dio el combate naval de Jaramijó, en el cual, el “Alajuela” que cambiado de nombre a “Pichincha” ardió en llamas en las costas de Esmeraldas, logrando salvarse milagrosamente el caudillo liberal Eloy Alfaro. Le pusieron por mote el de “treintamillas”, por considerarlo un digno sucesor de Veintemilla. 

Varios militares fueron pasados por las armas en su gobierno, entre otros: mayor Leonardo González, coronel Nicolás Infante, coronel Luis Vargas Torres, coronel Amador Viteri.
Su influencia sobre el gobierno de Luis Cordero fue determinante al hacerse nombrar Gobernador de Guayaquil, en ese entonces, el cargo más importante del país después de la Presidencia; y a su cuñado, el general Reinaldo Flores, como comandante general del Ejército en la plaza de Guayaquil. Desde su despacho seguía funcionando la “Argolla”, cuyos eslabones más poderosos estaban en manos de los Caamaño y los Flores.

El círculo familiar de diestros en peculados venía actuando desde 1883 en el ámbito gubernamental de José María Placido Caamaño, y formaban parte de  “la Argolla” que fue el blanco de la burla popular, una vez que se descubriera la trama del negocio. En las calles se entonaba una copla burlesca, mientras se apedreaba los balcones de Caamaño: “Ladrones los de la argolla/vendieron nuestra bandera/y nos salen con la farsa/de que fue la de Noguera”.

José Abel Castillo:


Nació en Ambato el 17 de Noviembre de 1854. Hijo de Inés Castillo Albornoz (hija legítima a su vez de los ambateños José Castillo Bayas y de Alegría Albornoz).
Fue miembro de la Junta de Defensa Nacional, junto a notables personalidades del Ecuador. Es el pionero de la aviación ecuatoriana. Con su propio peculio compró un avión que lo llamó "El Telégrafo Primero", que fue piloteado por el aviador italiano Elia Liut, el mismo que realizó la hazaña de atravesar la cordillera de los Andes por primera vez en un vuelo de Guayaquil a Cuenca.

Desde la redacción de “La Nación” descifró con Aurelio Noboa Baquerizo redactor de “El Imparcial”, los cables y telegramas cruzados entre los intermediarios de Chile y el Gobernador del Guayas Plácido Caamaño.
 Al poco tiempo editó en la imprenta del Diario “El Tiempo” de Guayaquil su único libro conocido como “Proceso del Esmeralda” en 121 páginas con los detalles e incidentes del caso, más 67 páginas de documentos, reeditado en la Universidad de Guayaquil en 1990

Julio Castro Bastús

Político y escritor. Nació en Tabacundo, provincia del Pichincha, en 1836. Hijo legítimo del coronel José Castro y Benavides.

Para 1851 inició sus estudios de leyes en Quito y en  el año 55 su amigo Pedro José Cevallos Salvador le llevó a su casa donde se reunía con algunos compañeros contra el despotismo militar existente, en una sociedad secreta llamada “Los amigos de la humanidad”, que logró colocar en la Asamblea Electoral de Pichincha a varios de sus miembros. El 57 se graduó de abogado en la Universidad Central. En junio del 59 figuró con su amigo Pablo Herrera en la fundación del periódico político "El Primero de Mayo" en oposición abierta al régimen del presidente Francisco Robles. Allí publicó sus primeros ensayos literarios y cuando el 4 de septiembre se formó el triunvirato revolucionario en Quito bajo la presidencia de García Moreno, fue nombrado su secretario particular y como sargento mayor realizó la campaña militar contra la jefatura suprema del general Guillermo Franco en Guayaquil. El 24 de Septiembre de 1860 entró formando parte del ejército vencedor por las llanuras de la hacienda Mapasingue.

Declarado insubsistente el tratado Herrera García por la legislatura ecuatoriana del 94, le correspondió el honor de ser enviado a Lima por el gobierno del presidente Luis Cordero, a buscar una nueva solución al delicadísimo problema fronterizo que amenazaba estallar.

Dio a la luz pública un alegato histórico-político sobre “La compraventa del crucero Esmeralda” en 58 páginas, en defensa del gobierno, pero solo consiguió avivar más el fuego de las polémicas sobre tan controvertido escándalo nacional. Falleció en Quito, el 10 de noviembre de 1896, de sesenta años de edad. (3) Rodolfo Pérez Pimentel. www/Diccionario Bibliográfico Ecuador.com


José Modesto Espinosa Espinosa


Nació en Quito el 2 de diciembre de 1833. El último de los nueve hijos del matrimonio formado por el Dr. Manuel Espinosa Ponce, abogado, Ministro Fiscal de la Alta Corte y de su prima hermana Petrona Espinosa Ortiz, naturales de Quito.

El 21 de septiembre de 1855 se graduó de doctor en Jurisprudencia y contrajo matrimonio con su prima segunda Teresa Ponce Ortiz, con quien procreó nueve hijos. En enero de 1869 formó parte del inicuo plan forjado por García Moreno contra su hermano Javier Espinosa, que le había criado como a hijo, para hacerlo caer de la presidencia de la República.

Suscribió un Convenio de Arbitraje con el Ministro Plenipotenciario del Perú, Emilio Bonifaz, llamado por eso Convenio Espinosa - Bonifaz, sometiendo la resolución de la cuestión limítrofe al criterio del Rey Alfonso XIII de España, para que como árbitro de derecho decidiera de una manera definitiva e inapelable; pero Espinosa cometió el error de no hacer constar cual era el motivo del mencionado arbitraje.}

En 1890 ascendió a Ministro de la Corte Suprema. El 94 fue su Presidente por elección de entre sus miembros, cesando el 95 a causa de la revolución liberal. Falleció en Quito el 21 de diciembre de 1915 a los 82 años de edad. (4) Rodolfo Pérez Pimentel.- www.diccionariobibliograficoecuador.com.


Reinaldo Flores Jijón


Nació en el palacio presidencial el 14 de septiembre de 1.840 durante el segundo mandato de su padre el general Juan José Flores, casado con Mercedes Jijón y Vivanco, quiteña. Ingresó a la Escuela Militar y recibió tres años de lecciones. El 18 de mayo de 1857 entra en la Armada de la república del Perú y conquistó los galones de alférez de fragata.
                                                          
El problema del “Esmeralda” le llevó a un grave cruce de palabras con Caamaño que terminó a bofetadas. Flores renunció en la mañana del 4 de junio ante una Junta Cívica pues era un militar de honor. Se embarcó junto con su familia y se fue al Perú. Residió en Lima y falleció en el balneario de Barranco, al lado de dicha capital, el 3 de julio de 1.904, a los  64 años de edad. (5) Rodolfo Pérez Pimentel:  www.diccionariobibliograficoecuador.com


Guillermo Puelma Tupper


Nació en Santiago, Chile, el 20 de septiembre de 1851; hijo de Francisco Segundo Puelma Castillo y Elisa Tupper Zegers.  Se desempeñó como periodista, escritor, director del Liceo Manuel de Salas, profesor extraordinario de Histología, en la Universidad de Chile. Fue electo Diputado propietario por Parral, período 1882-1885; integró la Comisión Permanente de Educación y Beneficencia y fue diputado reemplazante en la Comisión Permanente de Policía Interior. Falleció en Viña del Mar, Chile, el 26 de abril de 1895.

LOS HECHOS

EL ODIOSO ASUNTO DEL CRUCERO DE GUERRA “ESMERALDA”


El 16 de octubre de 1894, llega un telegrama del Cónsul General del Ecuador en New York, señor Modesto Solórzano, dirigido a José María Plácido Caamaño, Gobernador de Guayaquil:

“Flint propone a nombre del Gobierno de Chile, que el Gobierno del Ecuador tome bajo su nacionalidad el buque de guerra “Esmeralda”, para conducirlo directamente a Honolulu, donde la nacionalidad será cambiada, de acuerdo con las instrucciones que serán dadas por el Gobierno del Ecuador. En consideración del actual servicio, Chile ofrece al Ecuador completo apoyo moral y, además, material de guerra, en caso de necesidad. Consulte inmediatamente al Gobierno de Quito y envíe instrucciones al Cónsul del Ecuador en Valparaíso. Conteste inmediatamente”. f) Solórzano

El telegrama  transcrito de inmediato al Presidente de la República, Dr. Luis Cordero,  manifiesta: “Creo que las condiciones son inmejorables y, en mi concepto, aceptables; pues, de este modo podemos conseguir mucho de Chile, que manifiestamente se ofrece a favorecer al Ecuador contra cualquier emergencia. Sírvase decirme que contesto. Su amigo y S. Gobor.”

Estas comunicaciones iniciaron una compleja telaraña que en los siguientes seis meses dieron lugar a lo que el presidente Luis Cordero llamó el “odioso asunto del crucero de guerra Esmeralda” que envolvió al poder Ejecutivo y terminó devorando al mismo Presidente.

Mr. Flint era un agente comercial y de negocios de los Estados Unidos de Norte América, corresponsal de comerciantes ecuatorianos, muchos de ellos con contratos importantes con el Estado. Pertenecía a la Casa Flint de New York, subsidiaria del Sindicato Monopolista Morgan, dirigida por John Pierpont Morgan, nacido el 17 de abril de 1837, fue un empresario banquero, filántropo y coleccionista de arte estadounidense que dominó las finanzas corporativas y la consolidación industrial de su época.

El Cónsul de Ecuador en Valparaíso era el chileno Luis A. Noguera.

La respuesta del Presidente al Gobernador del Guayas decía: “Señor Gobernador: para resolver lo que convenga en el delicado asunto del buque de guerra chileno “Esmeralda”, sírvase decirme que obstáculo tiene Chile para llevarlo a Honolulu con su propia bandera. Es de temer que se nos envuelva en algún embrollo odioso con otra nación. Sírvase contestarme sin demora. Su amigo Presidente”.

La guerra chino-japonesa había puesto al Japón en la necesidad de armarse, del modo que fuere. Muchos países habían declarado su neutralidad en el caso, y entre ellos Chile, a quien Japón quería comprar un crucero. La declaratoria de neutralidad le ponía a Chile en la imposibilidad de realizar el contrato. Entonces se recurrió a un medio, al parecer muy sencillo: rogar a un país hermano hiciera de vendedor; este país era Ecuador.

La subsidiaria de Morgan en Valparaíso, Chile, la Casa Staern, se hallaba en el empeño de conseguir la compra del “Esmeralda”, en un precio que alcanzaba las doscientas veinte mil libras esterlinas; su obstáculo, el cómo llevar el buque desde Valparaíso al Japón, con la bandera chilena, a sabiendas de la neutralidad declarada por este país en el conflicto entre japoneses y chinos.

En Guayaquil, ciudadanos guayaquileños hacían de corresponsales de la casa Flint de New York y a su vez, estaban emparentados con el Gobernador; además, el sindicato Morgan conocía de los problemas que vivía el país como resultado de acontecimientos sucedidos en Quito y Guayaquil, en contra de la Legación del Perú; incluso, sabía de alguna deuda a Chile por adquisición de armamento por parte de Ecuador, como consecuencia de las tensas relaciones diplomáticas que mantenía con el Perú, a consecuencia del tratado Herrera-García. No le faltaban razones al gobierno para recelar del pedido realizado por el Gobernador.

La explicación de Caamaño: (17 de octubre/94)

“Señor Presidente: Hago cablegrama preguntando a New York y comunicaré respuesta. A mí me ha parecido un paso conveniente, porque una vez que se nos ofrece auxilios, no debemos perder la oportunidad de poderlos solicitar; pues el Perú ha comprado un buen vapor, ha recibido actualmente armas en el Aconcagua, y todos dicen que Cáceres ofrece la guerra al Ecuador, para hacerse popular y destruir así su desprestigio, y nosotros estamos con las manos vacías-relativamente-con esperanzas muy remotas de llegar a poseer el buque negociado. Por otra parte, según carta de Orfila recibida ayer, Alfaro está en León de Nicaragua. El Presidente protege abiertamente a los revolucionarios de Colombia y Ecuador, y hay más de 500, entre unos y otros, en ese punto. Dice, además, que ha salido para Europa con gran suma de dinero el señor Rubio Hemo y se cree que es para comprar armas. Nosotros, mientras no contemos con apoyo extranjero, estamos rendidos, mucho más cuando, para conceder facultades al Ejecutivo, esperan que se llegue a los extremos, no obstante de que no se habla de otra cosa que de una próxima revolución. Veremos lo que contestan de New York. La carta de Panamá y el periódico del Perú remito hoy en el correo.- Su amigo y S. Gobor”.

A pesar de la claridad con que se expresa en el telegrama el Cónsul del Ecuador en New York, Caamaño habla de poder poseer el buque negociado. Por su parte, la “Alfarada” era un dolor de cabeza permanente para el gobierno de Cordero. El entorno político que vivía el país bajo el amparo del Progresismo, movimiento político formado en Cuenca, y dirigido por el presidente Antonio Borrero, y la cercanía de la revolución liberal encabezada por el general Alfaro, era de inseguridad y temor.

Efectivamente, Caamaño había telegrafiado el 17 de octubre al Cónsul en New York, indicando que el gobierno necesitaba saber la razón de la petición: “Teniendo compromiso-añadía-urge explicación clara”. Y Solórzano replica que el agente Flint le explicará el servicio prestado, asegurando que la transferencia del buque estaba arreglada de acuerdo a las instrucciones de Quito, aunque Flint demoraba su explicación porque tampoco de Quito había órdenes concretas.

Del Presidente al Gobernador: (18 de octubre)

“Señor Gobernador: Estamos muy de acuerdo en que sería bien presentar a Chile el servicio que desea; pero es conveniente indagar bien el asunto, y me parece que sería muy bien que haya telegrafiado usted a New York. Con lo que de allí se nos diga, resolveremos lo conveniente. Espero la carta de Orfila y el periódico del Perú, para mostrarlos a los amigos del Consejo de Estado.- Su amigo, Presidente.”

Caamaño le informa al Presidente, de la recepción del cablegrama remitido desde los Estados Unidos, y le transcribe su contenido: (19 de octubre)

 “El buque se recibirá por el Japón, al tiempo de hacerse a la vela o estando en Honolulu. Conviene Ecuador conceda con prontitud y de instrucciones. El traspaso se hará en conformidad con instrucciones del gobierno de Quito.”

A renglón seguido emite sus recomendaciones: “Esta es la respuesta y, si usted desea mi opinión, yo creo que el gobierno debe acceder; pues, nosotros nada tenemos que ver con el Japón ni con la China, y mientras tanto, será un acto muy satisfactorio para el gobierno de Chile, con el cual debemos congratularnos y del que tenemos-tarde o temprano- que esperar positivos servicios. Si se resuelve algo, lo que se resuelva, me permito indicar a usted que debe ser sin demora, porque así lo exigen las circunstancias.- Amigo y S.Gobor.

A todas luces, las urgencias de Caamaño son notorias y buscan alcanzar del Presidente una rápida decisión; posiblemente, el mensaje recibido desde el consulado el mismo 16 de octubre condiciona su  apuro: “Confirmo mi telegrama de esta fecha en clave acordada por usted. Traduzca con mucho cuidado. Flint ofrece 2250 libras en privado para nosotros. Procure conseguir resultado favorable. Conteste por telégrafo (código ABC)” f) Solórzano.

La insistencia también venía de parte del intermediario: “Sírvase prestar gran atención al telegrama del Cónsul”. f). Flint

Ese mismo día contestó al Cónsul: “Entendidos tres telegramas. Dirigidos Quito con interés favorable. Avisaré resultado a Valparaíso y New York”. f) Gobernador

 Finalmente Caamaño telegrafió a Solórzano: “Conteste a Flint que tengo mucha dificultad con las autoridades de Quito, y usted procure obtener la recompensa. Contésteme.”
¿Realmente había dificultad en conseguir el asentimiento del Presidente?, o solamente buscaba mejorar la oferta de Flint.

Del Presidente a Caamaño: (20 de octubre)

“Estamos acordes en que se le preste a Chile el servicio que desea; pero hay que pensar en la forma decente de prestárselo. Lo más aceptable nos ha parecido lo siguiente: telegrafíesele a nuestro Cónsul en Valparaíso, para que, en nombre de nuestro gobierno consienta que el buque chileno “Esmeralda” haga con nuestra bandera, un viaje de ensayo a Honolulu, para que podamos conocer sus condiciones marinas y perfeccionar negocio, si estas nos satisfacen. Comisiónese a quien convenga-aunque sea chileno-para que al fin del viaje a Honolulu, opine si le parece o no si las condiciones del buque son adecuadas para las costas y ríos del Ecuador. Si no son en el todo satisfactorias, prescíndase de gestiones ulteriores y retírese la bandera ecuatoriana. ¿Qué le parece esta forma? Si la tiene usted por aceptable, entiéndase con Solórzano y con Noguera por el cable. De lo contrario indique sin demora lo que le parezca mejor. Los señores doctores Herrera y Carlos Tobar aprueban nuestra idea. Amigo de Usia, Presidente.- Por los Ministros del Interior y de Guerra, el de Hacienda”.

De su lectura, debemos entender que la forma decente de apoyar a Chile era la de montar una operación ficticia mediante la cual, el Ecuador probaría las condiciones del buque a través de un viaje desde Valparaíso a Honolulu, previo a su compra; posteriormente, se emita un informe en el cual conste que las condiciones del buque para operar en las costas ecuatorianas no son las adecuadas, para finalmente, retirar la bandera ecuatoriana y dejar el buque en su sitio de destino para facilitar la venta al Japón.

Del Gobernador al Presidente: (20 de octubre)

“De New York me cablegrafían el asunto, y es muy sencillo: Chile vende al Japón su buque de guerra “Esmeralda” por medio del Ministro del Japón, que está en los Estados Unidos y Chile tiene negocios con las potencias que están en guerra y necesita de la bandera de una nación que no tenga esas conexiones como es nuestro país, a quien le importa un bledo japoneses y chinos. Chile podría buscar y encontrar fácilmente alguna otra nación que se encuentre en nuestras mismas circunstancias, y seguramente se ha fijado en el Ecuador, porque cree que este gobierno tiene motivos de gratitud y muchas probabilidades de hacernos-no muy tarde- de una positiva reciprocidad. Yo me permito indicar a usted, que si nuestra resolución tarda, buscará Chile otra bandera y pondremos un punto muy oscuro en nuestras relaciones con un Gobierno al cual hoy mismo le debemos una fuerte suma. Según los telegramas de algunos periódicos, Inglaterra ha vendido un buque al Japón y la guerra se recrudece por resistirse la China a entrar en arreglos, por lo cual el asunto es urgentísimo. En caso de acceder el Gobierno, como no lo dudo, las instrucciones se reducirán a decirles a los Cónsules del Ecuador en Valparaíso y New York que procuren arreglar las cosas de manera que no se comprometa la honra de nuestra bandera. En cuanto a la carta de Orfila, no hay ningún inconveniente para que se enseñe con la correspondiente reserva. Urge respuesta. Su amigo y S. Gobor”.

Se ven claros los temores de Caamaño; con la “montonera” al frente y al Sur la guerra con el Perú, ayudando a Chile-pensaba Caamaño- nos podría dar armas para detener a los de adentro y a los de afuera.

Del Presidente a Caamaño: (21 de octubre)

“Perfectamente explicado el asunto de Chile con el Japón. Ya comprendí que el primero había tenido algunas relaciones con China, las cuales le impedían entenderse directamente con el Japón. Supongo que usted habrá recibido el telegrama que le hicimos ayer sobre el particular. Dígame si le parece bien el giro que damos al asunto. En caso afirmativo de usted las ordenes por el cable a Solórzano y Noguera. Su amigo. Presidente”.

De Caamaño al Presidente: (21 de octubre)

“Después de haber puesto usted el telegrama referente a lo de Chile, recibo en el vapor del Sur, que acaba de llegar, una nota en que el Director del Tesoro de Santiago reclama el pago del dividendo vencido. El documento lo remitiré a usted en el correo de hoy. Su amigo y S. Gobor”

Se refiere al pago del dividendo vencido por la deuda del Ecuador a Chile. No dejaba de ser un disimulado chantaje por parte de Chile que como nación acreedora del Ecuador no dejaba de tiempo en tiempo de presionar por el pago vencido de letras por la venta de armas. Tampoco se descarta que hábilmente Caamaño utilizara el tema para presionar al gobierno a aceptar su propuesta. El Presidente le decía en un telegrama del día 22 “Sensible es que todavía no podamos pagar a Chile los dividendos vencidos. Hay que pensar en algún arreglo según la autorización del Congreso”

De Caamaño al Presidente:

“Saludo a usted afectuosamente. Mi salud mejora muy lentamente y despacho en casa, sin salir hoy sesenta y cinco días. El telegrama relativo al buque chileno me ha parecido muy bien y ya he dirigido el telegrama a Nueva York y estoy formulando el de Noguera. Su amigo y S Gobor”.

Llama la atención en este telegrama, la enfermedad de Caamaño, que aparece postrado en cama, sin salir de sus habitaciones por sesenta y cinco días. No he encontrado referencias sobre esta enfermedad.

Caamaño transmite al Cónsul del Ecuador en Chile,  un telegrama en donde se alteran las instrucciones acordadas hasta entonces. La propuesta dice: (22 de octubre)

“Cónsul de Ecuador en Nueva York telegrafía que el Gobierno de Chile desea que el Ecuador permita usar su bandera para transportar a otro Gobierno un buque de guerra. El Gobierno del Ecuador accede puramente por consideración al Gobierno de Chile de manera que se evite complicaciones internacionales. El Gobierno del Ecuador sugiere como medidas convenientes que usted lo haga aparecer como interesado por comprar dicho buque y así pueda salir con bandera ecuatoriana, como en viaje de prueba a Honolulu u otro puerto y allí tomar la bandera del verdadero comprador, declarando que el buque por sus condiciones no es adecuado para el Gobierno del Ecuador. Sírvase arreglar de conformidad, en privado y confidencialmente con el Gobierno de la República de Chile, tomando en consideración que el Gobierno del Ecuador desea y está decidido a hacer este servicio al Gobierno de Chile. Sírvase informar lo que ocurre. f) Gobernador”.

Si comparamos la propuesta que le hace el Presidente en su telegrama de 20 de octubre al Gobernador, en el afán de lograr algún camino adecuado para el uso de la bandera, con este telegrama remitido al Cónsul en Valparaíso, podemos concluir que Caamaño da como un hecho la aceptación del Presidente, e interpretando acorde a sus intereses, emite disposiciones que están lejos de aquellas que propone el Presidente.

Del Gobernador al Presidente: (23 de octubre)

“Para llenar apariencias, el Gobierno de Chile pide que el Gobierno del Ecuador telegrafíe directamente proponiendo la compra del buque “Esmeralda”, lo cual me permito indicar que puede hacerse en la forma siguiente: mi gobierno desea comprar buque de guerra “Esmeralda”, y comisiona a Cónsul Noguera para tratar respecto precio y demás condiciones de la venta. Su amigo y S. Gobor”.

A través del Ministro de Hacienda e interino de Guerra, se presume que el Presidente acepta la sugerencia del Gobernador, al dirigir el telegrama:

Del Ministro Cárdenas al Gobernador: (24 de octubre)

“Sírvase usía dirigir al gobierno de Chile un cablegrama que diga: Mi gobierno desea comprar el buque de guerra “Esmeralda” y comisiona Cónsul Noguera para tratar respecto de precio y demás condiciones, si ensayando buque en una travesía de mar resulta aceptable para Ecuador. El Ministro de Hacienda e interino de Guerra.- Cárdenas”.

No existe un telegrama dirigido por el Gobernador al Presidente de Chile don Jorge Montt.

Con otras sutilezas que se cruzan el Gobernador del Guayas con el Cónsul en Valparaíso continúa el trámite: el 25 de octubre se cursa desde Santiago  este cable: “Gobernador Guayaquil.- Es necesario que Gobierno del Ecuador telegrafíe directamente al Gobierno de Chile, solicitando la venta del Esmeralda por su cuenta, la cual será aceptada cuando se presente. El buque irá a puerto ecuatoriano de donde saldrá para puerto de destino. Telegrafíe la contestación lo más pronto posible. Cónsul de Valparaíso”.

 Se exige una cuestión directa, sin condiciones.


Del Ministro de RR.EE.: (27 de octubre)

Clave Cónsul Noguera- “Mi Gobierno desea comprar buque Esmeralda y comisiona Cónsul Noguera para negociar respecto precio y otras condiciones, si el buque es aceptable para Ecuador después de viaje de prueba. Ministro de RR.EE y de Guerra.”

Este mismo telegrama dirige el Ministro Cárdenas al Gobernador Caamaño. Basado en este antecedente-sin más tardanza- el Gobernador Caamaño cablegrafía a Noguera en Valparaíso, y le dice:

Del Gobernador al Cónsul: (27 de octubre)

“Sírvase dirigirse a Santiago para ponerse de acuerdo con el Gobierno de Chile a fin de que la operación solicitada se haga muy privada para evitar mala consecuencia con el Perú. Si la autorización para la venta debe darse en términos generales, el buque debe salir para Chatam y allí recibirá la bandera y saldrá para el puerto de destino y después de su partida el Gobierno del Ecuador no tendrá nada posterior con el buque. Sírvase avisarnos cuando debe entrar el buque en Chatam. Nosotros enviaremos un comisionado especial al propósito, en vista de la contestación. Usted puede arreglar el asunto en estos términos, o apreciar si es necesaria alguna alteración. f) Gobernador”. (Chatam es el nombre que los ingleses dieron a San Cristóbal).

En Chile, el gobierno del Presidente Montt se cuida mucho de entrar en el callejón del escándalo para guardar las apariencias, y el cablegrama del Ministro al Plenipotenciario de ese país en Lima le avisa que una persona de confianza viajará a Guayaquil para cerciorarse si es cierto que el gobierno ecuatoriano va a comprar el buque, pero el oficial de la Legación de Chile en Lima- que era el designado para este viaje, recibe contraorden de no ir a Guayaquil. Entre tanto, el Cónsul Solórzano se esforzaba en solicitar del gobernador Caamaño que se mantenga en reserva algunos de los pormenores, en especial el que fijaba el destino del buque.

Telegrama del 30 de octubre de 1894 emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, al Ministro de Chile en Lima:

“Disponga que el oficial de esa legación u otra persona de confianza absoluta, se traslade a Guayaquil, a averiguar si es verdad que el Gobierno ecuatoriano hace propuesta oficial de comprar “Esmeralda”, y obtenga declaración escrita a este respecto.- Sánchez Fontesilla.- Conforme. D. Ganaye.- Vto Bno…Bascuñán”.

Otro telegrama de la misma autoridad con fecha 31 de octubre:

“Si fuera posible declaración escrita y explícita del Ministro ecuatoriano en esa, se podría excusar viaje a Guayaquil.- Sánchez Fontesilla”.

Desde Valparaíso al Gobernador, en Guayaquil: 31 de octubre

“Gobierno telegrafía al Ministro chileno en Lima para que pida al Ministro ecuatoriano la confirmación del negocio. Es conveniente obtener contestación para que pida al Ministro ecuatoriano, guardando reserva aparente, el precio que se destina. f) Noguera”.

Caamaño responde a Noguera haciéndole conocer que el Ministro del Ecuador en Lima, doctor Julio Castro, ha recibido el cablegrama dirigido por él:

De Caamaño al Ministro en Lima: (1 de noviembre)

“El asunto sobre el que tratará con usted el Ministro de Chile está perfectamente arreglado entre gobiernos de Ecuador y Chile y se trata únicamente de llenar fórmulas aparentes bajo la más estrecha reserva, pues en nada compromete las relaciones de Ecuador y es un servicio que se le hace a Chile con el que tenemos necesidad de complacer por motivos que usted conoce. f) Gobernador”.

Al mismo tiempo, el Gobernador, libre de escrúpulos, se dirige al presidente Cordero, pretendiendo asegurar los trámites (reservados) con este telegrama:

De Caamaño al Presidente: (1 de noviembre)

“Parece estar convenido el Gobierno de Chile en el modus operandi, pero como ellos también quieren guardar formulas, y Noguera, aunque es Cónsul del Ecuador en Chile, no…- acabo de recibir cablegrama en el cual el Gobierno chileno pide que el Ministro del Ecuador en Lima ratifique la misma propuesta, …hablando reservadamente con el Ministro chileno en dicha ciudad. En esta virtud, pido a usted autorización para entenderme con Castro en nombre de Gobierno, instruyéndole del particular y dándole instrucciones según lo estipulado. La forma del cablegrama me hace comprender que la respuesta urge. Su amigo y S. f) Gobernador”.

El Ministro Plenipotenciario del Ecuador en Lima, doctor Julio Castro- que luego, con el paso de los días, mucho tendrá que ver en el asunto, exige al Gobernador explicaciones más concretas, más precisas, pero Caamaño le responde en estos términos:

De Caamaño a Castro, en Lima: (2 de noviembre)

“Es una operación simulada en la que  no hay compromiso ninguno internacional y con la que se prestará a Chile un servicio que el gobierno del Ecuador ha resuelto prestarle decididamente. Por carta tendrá Ud., explicación. Mientras tanto estoy plenamente autorizado por el Supremo Gobierno, para decir a Ud. en su nombre que se sirva ratificar oficialmente, pero bajo la más estricta reserva personal, la proposición de compra del buque Esmeralda, ratificando todas las gestiones presentadas al gobierno de Chile por el Cónsul del Ecuador en Valparaíso, pues han sido de acuerdo con instrucciones dadas por el gobierno del Ecuador. f) Gobernador”.

En estas condiciones, el Ministro Plenipotenciario Castro accede a las disposiciones emitidas por Caamaño, a pesar de conocer  que la venta del buque era simulada y que infringía principios de Derecho Internacional. En su descargo dice: “…después de haber concertado con mi gobierno, con motivo del ejercicio de mis funciones oficiales en Lima, que el Gobernador del Guayas había de ser el agente oficial para la transmisión de los telegramas que me concernieran, nada, absolutamente nada, había que me hiciese dudar de la autenticidad de la orden recibida”. (6) Julio Castro: Al público.- Noviembre 1894

(Confidencial).- Legación del Ecuador.-Lima. 4 de noviembre de 1894.

“Señor Ministro: En contestación a la apreciable nota de V.E., de fecha de ayer, ratifico oficialmente a nombre de mi gobierno, la proposición hecha al  gobierno de Chile por el Cónsul del Ecuador en Valparaíso, sobre adquisición de crucero “Esmeralda”, de la Armada nacional chilena. Dígnese V.E. aceptar los sentimientos de mi más distinguida consideración.- (Firmado) Julio Castro.- Excmo. Sr. Máximo R. Lira, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Chile en el Perú.- Conforme.- Bascuñán”.

De Noguera al Presidente de Chile: (6 de noviembre)

Excmo.señor D. Jorge Montt, Presidente de Chile:

“Luis A Noguera, Cónsul General del Ecuador, ante V.E., expongo: que debidamente autorizado por mi gobierno, propongo comprar el crucero “Esmeralda”, en las condiciones siguientes: el precio del buque será de 220.000 libras esterlinas pagaderas de contado. El buque será previamente sometido a una prueba, navegando dos o tres horas fuera de la bahía de Valparaíso, a todo vapor, debiendo presenciar esta prueba el que yo designe; siendo satisfactorio el resultado de esa prueba, me recibiré el buque en Valparaíso con sus fondos limpios y sus máquinas recorridas en estado de emprender viaje para el Ecuador y con su dotación completa de artillería, armamento menor y municiones de guerra; toda cantidad que por registro corresponde al buque en estado de servicio activo. Habiendo mi gobierno hecho arreglos financieros en los EE.UU. de Norteamérica para esta compra, se hace necesario que una vez confirmada esta negociación, el gobierno de Chile se dirija telegráficamente a su Ministro en Washington, participándole que ha vendido al Ecuador el crucero “Esmeralda”, con cuyo aviso de venta el valor de la compra se depositará en Londres, París o Nueva York, en poder de quien S.E. me designe. Penetrado como se halla S.E. de la autenticidad de esta oferta que hago a nombre del gobierno del Ecuador, por los telegramas cambiados directamente al efecto entre ambos gobiernos, confío en que se ha de dignar someter mi propuesta a la aprobación del H. Congreso de Chile, dentro del más breve término. Quedo a las órdenes de S.E., muy atto, servidor. (firmado) Luis A. Noguera”.

Las alteraciones de Noguera:

Los telegramas de Caamaño al Presidente del día 23 y del ministro Cárdenas a Caamaño del día 24, aparecen alterados, o por Caamaño, o por Noguera, según una publicación oficial que con el título de DOCUMENTOS dio a conocer el Gobierno y cuya transcripción es la siguiente:

“Documentos/ que se han publicado en Chile, sobre la venta del crucero “Esmeralda”…..”Los reproducimos literalmente, para que los lectores conozcan lo que se ha hecho, sin intervención de nuestro Gobierno, en la escandalosa negociación del “Esmeralda”. *
“Apenas puede concebirse que el interés de paliar esa negociación, y el de hacer una miserable granjería, hayan enmarañado tanto la odiosa operación.
“Sin embargo, todo ha sido inútil, pues falta el documento principal que de visos de compra a lo que no ha pasado de una ficción de contrato, reconocida como tal por toda persona sensata, sea de la nacionalidad que fuere.
“Falta el PODER AUTENTICO, FIDEDIGNO Y BASTANTE, con que ha debido proceder Don Luis A. Noguera.**
“Suplicamos a los lectores que se fijen mucho en las ligeras acotaciones que, interrumpiendo el texto, donde nos parece conveniente, hacemos a algunas piezas de esta curiosa colección.

“Telegrama presentado por Noguera”:

“Mi Gobierno está dispuesto a comprar, si es posible, buque “Esmeralda”, y comisiona a Cónsul Noguera, para negociar respecto precio y otras condiciones, si buque es aceptable para Ecuador, después de viaje de prueba. Ministro de Relaciones Exteriores y de Guerra.

“El telegrama que debía habérselo transmitido a Noguera, para que le presentase al gobierno de Chile, decía lo siguiente:

“Mi Gobierno desea comprar buque de guerra “Esmeralda” y comisiona a Cónsul Noguera para tratar respecto de precio y demás condiciones, si, ensayado buque en una travesía de mar, resulta aceptable para el Ecuador.- El Ministro de Hacienda e interino de Guerra.

“Muy sustanciales son las variaciones introducidas por el antiguo Gobernador del Guayas, Dr. José María Plácido Caamaño, en el tenor del telegrama que antecede, para cambiarlo en el que ha presentado Noguera; aunque bien pueden esas variaciones haber sido hechas por este último. Eso lo deben saber él y dicho Sr. Caamaño”.
“Donde el telegrama del Ministro de Estado decía mi gobierno DESEA comprar, se ha puesto Mi Gobierno ESTA DISPUESTO A comprar, para dar a entender que la compra debe ser efectiva e inmediata.
En vez de comisiona Cónsul Noguera para TRATAR, se ha dicho que se le comisiona para NEGOCIAR, con el mismo intento de que la operación se haga sin demora.
“En lugar de la cláusula: si, ensayado buque en una TRAVESÍA DE MAR, resulta aceptable para el Ecuador, cláusula que hubiera dado en tierra con toda la superchería de la supuesta compra de la nave en Valparaíso, se ha puesto únicamente lo de viaje de prueba, para facilitar sin duda, aquella irrisoria correría de una o dos horas, fuera de la rada, con lo cual se ha dado a entender que se probaban las cualidades marineras del buque.
*Las palabras en letra cursiva que aparecen en esta página son propias de la publicación efectuada por el gobierno.
**Las mayúsculas son propias del Original.

“Finalmente se ha cometido la falsedad de suscribir el telegrama en el nombre del Ministro de Relaciones Exteriores, cuando quien lo firmó fue el de Hacienda, como interino de Guerra. Se repararía, tal vez, que solo el de Relaciones Exteriores tenía representación externa, para entenderse con otros gobiernos, y que el de Guerra o hacienda apenas podían proponer algo, como individuos particulares, nunca contratar con gobiernos extranjeros. (este telegrama se transcribe más abajo).

“Véase como se adulteró y desvirtuó, desde el principio, la proposición de posible compra futura que mandó hacer nuestro gobierno. Recuérdese también que la travesía de mar había de iniciarse en aguas ecuatorianas, como mil veces se ha expresado, y dígase en lo que viene a quedar todas las demás aparentes formalidades de compra inmediata. (7) Documentos…etc, Págs. 1 y 2.- Imp. Del Gobierno.

La publicación oficial DOCUMENTOS continúa dando cuenta del curso de la negociación y hace alusión a la intervención del Ministro del Ecuador en Lima, Dr. Julio Castro, cuya defensa intentó hacerse.

Días después el Gobernador cursaba al Presidente de la República este telegrama:

De Caamaño al Presidente: (8 de noviembre).

“El doctor Julio Castro me escribe de Lima diciéndome que está arreglado el asunto del cambio de bandera, pero como está convenido que esta operación se hará en Chatam es indispensable el nombramiento de un Capitán de Puerto del Archipiélago de Colón, y para ello pido el nombramiento ad-honoren para el Sr. Manuel J. Cobos (*), persona inteligente, caracterizada y dueño de la gran hacienda de Chatam. Este nombramiento debe venir también por telégrafo y en clave, autorizando al Capitán del Puerto Archipiélago de Colón, para que en el puerto de Chatam ponga el buque de guerra de Chile “Esmeralda” el pabellón ecuatoriano, para que de allí parta a un viaje de prueba por compra condicional que el Gobierno ecuatoriano ha pactado con el de Chile con el pacto de retroventa en caso de no resultar apto para la navegación y vigilancia de las costas ecuatorianas. Nombramiento y notas vendrán ratificados oficialmente, pero la segunda tomando las precauciones necesarias a fin de evitar indiscreciones de los oficinistas, para lo cual el Sr. Ministro de la Guerra pueda escribirla de su letra sin dejar copia y yo la recogeré acá y la devolveré de…(inmediato tal vez?), llegado el objeto. Su amigo y S. Gobor”.

* Manuel J. Cobos, azuayo de origen, era dueño absoluto de vidas y haciendas en la isla de San Cristóbal (Chatam), que fundó una verdadera colonia penal con sus trabajadores en la hacienda “El Progreso” y a quienes esclavizó de una manera férrea, como en los peores tiempos del predominio de la esclavitud, hasta cuando los trabajadores se rebelaron contra el amo terrible y le dieron muerte, junto con el Jefe Territorial, Leonardo Reina. Los crímenes ocurrieron el 15 de enero de 1904 y conmocionaron la conciencia nacional al conocerlos. (Antonio Lloret Bastidas. Obra inédita)

Con la cantidad de telegramas, las cosas se enredaban a cada paso, rectificando al Cónsul Noguera, con aclaraciones a nivel diplomático que no hacían sino echar leña al fuego, o desmintiendo la compra venta de la nave para decir que todo era una farsa de agentes comerciales y de cónsules.

Al Dr. Julio Castro, Ministro Plenipotenciario ante el gobierno del Perú, en la fecha de estos documentos, le tocaba explicar de quien y como recibió la orden de ratificar la proposición de Noguera. Así lo hizo a través de un escrito titulado “Al Público”, dada a luz el 13 de noviembre.

El Presidente de la República por su parte informaba al Tribunal Supremo sobre la confirmación realizada por el Dr. Castro:

“Telegrafiándome el Sr. Caamaño, el 1 de noviembre, me comunicó que el gobierno de Chile parecía estar convenido; pero deseaba que el Ministro del Ecuador en Lima ratifique la misma propuesta, hablando con el Ministro de Chile en dicha ciudad. Consentí naturalmente, en ello, y es de suponer que el Dr. Julio Castro haya procedido en consecuencia.”

En la publicación realizada por el Gobierno, como “Documentos”, se decía:

“La proposición ratificada había de ser, pues, la misma que hizo el Ministro de Guerra del Ecuador, y no otra que se le ocurriese a tercera persona interesada en el asunto.
“Ninguna comunicación telegráfica ni epistolar dirigió el Dr. Castro a nuestro gobierno sobre este malhadado negocio; ni recibió tampoco del mismo gobierno instrucción alguna relativa al particular.

“No conocía por consiguiente, nuestro Ministro en Lima la genuina proposición que debía ser ratificada, ni podía conocer tampoco la que, con variaciones estudiadas y sustanciales presenta Noguera. Se atuvo, pues, a las aserciones indeterminadas  del Sr. Caamaño. Sensible es que no se hubiese entendido directamente con nuestro gobierno; pero, cuando nada se sospecha respecto de personas a quienes se ha tenido y tiene por honorables, a nadie se le ocurre tomar precauciones. Lo decimos en defensa del Sr. Castro”.

En relación al cablegrama remitido por Noguera el 6 de noviembre de 1894, la publicación oficial del gobierno, en “Documentos” dice:

Auténtica habría podido llamarse la oferta, si el sujeto que la hacía hubiese presentado PODER en forma, para llevar a cabo el negocio. Las proposiciones de personeros que carecen de facultad legítima y manifiesta para un negocio no pueden llamarse auténticas, sobre todo cuando se trata de Nación. Peregrino sería que tuviese un simple Cónsul autorización para formalizar negocios de grave monta, cuando los agentes diplomáticos de elevada categoría necesitan poderes, plenos o especiales, para contratar, aún en asuntos de mera importancia.

“Ofendía Noguera al Gobierno de Chile, cuando decía que a este le constaba la autenticidad de la oferta, añadiendo la impostura que se habían cambiado directamente, al efecto, telegramas entre los dos gobiernos. Es absolutamente falso que haya habido tal cambio directo de telegramas. No se presentará uno solo”.

LOS DOCUMENTOS CHILENOS


Una vez recibido el telegrama del Cónsul Noguera, por parte de las autoridades chilenas, se generan los siguientes documentos:

“Sección 1ª.- Número 18-48.- Santiago, 6 de noviembre de 1894.- En vista de estos antecedentes he acordado y decreto: aceptase, ad referéndum, la adjunta propuesta que don Luis A. Noguera, Cónsul General del Ecuador en Chile, debidamente autorizado por su Gobierno para este acto, ha formulado para adquirir el crucero “Esmeralda”, por la suma de 220.000 libras esterlinas, que se pagará al contado. Recábese del Poder Legislativo la autorización necesaria para enajenar dicho buque. Tómese razón, regístrese y comuníquese.- Montt.- Enrique Mac Iver”.

Comentario del Gobierno ecuatoriano:

“Repetiremos cuantas veces fuere preciso que es falso aquello de que Noguera estuviese debidamente autorizado por su Gobierno. La autorización, en casos como este, se llama Poder. Ni lo ha exhibido ni lo exhibirá nunca”.

Comentario del Dr. Castro: “Si el Gobierno de Chile hubiese procedido con la circunspección y cautela que la gran importancia de la negociación requería, es claro y evidente que no la habría cerrado sin previa presentación de los respectivos documentos habilitantes sobre personería”. (7) Proceso del Esmeralda. Pag.12 Julio Castro.

Prevención hecha al pie de la transcripción del decreto 18-48.- Al Cónsul General del Ecuador.

“Lo que trascribo a US., previniendo que según las instrucciones impartidas por el Gobierno, la prueba de máquinas podrá efectuarse el próximo martes y la entrega del buque el 25 del actual. Dios guarde a S.S.- Claudio Arteaga Ureta”.

Prevención hecha al pie de la transcripción del decreto 1848, sección 1ª de 6 de noviembre de 1894 al Comandante General de Marina. “Lo trascribo a US. Para su conocimiento, previniendo a US, que según la propuesta aceptada es necesario someter al buque a una prueba, navegando dos o tres horas fuera de la bahía de Valparaíso a todo vapor, debiendo presenciar esta prueba la persona que designe el Cónsul mencionado. Entrando el viernes 9 el buque al dique, el gobierno espera que la prueba pueda efectuarse el próximo martes 13, y que todos los elementos del buque se alistaran con la mayor brevedad, porque la entrega debe tener lugar antes del 15 del presente mes”.

Comentario del Dr. Castro: “Pero el Cónsul Noguera, en virtud de ordenes cablegráficas directas; según él, y por sólo su buen querer, según el Gobernador del Guayas, hizo, en pocas horas, el viaje de prueba dentro de la bahía de Valparaíso, dio por cumplidas las condiciones de su propuesta de compra, formalizó la adquisición del buque, e izó en él,  la bandera ecuatoriana”. (8) Proceso del Esmeralda. pág. 22 Julio Castro.

“Prevengo asimismo a US, que, conforme siempre con la propuesta aceptada, el buque debe entregarse con la dotación completa de artillería, armamento mayor y municiones de guerra, en la cantidad que por registro corresponde al buque, por manera que, no existiendo actualmente a bordo el completo de municiones que a cada cañón corresponde, se hace necesario que S.S. lo manifieste por telégrafo y lo tiene aceptado el gobierno”.
“Antes de verificar materialmente la entrega al comprador, US, lo manifestó por telégrafo para que este Ministerio arregle la previa recepción del precio de venta. Dios guarde a US.- Claudio Arteaga Urata.”

Siguiendo el debido proceso, el Presidente de Chile pone a consideración de la Cámara del Senado, la venta del crucero:

“Conciudadanos del Senado y de la Cámara de Diputados: El Gobierno ha recibido una propuesta que estima ventajosa a los intereses nacionales, para la enajenación del crucero “Esmeralda”, perteneciente a nuestra Marina de Guerra. La cantidad de doscientas veinte mil libras, que se ofrece al contado es aceptable como justa compensación del objeto del que vamos a desprendernos y lo es aún bajo otros conceptos”.

“Con acuerdo del Consejo de Estado, tengo la honra de someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de ley:

“Artículo único. Autorizase al Presidente de la República para vender el crucero “Esmeralda” de la Marina de Guerra nacional, por la suma de 220.000 libras esterlinas, que se invertirá en la adquisición de otra nave para la misma Marina. Santiago, 7 de noviembre de 1894.- Montt.- Enrique Mac Iver.- A.S.E. el Presidente de la Cámara de Senadores”.
Sección 2da.- No 961.- Santiago, 8 de noviembre de 1894.

Con esta fecha he dirigido a U. el siguiente telegrama: “De orden Presidente, comunico a U. que ambas Cámaras han autorizado venta y queda formalizado definitivamente el contrato, sujeto solo a  la prueba de máquinas.- Dios guarde a U. Claudio Arteaga Ureta.- Al Sr. Luis A. Noguera, Cónsul General del Ecuador”.

Los telegramas que siguen ponen término a la maraña tejida desde octubre hasta finales de diciembre de 1894.

Del Presidente a Caamaño: 8 de noviembre:

“No hay más puertos habitados que los que enumera la ley de Aduanas. Por consiguiente no se puede sin las extraordinarias habilitar el de Chatam y nombrar capitán respectivo. Estudie punto y comuníqueme su dictamen. Su amigo. Presidente”.

Del Gobernador al Presidente: 12 de noviembre

“Es incontestable la razón que Ud. me da sobre la Capitanía del puerto ad-honoren para Chatam, por tanto solo habrá que hacer venir, desde luego por nota reservada oficial al jefe Territorial del Archipiélago, para que proceda según los términos de mi anterior telegrama. Su S. y amigo, Gobernador”.

Consulado General del Ecuador en Chile.- Valparaíso, noviembre 12 de 1894

“Señor Ministro: He recibido una comunicación de US., de fecha 6 del mes corriente, en la que se me transcribe el decreto supremo, aceptando la propuesta hecha por el que suscribe a nombre del Gobierno del Ecuador, para adquirir el crucero “Esmeralda”. Igualmente he recibido oportunamente otra nota de US., fechada el día 8 en que se me comunica que, habiendo sido aprobado por ambas Cámaras ese contrato de compra, ad referéndum, se considera el negocio como definitivamente ajustado, y sujeto únicamente al resultado de la prueba de la maquinaria. Igual aviso recibí por telégrafo el mismo día ocho”.
“De todo ello he dado aviso telegráfico a mi gobierno y solo espero que se me designe el día de la prueba, para concurrir a ella y enseguida recibir el buque. Ignoro si S.S. habrá ya dirigido al Ministro de Chile en Washington el aviso de estar efectuada la venta, como lo estipula mi propuesta, a fin de efectuar el pago en Londres o París, a quien U. me designe.- De U, muy atento servidor. Luis A. Noguera, Cónsul General del Ecuador.- Al Sr. Ministro de Guerra y Marina”.

Sección 2da.- No 980.- Santiago, 14 de noviembre de 1894.- “Se ha recibido en este Ministerio el oficio de U., de 12 del actual, en que se acusa recibo de la transcripción del supremo decreto, que aceptó la propuesta presentada por U., a nombre de su gobierno, para adquirir el crucero “Esmeralda”, como asimismo de la nota del 8 del presente, en que anunciaba a U., qué el Congreso Nacional había autorizado a S.E., el Presidente de la República, para efectuar dicha venta, quedando en consecuencia definitivamente ajustado el contrato. Con relación al aviso referente al pago, debo manifestar a U., que solo se espera para darlo que se verifique la prueba de las máquinas. Dios guarde a US.- Aldunate B.- Santiago, 14 de noviembre de 1894.- Al Sr. Luis A. Noguera, Cónsul General del Ecuador.- Valparaíso”.

En forma inmediata se pone en conocimiento del Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia:

“Precio “Esmeralda” debe ser entregado en Londres a la orden de nuestro Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Washington. De haberse verificado la venta, lo diré tan pronto como Ud.,  me comunique por telégrafo que prueba máquinas del buque ha sido satisfactoria.- Aldunate. B.- Santiago 14 de noviembre de 1894.- Al Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia, París”.

“Avise por cable tan pronto como agentes financieros del Ecuador depositen a la orden de S.S. en Londres, doscientas veinte mil libras esterlinas, precio en que hemos vendido a esa República el crucero “Esmeralda”.- Aldunate B”.

Recibido el 16 de noviembre de 1894.- Ministro de Marina.- Santiago-Chile- “El agente financiero ecuatoriano dice no tener todavía aviso ni instrucciones de Gobierno Ecuador.- Matte”.

Santiago, 15 de noviembre de 1894. Al Ministro de Chile en Estados Unidos.- Washington.

“Gobierno de Chile ha vendido a Gobierno Ecuador-crucero “Esmeralda”. Lo digo U. porque agentes financieros Ecuador pedirán a U. confirmación de este acto.- Santiago Aldunate”.

La réplica del Gobierno:

“No sabemos de qué agente financiero ecuatoriano se trate. Para nosotros es totalmente desconocido, por la sencilla razón de que no existe ese agente. Ya se sabrá quien ha desempeñado-sin voluntad nuestra- el generoso papel de tal.”

El 15 de noviembre el “Esmeralda” parece estar listo para navegar con dirección a las islas Galápagos al mando del capitán Garín, con bandera ecuatoriana, y de allí a Yokojama con el nombre de Yulú.

Del Gobernador al Presidente: 17 de noviembre:

“He recibido el siguiente telegrama de Santiago de Chile: Presidente Quito.- Sírvase contestar afirmando o negando gobierno compra crucero “Esmeralda”. (f)Veintemilla.- Comprendo que este telegrama o es apócrifo o es sugestión del Ministro peruano en Santiago, pues no creo que Veintemilla se atreva a dirigirse a Ud. y mucho menos en esos términos. Mi opinión es que Ud. no conteste hasta ver si se aclara el enigma y como no es difícil que el Ministro del Perú en Quito reciba instrucciones telegráficas para interpelar al gobierno o preguntar a Ud., tiene Ud. que emplear toda la diplomacia del caso, cerrando las puertas y doblando la foja, pues a la verdad no es decoroso hacer esas preguntas así como nadie ha hecho averiguar las compras de buques que ha hecho o se dice actualmente del Perú. Este punto es grave y creo oportuno advertirlo a Ud. para que se ponga en guardia y evitarnos caer en un lazo. Su amigo y S. Gobor”.

Del Presidente al Gobernador: 17 de noviembre.-

“No creo que sea de Veintemilla el telegrama que Ud. me transcribe. Muy desacertado sería contestar. Es indudable que hay algún fraude. Dejemos pasar algunos días para ver si se descubre la trama. No creo tampoco que el Ministro peruano se avance a interrogarme sobre el particular. Si lo hace lo disputaré cultamente”

El 23 de noviembre Solórzano pide autorización a Caamaño para efectuar la venta al Japón, representado por su Ministro Shinichiro Kurino Con la cancelación del monto pactado, el último día de Noviembre de 1894 el negociado llegó a su fin.


EL CONVENIO DE VENTA DEL CRUCERO

Ministerio de Relaciones Exteriores


1.- Contrato verificado entre el Sr. Modesto Solórzano, Ex –Cónsul General del Ecuador y Shinichiro Kurino, Ministro del Japón, sobre la compraventa del crucero “Esmeralda”.

Documento A

Consulado General del Ecuador.

“Convenio hecho en este día, 23 de noviembre de 1894, entre la República del Ecuador, por medio de Modesto Solórzano, Cónsul General en los Estados Unidos, representante de la primera parte, y Shinichiro Kurino, Ministro del Japón en los Estados Unidos, representante de la segunda parte, en los términos siguientes:

“Que por cuanto el representante de la segunda parte ha convenido en comprarle al Gobierno de Chile, y el Gobierno de Chile ha convenido en venderle por medio de la intervención de la República del Ecuador, el buque de guerra conocido como “La Esmeralda”, con el armamento y municiones que luego se mencionarán aquí, y por cuanto, con el propósito de efectuar tal venta y transferimiento de dicho buque al representante de la segunda parte, consiguientemente, el dicho Gobierno de Chile ha vendido y transferido a la República del Ecuador, primera parte contratante; y, dicha República del Ecuador, ha comprado al Gobierno de Chile el dicho buque de guerra haciéndose transferir el título respectivo, con el propósito de traspasar la propiedad del referido buque y el título respectivo al representante de la segunda parte contratante”.

“Y por cuanto, en cumplimiento de dicho arreglo, el representante de la primera parte ha vendido, dicho buque de guerra “La Esmeralda” al representante de la segunda parte contratante y, en consecuencia, ha convenido en entregárselo y transferirle el título respectivo. Y por cuanto, dicho Modesto Solórzano, Cónsul General del Ecuador en los Estados Unidos, ha sido debidamente autorizado por el Presidente de la República del Ecuador, obrando este bajo la autoridad del Consejo de Estado de dicha República para vender y transferir el título de dicho buque de guerra al representante de la segunda parte y para celebrar y ejecutar este convenio con tal intento, por tanto, las susodichas partes contratantes, previo el pago recíproco de la suma de un dólar y otras poderosas consideraciones, el recibo de cuya suma aquí se testifica, acuerdan y convienen, respectivamente, lo que sigue:”

“Primero: El representante de la primera parte ha negociado y vendido y por este convenio negocia y vende al representante de la segunda parte y sus concesionarios el dicho buque de guerra conocido con el nombre de “Esmeralda”, junto con las velas, los notes, las anclas, los cables, poleas, equipo y aparejo y todos los demás útiles correspondientes; y, asimismo, el armamento y municiones, de que se hace particular mención en la cédula que aquí va anexa y marcada “Cédula A”, a fin de que el dicho representante de la segunda parte y sus cesionarios, posean y mantengan el referido buque de guerra con su armamento, municiones y demás pertenencias para su solo y exclusivo beneficio; y, el dicho representante de la primera parte, por las personas promete, conviene y acuerda que el dicho representante de la segunda parte y sus concesionarios, en garantizarles y defender el título del referido buque y todas sus ya mencionadas dependencias contra todos y cualesquiera personas que fuesen”.

“Segundo: El representante de la primera parte conviene además y acuerda que Emilio Garín, como Agente y representante del personero de la segunda parte, en unión de la tripulación que tenga a bien escoger, tomará posesión de dicho buque en Valparaíso, a nombre del representante de la segunda parte, y que el dicho buque junto con su armamento y municiones ya mencionados, le será entregado en consecuencia”.

“Tercero: El representante de la primera parte, conviene y acuerda, además, que el dicho capitán Emilio Garín, procederá con el dicho buque sujeto en su navegación a las ordenes del representante de la segunda parte su viaje al Japón bajo la bandera del representante de la primera parte, tocando en Chatam, Archipiélago de Galápagos, y el representante de la primera parte, al efecto, conviene y acuerda entregar a dicho capitán Emilio Garín, a bordo de la “Esmeralda” en Chatam, una escritura formal de venta de dicho buque al representante de la segunda parte o al Gobierno japonés; escritura ejecutada por el Presidente u otra autoridad de la República del Ecuador, bajo el gran sello de dicha República, cuya escritura de venta será entregada inmediatamente después del arribo de dicho buque a Chatam y dicho buque no se detendrá allí, sino que seguirá su viaje sin pérdida de tiempo”.

“Cuarto: En consideración a las premisas, el representante de la segunda parte, conviene hacer los pagos al Gobierno de Chile y así como los otros pagos para los gastos relacionados con el traspaso de dicho buque y su entrega en el Japón, en los cuales se ha convenido ya y provisto del modo conveniente”.
“En fe de lo cual, el representante de la primera parte ha concluido este convenio por medio de su Cónsul General, a efecto debidamente autorizado y bajo el sello del Consulado General y el representante de la segunda parte, lo ha firmado y sellado con su propia mano, en la ciudad de Nueva York, el día y año arriba mencionado”.

(Sello) (Firmado) S. Kurino.- Ministro del Japón.- f( Modesto Solórzano)

Este documento fue publicado en el Registro Oficial No 159.- Año II.- Quito, mayo 23 de 1896.

Shinichiro Kurino, diplomático de carrera, nació en 1851. Fue embajador del Japón en Washington en el periodo 1894-1896. Murió en 1937.

Este mismo día, el Dr. Castro reclamaba a Caamaño, mediante telegrama remitido desde Lima, en los siguientes términos: “Dígnese cumplir oferta de explicarme por carta el negocio entre los gobiernos de Chile y Ecuador; pues comienzan ya los comentarios algo puercos de la prensa de Chile, y luego seguirán de la nuestra.”

Ministro de Guerra y Marina.- 24 de noviembre de 1894.

“Acabo de recibir telegrama anunciando haberse ya ordenado el depósito del importe del buque en Londres a la disposición del Ministro de Chile, Don Augusto Matte. Atto servidor.- Luis A. Noguera. Cónsul General del Ecuador”.

Consulado General del Ecuador en Chile.- Valparaíso, noviembre 24 de 1894.

“Sr. Ministro: Hoy recibí un telegrama avisándome que ya se había dado la orden para depositar en Londres, a la disposición del Ministro Plenipotenciario de Chile Dn. Augusto Matte, las 220.000 libras, importe de la venta de la Esmeralda, que comunique a U., por vía telegráfica. Como no dudo que, de un momento a otro, V.E., recibirá aviso de haberse efectuado ese pago, ruego a U., que, una vez recibido, se sirva designar día para la entrega del buque.- Dios guarde a U.- Luis A. Noguera, Cónsul general del Ecuador.- Al Sr. Santiago Aldunate B, Ministro de Marina”.

El 26 de noviembre, Caamaño contestaba al Dr. Castro en Lima lo siguiente:

“Cumpliendo los deseos justos de Ud, respecto al asunto entre Cabes y Nouzi le diré, en absoluta reserva, que, deseando Chile vender su buque al Japón o la China, pidió a nuestro gobierno le prestara su colaboración, para que el buque cambiara de bandera en Chatam y fuera entregado allí al comisionado del comprador. Como debemos a Chile importantes servicios, como la venta de armamento y municiones a plazo, nuestro gobierno accedió, una vez que no tenemos relaciones con Japón, ni la China, y así estamos obligados con Chile, quien aparte del servicio de ayer, nos ofrece facilidades y ayuda para lo porvenir. La operación será comentada de mil modos por quienes creen ver en esto una amenaza; pero una vez que se sepa para quien ha sido, se apagará el ruido, y nosotros habremos prestado un servicio a una Nación  que nos ha favorecido cuando lo necesitamos, y a la cual podremos ocurrir si se presenta ocasión de que nos auxilie.”

“A pesar de que la negociación ya estaba realizada, Caamaño astutamente utiliza el mismo argumento presentado al Presidente Cordero, las deudas del país al Gobierno chileno; aún más, en el mismo telegrama dice: “He allí todo, U., verá que esto en nada afecta a nuestras relaciones con el Perú, que es quien se manifiesta receloso del rumor relativo al “Esmeralda”. No conviene, sin embargo, que se sepa la verdad de todo esto; pues así haríamos un grave perjuicio a Chile, haciéndose contraproducente nuestro servicio.”

E insiste: “Le recomiendo pues, la más escrupulosa reserva en este delicado asunto, que está aún insoluto, puesto que no se nos da aún el aviso que esperamos de la salida del buque, y no sabemos lo que se resuelva en Chile a última hora.”  (9) Proceso del Esmeralda. Julio Castro. Pag. 34, 35

28 de noviembre de 1894.- Sr. Ministro de Marina.- Santiago.

“Telegramas llegados anuncian que las 220.000 libras importe del crucero “Esmeralda”, fueron pagados en Londres al Sr. Ministro de Chile, por los banqueros Morgan por cuenta del Ecuador. Ruego a US., tenga a bien telegrafiar a Washington Ministro chileno, participándole que queda ya traspasado al Ecuador conforme debe haberlo solicitado de US. Cónsul General del Ecuador, en telegrama que anuncia haber dirigido US. Recomiendo emplear cable central.- Luis A. Noguera.- Cónsul General del Ecuador en Chile”.

Santiago 28 de noviembre de 1894.- Al Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia.- París.

“Diga si ha recibido precio “Esmeralda”, pues Cónsul General Ecuador telegrafía que por conducto banquero Morgan por cuenta del Ecuador.- Santiago Aldunate”.

29 de noviembre de 1894.- Ministro de Marina.- Santiago.

“En este momento recibimos telegrama Rotschild, informando haber recibido 220.000 libras esterlinas, por orden Gobierno Ecuador, para abonar cuenta a Chile. Esperamos Rotschild confirme por carta, para avisar US, operación terminada.- Matte”.

30 de noviembre de 1894.- Ministro de Marina.- Santiago-Chile.

“Rotschild confirma por carta haber recibido 220.000 libras esterlinas, en concepto de conformidad.- Matte”.

Observación del Gobierno:

“Ni con los banqueros Morgan, ni con Rotschild, ni con persona alguna del mundo, ha hecho el Ecuador los arreglos financieros de que se habla en estas piezas. Indudablemente los interesados en la vil granjería han dado el dinero del Japón el curso aparente que tuvieron por adecuado, para simular que esos fondos eran del Ecuador. No quedará oculta esta grotesca maniobra, en cuyo descubrimiento se interesa la honra de dos pueblos. En el Ministro de Hacienda de nuestra patria no hay, ni puede haber, el más leve rastro de la operación financiera escandalosamente fraguada por la codicia de extraños especuladores.”

Santiago, 30 de noviembre de 1894. Al Sr. Comandante General de Marina.- Valparaíso.

“Recibida segunda confirmación. Proceda U, a firmar la escritura y entregar el buque.- Por Ministro. Claudio Arteaga”.

Efectivamente, el 30 de noviembre se firma la escritura de venta del buque “Esmeralda”, en la misma que participan el Sr. Comandante General de la Marina chilena, en representación del fisco, y el Sr. Luis A. Noguera, “debidamente autorizado por el gobierno del Ecuador”. En documento que se anexa, se hace conocer la propuesta por escrito realizada por el Cónsul del Ecuador, para comprar el buque en 220.000 libras esterlinas, pagaderas al contado. Asimismo, se deja sentado por escrito, la obligación del vendedor de realizar una prueba, navegando de 2 a 3 horas fuera de la bahía de Valparaíso, a todo vapor, previo a la entrega definitiva de la nave.

Santiago, 30 de noviembre 1894.- Al Ministro de Chile en Washington.
Efectuada venta “Esmeralda” y ordenada definitivamente entrega y transferencia inmediata al Ecuador.- Santiago Aldunate.

Valparaiso 1 de diciembre de 1894.- Ministro de Marina. Moneda.

“Escritura de “Esmeralda” quedó hoy firmada, entrega concluirá posiblemente mañana.- “Esmeralda” cambió hoy de bandera, izando la del Ecuador.- Castillo”.

Sección 2da, No 1052.- Santiago, 7 de diciembre de 1894. El Comandante General de Marina, por telegrama de 1ro del actual, me comunica lo que sigue: “Escritura de “Esmeralda” quedó hoy firmada, entrega concluirá probablemente mañana,. Castillo. Lo que transcribo a US., para su conocimiento y fines consiguientes, Dios guarde a Us.- Aldunate B.- Al Sr. Cónsul del Ecuador, Dn. Luis A. Noguera”.

Actuaron como testigos de la transferencia del buque al representante del Ecuador en Chile, los señores Pedro N. Hernández y Don Alejandro Arancibia.

Réplica del Gobierno:

“No hubo compra, porque no hubo comprador. Como Noguera no adquirió el buque para sí, debió adquirirlo para otra persona o nación; pero no lo hizo, por falta de PODER. De ahí es que, en aquel descarnado y burlesco simulacro de escritura, no aparece tal documento. Mal se hizo en ponerle al buque la bandera ecuatoriana. Nadie tuvo facultad para ello. Lo curioso es que, según de las indicaciones va resultando, no fue tampoco bandera ecuatoriana la que se izó a bordo de esa nave. La precipitación y aturdimiento, propio de quien no obra de buena fe y con serenidad, hicieron que los negociantes colgaran un trapo cualquiera, a titulo de bandera ecuatoriana”.

 Léase el párrafo siguiente del editorial de “La opinión” de Valparaíso, número correspondiente al 8 de enero de 1895:

“No fue izada la bandera de Ecuador, sino una del código de señales, medida que quizá fue aconsejada por algún tinterillo de mar, lo que acusa en nuestras autoridades marítimas mucho candor o indisculpable complicidad. No olviden esto los ecuatorianos. Nuestra bandera no está deshonrada”.

En el intermedio de este proceso, asoman dos telegramas:

2 diciembre 1894.-  Telegrama de Caamaño al Cónsul en E.U.: “¿De cuanto podré disponer? f) Gobernador”.

3 de diciembre de 1894.- “La gratificación de 4.000 libras esterlinas será pagada al contado, a la final y segura entrega del buque. f) Cónsul”.

Al Jefe Territorial del Archipiélago de Colón.- 4 de diciembre de 1894

“Sr. Alejandro Aristizabal: El H. Sr. Ministro de Guerra y Marina, en fecha 12 de noviembre del presente año, me dice lo siguiente: “Sírvase US., ordenar al Jefe Territorial del Archipiélago de Colón que, en el puerto de Chatam, ponga al buque chileno de guerra “Esmeralda” el pabellón del Ecuador, para que de allí parte en un viaje de prueba, en virtud de negocio de compra condicional que el Gobierno del Ecuador ha pactado con el de Chile; negocio que no se llevará a efecto, si acaso de la prueba resulta que el buque no tiene todas las condiciones necesarias para la navegación costanera y vigilancia del litoral ecuatoriano. Se ratificará por correo. Ministro de Guerra. En su virtud, proceda a extender  un acta a bordo de dicho buque, en presencia y con autorización del Comandante y dos oficiales de a bordo, así como también debe Ud., hacer que se hice el pabellón ecuatoriano. Practicado este acto, permita Ud., que el referido buque zarpe al viaje indicado, comunicando Ud., lo practicado a ésta Gobernación, para que llegue a conocimiento del Supremo Gobierno. Gobor.”

Telegrama de Solórzano a Caamaño, de 5 de diciembre: 

“La gratificación de cuatro mil libras será pagada al contado a la final y segura entrega del buque. Mi carta del 30 de noviembre lo explica todo”.

El 10 de diciembre Caamaño contestó: “Sin posteriores noticias no telegrafíe en ningún caso. Gran excitación hoy”

Continúa la documentación chilena:

Sección 2da. No 1056.- Santiago, 7 de diciembre de 1894.

El Comandante General de Marina, con fecha 5 del presente, me dice lo que sigue: “Tengo el honor de comunicar a US., que el primero del corriente se firmó por el infrascrito y el señor Cónsul General del Ecuador en Chile, ante el Notario de Hacienda, la escritura pública de venta del crucero “Esmeralda”, dándose por recibido este funcionario del buque, en nombre de su Gobierno. El 2 del corriente, en la mañana, previa la recepción del inventario que se encuentra conforme y a entera satisfacción del comprador, enarboló la bandera ecuatoriana. Aldunata B. al Sr. Cónsul del Ecuador Don Luis A. Noguera”.

Comentario del Gobierno:

“Sabemos que ha sido Notario de hacienda el individuo que autorizó la escritura de la supuesta compra. Lo que no sabemos es si los notarios de esta clase tendrán, en Chile, la facultad de celebrar escrituras a favor de un Gobierno extranjero, sin que quien se apellida personero de este ponga de manifiesto el respectivo PODER, que en cualquier parte del mundo debe insertarse en esas escrituras”.

Diciembre 11 de 1894.- Al Sr. Ministro de Marina.- Santiago- Chile.

“He recibido las notas de US., números 1052 y 1056, de fecha 7 del mes corriente, transcribiéndome en ellas las notas y telegramas que la Comandancia de Marina dirigió a US, a propósito de la firma del contrato que autorizó la compra-venta del crucero “Esmeralda” y su entrega al que suscribe. Me es grato manifestar a US, que el buque salió ya con destino al Ecuador.- Luis A. Noguera.- Cónsul general del Ecuador en Chile.”

Replica del Gobierno:

“El buque no vino para el Ecuador, en donde debía recibir nuestra bandera nacional, para la excursión de prueba; sino que, pasó por el Ecuador, hacia los mares del Asia, sin llevar el legítimo pabellón ecuatoriano; pues no se lo puso el Jefe Territorial de nuestro Archipiélago. Es de presumir que esté incorporado ya a la escuadra del Japón, si las cosas pertenecen a quien  realmente las compra.

“Pronto esperamos ver los documentos relativos a la obra superchería, que es la más infame: hablamos de la fingida venta del crucero a aquella potencia asiática, en nombre de nuestro país, sin la más leve sombra de autorización oficial, y sin que conozcamos a los desvergonzados israelitas que han echado, como en el Gólgota, suertes sobre la túnica del justo. Nos parece que ni en Chile, ni en el Ecuador, ni en comarca alguna de América ni Europa, se supondrá que hemos comprado al primero su aciaga nave y se la hemos vendido al Japón. La tramoya ha sido vana; inútil el disimulo: Las cosas empiezan a verse ya con claridad suficiente.”

Ministerio del Interior.- 13 de diciembre de 1894.- Al Presidente del Consejo de Estado:

“Por disposición de S.E. el Presidente de la República, tengo a bien someter a la respetable Corporación dignamente presidida por V.E. , la exposición y consulta siguientes, sobre un asunto que está dando margen a exageraciones y comentarios capaces de comprometer nuestras relaciones amistosas con una República que nos aprecia”.

“Sabido es que el Gobierno de Chile deseaba vender su buque de guerra “Esmeralda”, seguramente para reemplazarlo con otro mejor. Nuestra República, que está, felizmente, en paz con todos sus vecinos; y que necesita aumentar su Marina, en previsión de cualquier acontecimiento, tenía una ocasión muy oportuna de prestar un servicio a Chile, ya sea comprando la “Esmeralda”, ya dando a esa Nación algunas facilidades para la venta de su crucero, sin quebrantar principio alguno de derecho de gentes, ni comprometer la honra de nuestro pabellón”.

“Pactaron pues los dos Gobiernos un viaje de prueba, de aquella nave, la cual había de recibir nuestra bandera en aguas ecuatorianas, a fin de que, en tal viaje, se pudiesen reconocer las cualidades del buque, sin que en este arreglo hubiese nada que signifique lucro indecoroso por parte de ninguna de las dos Repúblicas”.

“Esta es la franca y sencilla explicación del hecho, y la tenemos por suficiente para satisfacer los deseos del patriotismo persuadiéndole de que este asunto exige determinadas reservas en beneficio del país, si se desea evitar dificultades que pondrían en riesgo la tranquilidad interna y las buenas relaciones internacionales, de que tanto necesitamos”.

“Con la cautela conveniente, me permito añadir, para conocimiento reservado de esa Honorable Corporación, que el Gobierno tiene indicios de que se han cometido por parte de un representante nuestro en Valparaíso, ciertas irregularidades, habiendo sido una de ellas la de izar en el buque el pabellón ecuatoriano, desde aquel puerto de Chile”.

“Expuesto de esta manera el asunto, pide el Ejecutivo al respetable Consejo de Estado una norma prudente de conducta, tanto para satisfacer, sin riesgo de indiscreción, a los ciudadanos impacientes, que se empeñan en saber lo ocurrido, como para indagar las irregularidades sobredichas y entablar o no, con patriótica cautela las reclamaciones conducentes”.

“Si el H. Consejo opina por la indagación, parece que convendría disponer se traslade sin demora a Santiago, nuestro actual Ministro Plenipotenciario en el Perú, D. Julio Castro cuya sagacidad, inteligencia, patriotismo y demás dotes son indisputables. Si la digna Corporación es del mismo dictamen, propongo desde luego al señor Dr. Castro para la plenipotencia del Ecuador en Chile. Dios gua. A V.E.- Pablo Herrera.”

El 17 de diciembre de 1894, el Gobierno Nacional sale por primera vez a la opinión pública, con un comunicado oficial dirigido “A los ecuatorianos”, en el cual se respalda en la opinión del Consejo de Estado, el mismo que califica de “patriótico, decoroso y correcto” el procedimiento seguido en el asunto del buque de guerra “Esmeralda”; además, invoca a la “circunspección y sigilo con que deben tratarse los negocios internacionales”. Intenta en su manifiesto convencer que en algún momento el gobierno nacional tuvo la intención de comprar el crucero para reforzar esa “diminuta escuadra naval” que posee el país. En realidad, de los documentos analizados, nunca se pensó como posibilidad incorporar esa nave en nuestra Armada Nacional. Anuncia el nombramiento de un preclaro ciudadano para que investigue en Chile todos los acontecimientos relativos al tema del “Esmeralda”. (Se refería al Dr. Julio Castro, aunque no lo  nombra en su comunicado).

 Este comunicado es firmado, a más del Presidente de la República, por los ministros: del Interior y RR.EE, don Pablo Herrera, de Hacienda, don Alejandro Cárdenas, de Instrucción Pública y negocios, don Roberto Espinosa; y, de Guerra y Marina, el Gral. José María Sarasti.

Este alto organismo del Estado no estuvo a la altura de su misión, recomendar al Presidente en asuntos de capital importancia para el país; más bien,  se portó obsecuente con el pedido del primer magistrado.

A día seguido, el Gral. José María Plácido Caamaño, en su calidad de Gobernador de la Provincia del Guayas, aduciendo que el Gobierno nacional se ha pronunciado sobre el tema, emite a sus conciudadanos su punto de vista, respaldando el comunicado del Gobierno y llamando a la paz y tranquilidad de la República. No hace ningún comentario sobre los pormenores del negocio.

Presidencia de la República. Diciembre 17 de 1984.- Al Sr. Juan Abel Echeverría, Subsecretario del Ministerio del Interior y Relaciones Exteriores.

“Sírvase Ud. exponer, al pie de esta, todo lo que aconteció cuando, en 16 de octubre del año presente, comisione a Ud., a fin de que consultase la opinión del distinguido señor Dr. Carlos Tobar, sobre el servicio que el gobierno de Chile pedía al del Ecuador, esto es, sobre que tomase bajo su nacionalidad el buque de guerra Esmeralda. Deseo que Ud. me diga, si es posible, literalmente, lo que le contestó sobre el asunto, el Sr. Dr. Tobar.- Su afecto amigo, Luis Cordero.”

Diciembre 18 de 1894.- Al presidente de la República.

“Contesto la apreciada de V.E., al pie de la misma, según V.E. lo quiere, exponiendo, sino literalmente, por lo menos de la manera más fiel, lo que ocurrió entre el Sr. Dr. D. Carlos R. Tobar y el suscrito, el día que fui a cumplir la comisión a que V.E. se refiere”.

“Hallé al Sr. Dr. Tobar en una sala de la Universidad y, después de los cumplimientos de cortesía, le expuse el objeto de mi visita, esto es, que iba comisionado por V.E. a consultarle, como a Ministro Plenipotenciario que acaba de ser en Chile, sobre la conveniencia o no de prestar a esa República un servicio que solicita a la del Ecuador, servicio que consistía en que esta tomase bajo su bandera el buque de guerra Esmeralda y lo pusiese en Honolulu, en donde se le cambiaría de bandera, por no serle posible hacer ese viaje con la chilena, a causa, sin duda, de las relaciones de dicha República con la China, que está en guerra con el Japón, a cuyo poder pasaba el citado buque. Informado del asunto el Sr. Dr. Tobar, tanto por mi relación, como por el telegrama que le presenté al respecto, y que era del señor Gobernador del Guayas, me manifestó con entusiasmo la conveniencia de prestar a Chile el favor que pedía, cuya amistad nos era necesario cultivar con el mayor esmero, puesto que Chile era nuestro natural aliado y atento, sobre todo, nuestra circunstancia relativa al Perú, y que nada teníamos que ver ni con la China ni con el Japón; pero que deseaba saber, como era natural, en qué forma se accedería a la petición de Chile. Repúsele que V.E. había discurrido lo mejor para el caso, lo cual consistía en manifestar que el Ecuador hacía prueba del Esmeralda, mediante el citado viaje (para el cual debía ponérsela nuestra bandera en Chatam) a ver si convenía o no comprarlo; idea que le pareció excelente al Dr. Tobar, quien, abundando en razones sobre el asunto, me refirió las protestas que el Sr. Presidente de Chile le había hecho a nuestra patria en testimonio de las cuales le estrechó la mano, diciéndole que su palabra y ese apretón de manos valían más que un tratado. Después de lo cual y de que conversamos algo sobre puntos literarios, me despedí cortésmente de mi antiguo y buen amigo el Dr. Tobar:”

“Tal es, Excmo. Sor., el fiel relato de lo ocurrido en la comisión que V.E. se sirvió confiarme, relato que V.E. recordará es el mismo que le hice, tan luego como regresé de donde el Dr. Tobar. De V.E., muy respetuoso amigo y atento S.S.-J. A. Echeverría.”

Ante la ola de reclamos, especialmente de la oposición y el despliegue de las noticias en la prensa nacional, Caamaño telegrafía al Dr. Castro, con fecha 19 de diciembre de 1894, comunicándole que el Gobierno le ha nombrado Ministro Plenipotenciario en Chile. Para esa fecha, el Dr. Castro se aprestaba a regresar al Ecuador; por ello, se niega a aceptar el cargo, y porque no es de su agrado dicha misión para un asunto que no conoce.

Caamaño insiste: 23 de diciembre

“Recibí carta. Ud., espere. Aquí también deseo hablarle sobre algo trascendente para futuro. Su misión Chile salvará situación difícil, y la tiene Ud., en sus manos. Fíjese residencia corta. Nos exponemos a que persona inconveniente vaya. Presidente urge vaya Ud., f).- Gobernador”.

Castro responde:

“No veo necesidad mandar misión, ni comprendo lo que pueda hacer Chile cuanto al hecho consumado que presumo que motiva tal misión. Es bien desairado el papel que al Ministro le está reservado”.-

El 26 de diciembre Caamaño escribe una carta al Dr. Castro, en la cual de alguna manera insinúa el hecho de que está considerando el nombre del Dr. Castro como candidato a la Presidencia de la República, una vez terminado el periodo presidencial. “Mi programa es tender a que la elección para el próximo periodo recaiga en alguna persona que reúna las cualidades del caso y que sea generalmente aceptada”.

Por otra parte, busca desesperadamente acusar a Noguera sobre la izada del pabellón nacional; en la misma carta le dice: “..mando a Ud., un memorándum que contiene indicaciones producidas por la escancia de lo condicional o simuladamente pactado, y a Ud., cumple aclarar que, si bien alguna oscuridad pudo encerrar mi cablegrama de instrucción a Noguera, con el laconismo que exige el telégrafo, el es absolutamente claro, clarísimo en lo de poner la bandera ecuatoriana en Chatam, con lo cual el arreglo se habría nulitado. Fíjese bien este punto, que es el de partida. En cuanto al traspaso al Japón, indudablemente es consecuencia de la misma irregularidad cometida en Valparaíso, que dio naturalmente origen al traspaso, cuyos pormenores no conozco a fondo. Lo del cambio de bandera, en general, es cuestión discutible, de derecho internacional”. (10) Proceso del Esmeralda .Página 39. Julio Castro)

“Por desgracia, la responsabilidad nace del paso del Sr. Noguera, que ni tuvo orden de cerrar el negocio de compra, ni debió consentir el cambio de pabellón en Chile” (11) Proceso del Esmeralda Pag. 41. Julio Castro.

El 2 de enero de 1895, luego de varios telegramas cruzados entre las dos personas, Caamaño insiste en su pedido y alaba su ponderada participación en los asuntos limítrofes con el Perú y la necesidad de complementarlo con Chile. Castro responde: “Ayer recibí sus instrucciones pero ninguna carta del Presidente; por manera que, si usted no conoce los detalles de mi misión, yo los conozco menos. He tenido después larga conversación con Ministro de Chile, deduciendo de ellas consecuencias muy graves, que comunicaré a Ud., por carta en próximo vapor. En tal virtud, y a pesar de lo dicho, suspendo mi resolución hasta que, en vista de lo que le escribiré el lunes, me diga, por cable, si debo o no aceptar” (12) Proceso del Esmeralda Pag.38. Julios Castro.

El 7 de enero remite la carta en la cual hace conocer de su conversación con el Ministro de Chile, Dr. Lira:

“Según el Sr. Lira, el Gobierno de Chile no se ha propuesto, ni por un momento, efectuar una operación simulada, o siquiera equivoca, para la cual le fuese necesario buscar quien le ayude, por amistad, gratitud, interés u otros motivos. Trató de vender el crucero “Esmeralda”; y cerciorado de que el Gobierno del Ecuador deseaba comprar la nave, no trepidó en venderla, franca, lisa y correctamente. He ahí todo, según el Sr. Lira. Así pues, el pastel se ha confeccionado sin dejar el menor rastro de nada de reprochable o desdoroso que pudiera imputarse a la cuenta del vendedor. Por manera que dicho gobierno, después de haber inducido al nuestro, según usted me dice, a que le ayude presentándose como comprador hoy se burla de este y le trata como a chino, por cuanto el negocio se relaciona con la guerra del extremo Oriente. Y a Noguera no le han de faltar disculpas deducidas de lo enmarañado del asunto, mucho más cuanto las instrucciones precisas sobre el modus operandi han de constar como piezas confidenciales, de presentación comprometedora. El comprador se ha lucido, y ahora solo resta que el vendedor considere como un ultraje el que la victima ejerza libremente su derecho de pataleo.”

“El Dr. Cordero, convertido en absolvente, ha empeorado la situación, y de ella no puede salir con ofertas de aclaración sobre  peculado; pues los meetings populares, después de decirle que eso es lo de menos, le exigen explicaciones sobre puntos concretos, y Don Luis enmaraña mas el asunto mientras más trata de explicarlo.”

 “….¿Quería el Dr. Cordero que fuese yo precisamente que  indagase en Chile esto o aquello? Nada más sencillo que escribirme que me vaya a pasear, como turista y en vía de descanso de mi campaña sobre límites, a fin de que allí cumpliese  cuántos encargos tuviera por bien darme. Pero querer que vaya a son de pitos o flautas, y hasta de proclamas, a mayor abundamiento, era destinarme a desempeñar tristísimo papel.”

“Por otra parte, mi encargo está limitado, del modo más terminante, a que indague si hubo peculado. ¿De qué le puede servir a Don Luis semejante indagación, cuando sus dimes y diretes con el público, están hoy en diverso terreno?”

“Pero, puesto caso que yo, propasándome de mis instrucciones, me metiera en honduras, indagando lo que usted me indica, y que el Dr. Cordero no quiere que indague, esto es si lo practicado está acorde con las intenciones que el Gobierno tuvo al meterse en estos líos, claro se está que, allá en Chile, se me había de decir que tome una copia de la escritura y pregunte a mi Gobierno si es eso lo que se propuso hacer”

“Y luego, para no ir, tengo un motivo que personalmente me concierne, Ud., sabe que, cuando ni aún sonaba el nombre del Japón, y ni yo ni nadie podíamos imaginar los propósitos a los que obedeciese la adquisición del “Esmeralda”, fui yo quien ratifique la primitiva orden de compra de Noguera, en cumplimiento de orden gubernativa clara y explícita que usted me transmitió por cablegrama.” (13) Proceso del Esmeralda. Julio Castro.  pags. 45,46 y 47)

Finaliza la carta anunciando que partirá a Guayaquil el 15, en vez de hacerlo el día siguiente debido a los cablegramas recibidos de Caamaño.

“Nada teme quien nada debe”, comienza por decir el doctor Julio Castro, Ministro del Ecuador ante el Perú, en Lima, en su defensa dentro de la cuestión del “Esmeralda”, entrando de lleno con la acusación al gobernador J.M.Plácido Caamaño, que pretendía escudarse en el Ministro, en defensa de su honra a costa de la suya. El manifiesto del doctor Castro califica de malhadada negociación, la misma que le puso a Caamaño-dice el doctor Castro- en angustiosa e insostenible situación por haberla ideado, desarrollado y llevado a término con extraordinario lujo de astucia, reserva y precaución.”

“Creyeron los dos gobiernos-dice Castro- que la venta de la “Esmeralda” se realizaría sin novedad, y el de Chile a fuerza de tirar la manta para su lado, exigiendo en Valparaíso y públicamente, el cambio de bandera, destapó al de Ecuador, infiriendo a su pueblo la mayor y más gratuita ofensa que es dable causar a la honra nacional. (14) Proceso del Esmeralda. Julio Castro pag. 55

 “En final de cuentas, el “Manifiesto” del doctor Castro, que en las últimas páginas reproduce opiniones ajenas como las que constan líneas arriba, no dejaron de parecer lo que en verdad eran, golpes de pecho propio de fariseos y publicanos en la hora de las responsabilidades” (15)  Lloret Bastidas Antonio.- Trabajo inédito.


LA  INVESTIGACIÓN


La reserva mantenida en torno al negociado comenzó a desmoronarse. Juan Emilio Murillo, periodista de “El Telégrafo” de Guayaquil, quien permanecía desterrado en Chile inició la investigación.

Desde el Ministerio de Justicia, ante la investigación de la prensa, y por disposición de la presidencia, con fecha 17 de diciembre de 1894, se excita al ministro fiscal de la Excma. Corte de Justicia inicie la averiguación de las causas denunciadas.

“La prensa de Guayaquil viene denunciando que nuestro Gobierno ha comprado al de Chile la fragata de guerra “Esmeralda”, y que se ha vendido, posteriormente, esa nave al Japón en mayor precio que el que costó. Con semejante noticia tiene justamente alarmada al país entero, pues encierra un procedimiento indigno que redundaría en desdoro y mengua de la nación. He recibido especiales instrucciones de S.E. el Jefe de Estado para que Ud., con el celo y patriotismo que le distinguen y atenta la gravedad del hecho, proceda inmediatamente a la averiguación de las causas que han motivado tan falsa como calumniosa imputación, o de otras semejantes que se relacionen con este asunto.”

“Usía H., se ha de servir comunicar oportunamente a este despacho el resultado de las diligencias que llevo pedidas a fin de que se entreguen a la publicidad y se conozcan la honradez y el decoro con que se ha procedido y procede el gobierno de la República en todos sus actos administrativos. Dios guarde a Ud.- Roberto Espinosa”.

El revuelo causado por la investigación de la prensa pone en apuros al Gobernador del Guayas, el  mismo que se dirige al presidente Cordero, el 22 de diciembre de este año, en los siguientes términos:

“Necesito entrar con usted en una explicación franca y patriótica:

“El Ministerio todo conoció y supo, desde un principio, que desde los Estados Unidos se propuso que, deseando el Gobierno de Chile vender el buque “Esmeralda” al Japón, y necesitando de la intervención de un gobierno amigo, se proponía al nuestro que se preste a la operación. Esta proposición la trasmití a usted de una manera expresa y clara.”

“Al principio, usted manifestó poca voluntad, y yo le repliqué, dándole las razones que tenía, y era una entre ellas, la de que Chile se había fijado en nosotros por derecho especial que tiene para obtener del Ecuador un servicio; pues, entre otros, le debemos el primer armamento que se le compró, manifestándose generoso. Después de esto vino la aceptación de usted, de acuerdo con los señores Ministros y aún con una persona caracterizada de Quito, que me dijo usted había asistido con su opinión.”

“Usted me autorizó para entenderme en el asunto, por medio de nuestro Cónsul en Valparaíso. La combinación indicada en Quito fue la de que se simulara un convenio por el cual el Ecuador proponía la compra de la fragata la cual debía tomar bandera ecuatoriana en uno de nuestros puertos como para un viaje de prueba, pudiéndole devolver si sus condiciones no eran aparentes para nuestras costas.”

“Mi cablegrama al señor Noguera fue de acuerdo con esta combinación. Era, pues, cosa entendida, tanto para el Ecuador, como para Chile, que nosotros no pensamos ni un momento en comprar realmente la “Esmeralda” y que nuestro único objeto fue servir a Chile.”

“Yo no he creído que de la presentación de este servicio se infringían las leyes del Derecho Internacional, según el cual basta no atropellar determinadas fórmulas para no dar derecho a reclamaciones. Yo dije a usted que el Ecuador no tenía tratados ni con la China ni con el Japón y que la guerra no nos ha sido comunicada oficialmente. Recuerdo que usted aprobó mi razonamiento y me dijo que lo reprobado era usar una bandera contra la voluntad o sin el respectivo permiso.”

“Naturalmente, en virtud de yo estar persuadido íntimamente de la mente del gobierno y del verdadero giro del asunto, he dado los pasos para abordarlo, y para que no deje de verificarse por dificultades intermedias. Orden expresa para comprar el buque de una manera firme, no se ha dado y, tanto a Noguera como a Solórzano, que como usted sabe, han sido los intermediarios en Santiago y New York, se les ha hablado de compra condicional.”

“A Flores, que me cablegrafió de París, le dije que era operación simulada y al Doctor Castro también comuniqué que era condicional, y por eso fue el “Cotopaxi” a Chatam, a poner la bandera, llevando copia del telegrama del general Sarasti.”

“Esta ha sido mi conducta, y si alguno ha incurrido en responsabilidades, se verá. Supongo que usted conservará los telegramas referentes al caso, pero la revolución, enervándose hace meses, como le he comunicado a usted, ha tomado como pretexto este particular, que debe ventilarse con la calma que debe acompañar las grandes cuestiones. Aquí estamos en vísperas, materialmente en vísperas, de un cataclismo. Yo no he querido publicar la concesión de las facultades extraordinarias para que no crean que es cosa mía, cuando casualmente me fueron delegadas sin pedirlo.”

“Dicen horrores a pesar de la proclama de usted, pero lo grave es para mí lo siguiente: como el convenio tiene sus partes que no se han dado a conocer, está llegando la cuestión a un terreno escabrosísimo. Yo me he permitido más de una vez pedir a usted se sirviese ser menos condescendiente con los señores de las preguntas interpelantes y de las cuales la última ha sido en forma de interrogatorio para constreñir a usted a una respuesta enteramente correcta. Yo creía que bastaba y sobraba la resolución del Consejo de Estado, como ella ha debido esperarse- si es que hay verdadero patriotismo, y el Ejecutivo solo debe dar cuenta al Congreso.”

“Como el Supremo Gobierno manifiesta en su proclama, que se ha tratado de una compra para el Ecuador, se cree que yo he obrado por mí y ante mí y he pactado la forma.”

“Nuestro amigo Cárdenas se esfuerza por persuadir al círculo de los que eran sus amigos y sus telegramas están sirviendo de un modo contraproducente para que lo enjuicien mas. No hay patriotismo en el procedimiento de la oposición.”

“Este mi telegrama es una manifestación del amigo al amigo con la franqueza que tiene que existir entre usted y su amigo servidor.- Gobernador Caamaño”.

Una Asamblea popular en Guayaquil designó un comité investigador, presidido por Rafael Pólit e integrado por José Luis Tamayo, Luis Felipe Carbo, José Domingo Elizalde, Aurelio Noboa, general Cornelio Vernaza, Felicísimo López y Francisco Fernández Madrid.” (16) Alfredo Pareja.- Historia del Ecuador.

Sobre este Comité el Gobernador le comenta al Presidente:

22 de diciembre de 1894:

“Permítame agregar a mi largo telegrama lo siguiente: El meeting de hace días fue convocado solo por ocho o nueve personas algunas de las cuales como Vernaza y Calisto son de la peor condición política. La primera firma era de Don Pedro Carbo. Yo mandé a mi secretario (que es el doctor Baquerizo) a hablar con él y mandó contestar que no estaba de acuerdo con la reunión y que le mandara allá, a Madrid, pero este se escondió. El meeting se componía de unas doscientas personas del pueblo y muy pocos de levita entre los cuales había muchos de nuestros amigos que fueron a oír. Ya usted ha leído; usted ha oído las discusiones sediciosas. Concluido el meeting sin elegir a nadie y sin disponer nada el pueblo, subieron a la imprenta de “El Tiempo” y allí, entre ellos mismos, se eligieron y han tomado el nombre del pueblo, estando prohibido por el artículo veinte de la Constitución. Este es el Comité que ha estado figurando en esta escena. Se habla de un nuevo meeting y se susurra que es con un objeto deliberadamente subversivo; si es así tendré que tomar medidas, comenzando por Vernaza y Luis F. Carbo, pues no sería posible cruzarse de brazos al frente de una situación como la actual. Cuente usted en todo caso con mi prudencia. Su amigo y S.- Gobor.”

Al telegrama de Caamaño de fecha 22 de diciembre, el Presidente contesta al siguiente día:

“He recibido el extenso telegrama en que usted se sirve explicar circunstanciadamente lo ocurrido en el odioso asunto de la “Esmeralda”. Voy a contestarlo con la misma claridad y franqueza usadas por usted. Lo haré tan detenidamente como me fuere posible, anticipándole que en verdad conservo todos los telegramas concernientes a tal asunto.”

“La proposición de Chile fue la que usted menciona, pero no nos pareció aceptable porque comprometía el decoro del Ecuador, aunque este no tuviese tratados con China y el Japón, ni hubiese contraído siquiera los deberes del país neutral por no haberle sido notificado oficialmente la guerra.”

“Había, pues, que escogitar un medio lícito y decente, que en nada pudiese perjudicar a la honra de la Patria, ni traernos los sinsabores que en la actualidad soportamos. Mucho le debemos a Chile, pero la dignidad del Ecuador era lo primero.”

“Lo que después de meditado el asunto dispuso el gobierno fue, pues, que se le propusiese a Chile la venta de su crucero al Ecuador si después de un viaje de prueba hecho con bandera ecuatoriana, resultaba conveniente para la navegación en nuestras costas y ríos y podíamos concertar precio y condiciones.”

“Confieso que no era probable, aunque tampoco imposible, que llegáramos a adquirir el buque, pero el servicio que a consecuencia del viaje propuesto se le hacía a Chile se hubiera limitado a poner la nave en aguas lejanas en donde el mismo Chile, no ninguna otra nación, había de recibirlo.”

“Absurda pudo ser tal vez la fórmula, pero nada tenía de indecorosa y había de servirnos, al fin o al cabo, para sincerar nuestra conducta en caso de que surgiesen inculpaciones o sospechas.”

“Me asegura U., y bien lo creo, que este mismo fue el sentido en que se entendió con el Dr. Castro y con Noguera, pero lo cierto es que este, siendo chileno, como U. observa, y portándose como un miserable especulador, ha hecho lo que le ha dado la gana y nos ha metido en un embrollo.”

“Fíjese usted, señor y amigo, en que una compra apenas posible la ha convertido en una compra inmediata, con inventario prolijo y otras formalidades solemnes, poniéndole luego al buque nuestro pabellón en el puerto mismo de Valparaíso y aparejando inmediatamente, no lo dudo, los papeles de la reventa de la nave al Japón en nombre de nuestro gobierno, que nada hubiera sabido de todas estas torpes maniobras a no ser por los gritos de la prensa con fin político, es verdad, pero con fundamento suficiente.”

“Es indudable que la casa Flint, el Cónsul Noguera y algunos otros mercaderes cínicos han jugado con nosotros poniéndonos en extraordinarias dificultades.”

“Imposible era callar después de semejante escándalo y los amigos y los enemigos, y muy especialmente los primeros, me han perurgido y estrechado para que explique el asunto. Encastillarnos en el silencio era confesarnos culpable de conveniencia en un peculado inicuo y enajenarnos por completo la voluntad de todo hombre de bien, sea del partido que fuere.”

“Por eso he contestado al Dr. Pólit, por eso he dado mi proclama; por eso mismo respondí ayer a Veintemilla, en términos análogos.”

“A este mismo designio obedecen, los telegramas de los señores Cárdenas y Sarasti. Antes de conocer los desatinos de Valparaíso y pensando solo en que nuestras instrucciones hubieran sido puntualmente ejecutadas, bien pudimos mirar el asunto como de poca monta, pero después de que el escándalo ha llegado a ser del dominio público, el silencio significaría complicidad altamente deshonrosa para nosotros y para la Patria. Estamos felizmente limpios de toda ignominia. ¿Por qué hemos de callar?”

“Se dice que algunos sujetos de Chile han tenido también su lote en el indigno negocio, como lo habrá visto usted por el número 19482 de “El Comercio” de Lima. Esta es una razón más para que hablemos, pues sería intolerable que hasta las granjerías hayan de revertir contra los ecuatorianos.”

“Sentiré mucho por el Dr. Castro se resista a desempeñar su nueva misión. Nadie más adecuado que él, por lo mismo que conoce el asunto.”

“La situación es sumamente grave. Quiera Dios liberarnos de un cataclismo. Lo que los conspiradores intentan es excitar el amor patrio y desacreditar al Gobierno para que se les facilite una revolución. Siempre creo conveniente que la actualidad política varíe mediante algún arreglo que usted haga en Guayaquil, o con mi separación. No tienen cosa que imputarle al señor Salazar.”

“Disimule usted lo difuso del presente y disponga de su muy afecto amigo. Presidente Luis Cordero.”

El 4 de enero de 1895 se exige la renuncia al Gobernador del Guayas:

“Han llegado las cosas a tal extremo que la situación actual de todo punto de vista es insostenible. O consentimos en que el orden constitucional desaparezca hundiéndose la Nación en un mar de sangre, o proveemos a la conservación del primero, a la tranquilidad de la segunda y a nuestro propio bienestar, mediante actos oportunos de abnegación y patriotismo. Yo estoy pronto a sacrificarme, si fuere necesario en obsequio de la quietud pública. Espero que usted, cuyo ánimo levantado ha sido siempre capaz de grandes resoluciones, tenga a bien retirarse de las amarguras del poder mientras se mitiguen las pasiones y se disipe la nube de cargos con que la prensa le mortifica. No dudo que la inculpabilidad de usted quedará plenamente justificada con la indagación de los hechos, pero las circunstancias presentes hacen indispensable que se aleje de esa Gobernación que tantos sinsabores le causa. Permítame usted esta republicana franqueza a quien le estima de corazón. Quince días más de un estado de excitación volcánica como la de hoy consumarían la ruina de la patria, junto con la nuestra. Sírvase darme contestación inmediata..- Su muy afecto amigo.- Luis Cordero.”

Respuesta de Caamaño a día seguido:

“Mi mal estado de salud me obliga a recogerme temprano y cuando vino el telegrama de Quito anoche, mi señora la recibió para hoy. Ahora, a las siete y media de la mañana lo leo y contesto a usted lo siguiente: Hace días he pensado separarme, pero no lo he hecho porque aunque hay predisposición contra mí de parte de demagogos, la hay también contra el gobierno, y he querido ayudar a sostener la situación. Mando en este momento mi renuncia en el vapor “Pampero” que sale ahora y alcanza el correo, que no sale de Babahoyo sino por la noche y llegará allá el viernes 11 y me la puede resolver por telégrafo y mientras tanto encargaré al Jefe Político, pues todos saben que estoy enfermo. Además, me permito decirle que es indispensable ponerse de acuerdo con Reinaldo para el nuevo Gobernador; pues, de lo contrario esto se trastorna. Yo espero que usted aceptara esta combinación que es prudente y propia de la caballerosidad de usted. Su amigo y servidor. Gobernador Caamaño.”

El 5 de enero se cruzan notas diplomáticas entre los ministerios de Relaciones Exteriores de los dos países. Por parte del Ecuador se hace conocer que el gobierno nacional ha procedido a cancelar la patente que acreditaba al Sr. Luis A. Noguera, como Cónsul del Ecuador en Valparaíso, por existir contra él, “gravísimas sospechas de haber intervenido en el negocio del buque de guerra “Esmeralda” e izado, sin facultad del gobierno, la bandera nacional en el expresado vapor, en el puerto de Valparaíso”.

Por su parte, Chile, con fecha 30 de enero de 1895, luego de hacer conocer el cumplimiento del pedido realizado por Ecuador respecto del Cónsul en Valparaíso, elabora una larga nota orientada a  aclarar, con documentos, la forma en que se llevó a efecto la venta del crucero, en la cual a criterio de las autoridades chilenas, tanto el Cónsul, como el Ministro Plenipotenciario de Lima, Dr. Castro, actuaron en representación del gobierno ecuatoriano; aún más, recuerdan en esta nota, que el aludido Sr. Noguera, actuó por dos ocasiones anteriores en la adquisición de armamento para el Ecuador. Las notas fueron firmadas por el Ministro Alejandro Cárdenas en representación del Ecuador, y Luis Barros Borgoño por Chile.

El 1 de febrero, la cancillería chilena, en contestación a una carta del Cónsul ecuatoriano en la que indica  desconocer  la causa de su separación, aunque presume que se trata de la compra venta del buque “Esmeralda”, le dice: “a juicio de esta Cancillería, la intervención de V.S. referente a la compra venta del crucero “Esmeralda” estuvo plena y especialmente autorizada ante el gobierno de Chile, por comunicaciones directas que recibió del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, por una nota que tengo a la vista del Plenipotenciario ecuatoriano en el Perú, y por los documentos exhibidos por V.S. al iniciar las gestiones referidas”.

Lo que no dice la Cancillería chilena es que para similares actividades, a través del mismo consulado, Chile exigió el poder correspondiente para la firma de documentos de venta, especialmente de armamento.

La Cancillería ecuatoriana, con fecha 30 de marzo de 1895, contesta a su similar de Chile, haciéndole conocer que los documentos a los que hace referencia su nota, llegaron variados en su contenido; que la forma en que se pago el valor de la compra no fue realizado por ningún agente financiero ecuatoriano en Londres, ni en ninguna parte del mundo, por no tener el Ecuador, agentes financieros. Asimismo, recuerda que el 28 de octubre de 1893, previa la negociación de armamento entre las dos naciones, en una cuantía muy inferior a la presente, se obligó al Sr. Noguera a presentar el poder escrito que debía presentar y presentó el aludido Cónsul. Finalmente reclama por abusiva de parte de los agentes que participaron en el negocio, el hecho de haber izado la bandera ecuatoriana en puerto chileno, sin consentimiento alguno del gobierno, para que el buque “Esmeralda” se traslade primero a Chatam en Galápagos y finalmente a Honolulu.

El 11 de enero de 1895 (en la transcripción consta 11 de enero de 1894)  Caamaño, una vez dejado su cargo, ha pedido del Presidente de la República, emite un nuevo comunicado al país, con el título de “A la Nación”.

Sin entrar en detalles, ni hacer uso de la documentación recibida y enviada por su persona-por no convenir a sus intereses- busca descargar la responsabilidad del negocio en el gobierno nacional, en los Ministros, en el Dr. Julio Castro, en el Consejo de Estado y en los representantes diplomáticos en Washington y Chile.

“No conozco-dice Caamaño- los términos de la proposición de compra; debo suponer que el Sr. Dr. Castro ha de haber procedido con prudencia y cautela. Ignoro también los pormenores de la compra, y si en un solo acto se hizo ésta y la venta, yo no comprendo cómo recibió nuestra bandera el buque chileno en Valparaíso, habiéndose designado a Chatam, puerto ecuatoriano que fue aceptado por su posición geográfica, para verificar el cambio de pabellón”.

Afirma haberse enterado del cambio de bandera a través de la prensa,” y no los creí”- dice Caamaño-, y que los cablegramas publicados demostraban la resistencia del Cónsul para permitir tal acto. Por otro lado hace conocer que recibió el pedido del Cónsul en nueva York para que se dé la orden de traspaso del buque,  lo cual aceptó de manera “condicionada”.

Acusa al gobierno el no haber dado el trámite necesario para que el Congreso Nacional analice el asunto en todo lo que corresponde a arreglos internacionales; de la misma manera, cuestiona el hecho de no haber dado la importancia que se merecía al voto emitido por el Consejo de Estado, lo cual hubiese sido-dice Caamaño- “el camino adecuado para llevar el negocio en los términos que se requieren para asuntos de esta naturaleza”.

Libra de culpa a la actuación del gobierno en los asuntos secundarios de la negociación y asume la  responsabilidad en su manejo; sin embargo, deja constancia de que jamás fue propósito del gobierno, el realizar la compra del buque para la Armada nacional, lo cual, analizados los documentos, efectivamente es cierto.

Finaliza su comunicado asumiendo la responsabilidad en lo que corresponda, pero deja la suya a todas las personas del gobierno.

El 18 de enero de este mismo año se hace público un telegrama dirigido al nuevo Gobernador del Guayas, suscrito por los ministros Cárdenas y Gral. Sarasti, disponiendo se publique la réplica al Sr. Caamaño, especialmente en los siguientes puntos considerados como infamias por parte del ex gobernador:

1.- Que se ha comprado simuladamente el buque.
2.- Que se ha mandado enarbolar a su bordo la bandera ecuatoriana, en el puerto de Valparaíso.
3.- Que ha vendido o va a vender el mismo buque al Japón, procediendo como simple intermediario.

En esta réplica se esgrimen los argumentos que consideran suficientes en desmedro de lo que los ministros consideran como infamias. Estos argumentos forman parte de la defensa realizada por el gobierno en el juicio iniciado por disposición del Sr. Presidente de la República, los mismos que constan en la presente investigación. Sobre el primer punto tratan de traspasar la responsabilidad al Dr. Castro y al Cónsul Noguera; en los siguientes pone en evidencia, con mucha razón, la participación del ex Gobernador.


La prensa arremete contra el Gobierno de Luis Cordero


El diario de la mañana “El Grito del Pueblo” fue un órgano del Partido Radical, que circuló por primera vez el 22 de enero de 1895. Fue fundado con la finalidad de levantar la opinión y propalar la revolución en contra del gobierno de Cordero, que día a día avanzaba en forma incontenible; “sus artículos eran como un toque de somatén, como las vibrantes notas de un clarín de guerra” (17) Camilo Destruge. Historia del Ecuador.-
Era redactado por José de Lapierre, hábil periodista. Federico V. Reinel era el director y Luciano Coral su cronista. Notables periodistas de fuste que se habían formado a lo largo del tiempo eran sus colaboradores; entre otros: César Borja Cordero, Manuel J. Calle,  Luis Felipe Carbo, Camilo Piedrahíta,  doctor Manuel Felipe Serrano, Pedro Valdez Mackliff, doctor Serafín Wither, José Antonio Campos, Ezequiel Calle, Juan Varela, Celiano Monge y Carlos R. Tobar.
Al poco tiempo el periódico se entregó de lleno a profundizar en el “enojoso” asunto del negociado del crucero “Esmeralda”. En tres artículos que ocupaban cinco columnas de la primera edición se trataba del problema, en distintos tonos de gravedad. Esta actitud y frontalidad fue la clave del éxito que obtuvo y de la arrolladora popularidad alcanzada desde su aparición.
 “Todos los días, sin descanso; sin dar tregua al gobierno un solo instante, martillaba el periódico sobre el tema con argumentos cada vez más aplastantes: “La patria ecuatoriana está de duelo” decía en el número 10 “la consigna que nos tiene dictada la majestad de nuestra misión como periodistas, nos llevará hasta el sacrificio antes que enmudecer.”
“Fueron escritos que exasperaron tanto a la autoridad, que ordenó la clausura de los talleres y el inmediato apresamiento de los señores Lapierre y Coral, que luego fueron deportados a Panamá.
“A los pocos días, sorpresivamente “El Grito del Pueblo” volvió a circular, editado clandestinamente, en un formato muy pequeño y distribuido cautelosamente. Reapareció como un revolucionario sin tapujos, y sin guardar ningún fuero ni disimulo incitaba a la insurrección. “Reaparecemos: Pequeños como la albahaca; perfumados como ella misma, con el perfume de la convicción, del patriotismo y del honor; pequeños decimos, pero airados, pero altivos, pero dignos, pero resueltos, reaparecemos en la arena de la prensa, con más bríos aún a desafiar las iras de los chacales de la dictadura y a echarles nuestras últimas maldiciones...”. (18) Jose Antonio Gómez Iturralde.- Archivo histórico del Guayas.
El mismo día, el “Círculo Liberal del Guayas” pedía la renuncia del Presidente de la República:
“El Círculo Liberal del Guayas, la Sociedad Liberal Nacional y el Comité Investigador considerando responsable al gobierno de V.E. del atentado cometido contra la bandera y honra nacional en el infame negocio del “Esmeralda”, resolvieron-reunidos en asamblea de esta noche-exigir, como exigen a V.E., la inmediata dimisión del cargo de Presidente de la República del Ecuador, como único medio de salvar la dignidad de la Nación y de mantener el orden público. F): R Polit Presidente del Comité Investigador; Benjamín Rosales, Presidente de la Sociedad Liberal Nacional: Cornelio E. Vernaza, Vicepresidente del Círculo Liberal del Guayas. Siguen cerca de 4.000 firmas conseguidas en las mesas situadas en diferentes lugares de la ciudad.”

El Presidente contesta:

“Lo único que puedo contestar al telegrama de usted es que, no habiendo autorizado mi gobierno atentado alguno contra la honra nacional, no se considera responsable de ajenas infamias. Bien quisiera yo dimitir en el acto la odiosa Presidencia, pero no lo tengo por patriótico, mientras subsista el peligro de que la vacante traiga por necesaria consecuencia un sangriento trastorno. Lo que para mí sería una verdadera felicidad, mil veces apetecida, había de ser para la República la conflagración  y el caos. Mal es, por ahora, la opinión de la mayor parte de mis conciudadanos.”

Otros documentos comienzan a circular en el ambiente enrarecido del “Esmeralda”:

El general Sarasti, en su calidad de Ministro de Guerra y Marina, en una carta dirigida al general Reinaldo Flores, Comandante General del Distrito de Guayaquil afirmaba:

 “Se dice aquí que el señor Caamaño pretende publicar ya un manifiesto diciendo que el no ha sido sino órgano del gobierno, y que solo ha obedecido a sus órdenes en el asunto desgraciado del Esmeralda. Sería bien que usted le haga decir que esto no le convendría hacer tan pronto, estando los ánimos y las cosas candentes aún. Sobre todo no es verdad que tenga órdenes para que se haya hecho lo que se ha hecho. Caso de que apareciera tal Manifiesto el gobierno se verá obligado a publicar documentos en los que el Sr. Caamaño aparece como iniciador porfiado en la negociación y propuesta de Solórzano. Si el gobierno se ve ofendido, no vacilará en publicar todo para sacar ilesa su conducta. Que elija, pues, el Sr. Caamaño el mejor camino y se lo indico para lo que pudiera convenirle.- Suyo, Gral. Sarasti.”

Los resentimientos de cuñados:

Parte de un telegrama dirigido por el hijo del Gral. Sarasti (Manuel), a su padre y en el que avisa que Caamaño tuvo una entrevista en la Comandancia con el general Reinaldo Flores y que en esta entrevista hubo mucho de agrio:

“Ahora se más y positivamente, y esto: Caamaño dijo al general Flores que el gobierno no se había puesto a la altura de la situación en el asunto Esmeralda, y que ni entre los dos no la salvaban, todo estaba perdido. En consecuencia, propuso Caamaño a Flores un golpe de Estado, o mejor dicho de cuartel; una dictadura de la que él (Caamaño) sería jefe. Dijo, además, que el asumía la responsabilidad en el asunto Esmeralda y que con brazo de hierro haría callar a todo el mundo. Que el Presidente y sus Ministros eran unos imbéciles que no sabían lo que era autoridad y que en sus manos el país estaba perdido; y que la situación era horrorosa e insostenible y que lo único que podía encarrilar las cosas era una dictadura militar.

El general Flores contestó: Tu eres un miserable y atrevido que me propones esto. Yo soy un hombre honrado y no acepto siquiera que me creas igual a ti. Esta propuesta infame me indica que tu eres el que ha llevado a cabo el negocio de la Esmeralda, engañando miserablemente al Gobierno  al cual engañas todavía. Me has huido todo este tiempo y ahora que te ves perdido vienes donde mi para hacerme cómplice de un crimen que quieres ocultar con otro. Carga tú solo con la ignominia si eres culpable. Prepárate a sentir las consecuencias. Si quisiera lo que me ordena la conciencia, hoy mismo debiera yo dar parte al gobierno de tu infame propuesta, remachándote un par de grillos, y si no lo hago es porque espero que tengas la oportunidad y renuncies y te ausentes a donde jamás vuelva a saber de ti, y hazlo pronto, porque me he dirigido al Presidente pidiendo autoridad y energía en la pesquisa de los criminales. Yo le ayudaré, porque ni indirectamente quiero aparecer cómplice o encubridor de un crimen de esa especie. Lo he dicho al Presidente que al él le toca sindicar a los que como yo, no hemos tenido el menor conocimiento de las gestiones de la Esmeralda y que tiene que dejar mi honor limpio. No esperes nada de mí. Mi honor vale más que nada en esta vida y te veré con gusto hundirte en la ignominia, salvando yo mi nombre”.

Caamaño le replico: “Perdóname. Con lo que te he propuesto he creído que podíamos salvar el país. Duélete de mis hijas que son tres sobrinas; de tu mujer, que es mi hermana”.

El general le contestó: “Yo también tengo hijos y no tengo otra cosa que dejarles sino la honra, y tu hermana es madre de ellos, y si tu eres responsable de lo que pasa, busca por otros medios salvarte. Esto lo deseo, lo ansío, pero no cuentes conmigo. Mi honor vale lo que  no vale nada en el mundo. Parte tú de este puerto”.

Caamaño contestó llorando: “Si antes te hubiera conocido, como te conozco hoy día, habrías sido mi consuelo siempre, y te habría tenido como una reliquia colgada al cuello. Ahora no te pido, hermano mío, otra cosa que me perdones y no vuelvas a acordarte jamás de este día que lo juzgo el más desgraciado de mi vida”.

Y continúa el hijo del general:

“Ahí tiene usted lo más importante de aquella entrevista. El general Flores merece bien de la Patria. Todo esto es cierto, positivo, como si ustedes lo oyeran. Por lo anterior verán qué persona es Caamaño y de cuánto es capaz este miserable. ¿Y conservarán a este veneno de Gobernador?   ¿Y a él le encargan el descubrir el crimen y los criminales? ¿Qué es esto por Dios? ¿Y dicen ustedes que son miras políticas de los que con puntería gritan por la iniquidad cometida? Aquí nadie conspira, Caamaño les engañaba miserablemente. El cínico conspirador es él. Nadie más. Caamaño es el jefe de los criminales en el asunto Esmeralda. Los cómplices son Pierra, que estuvo en su casa hasta última hora y de ella salió para embarcarse a Nueva York; Solórzano, el que dirigió un cablegrama a Caamaño, diciéndole ofrecen tanto por el Esmeralda; y el pobre diablo de Noguera, que será el menos criminal. 

"Autorizo al Presidente para que interpele al general Flores como a caballero, como militar de honor, que diga si es o no cierto que Caamaño le propuso arreglo y que él rechazó con desprecio y con altivez que le honran, tan infame como criminal proposición; que le diga que tienen conocimiento de aquello, de una manera reservada y que confía en su hombría de bien para que le diga la verdad del hecho. No negará el general Flores y si lo niega no por eso dejará de ser menos cierto lo que he referido. Siento no poder dejar sola a Rosarito; pues, de otra manera, hoy me pondría en viaje para ponerme al habla con ustedes y manifestarles como se todo lo referido.”

“En este momento acabo de saber que ha ordenado Caamaño que no se dé curso a mis telegramas en que le comuniqué publicación en que se le atribuye orden envío Cotopaxi; pero ha sido tarde, porque estaba ya despachado. Sé también que le ha hecho a usted un telegrama Caamaño y al Presidente. ¿Querría engañarle este infame? Es evidente que el hizo correr esa noticia por medio del secretario de la Gobernación, Alfredo Baquerizo. Puedo probarlo. No acepte explicación de este canalla. Continuaré con lo que más yo descubra. Ojalá de mi inútil palabra resulte algún beneficio para el país. M”.

En el Congreso de Chile:

Acta de la sesión de la Cámara de Diputados de Chile, de 29 de enero de 1895. De ella se toma las aseveraciones del Sr. Ministro de Marina, Rivera Jofré, respecto de la representación del Cónsul en Valparaíso para el trámite de toda la negociación.

“Un simple cablegrama no se encuentra revestido de aquellas solemnidades necesarias para acreditar a una persona con el carácter de agente confidencial de un Gobierno. Un cablegrama, por sí solo, no puede manifestar que él ha sido efectivamente dirigido por la persona que aparece firmándole.”

Sabe la Cámara que se han cometido y cometen muchísimas supercherías con los telegramas, usando firmas supuestas.”

El Diputado Sr. E. Edwars manifiesta en dicha reunión:

“Aunque el buque fue comprado a nombre del Ecuador, el hecho es que ha sido vendido al Japón, y el Gobierno del Ecuador necesita saber quiénes son los culpables.”

Del diputado Sr. Robinet:

“El Ministro ecuatoriano en el Perú confirmó la efectividad de que el Cónsul del Ecuador en Valparaíso procedía en la compra del “Esmeralda”, con suficientes poder de su gobierno”.

Aclaración del Gobierno:

“No tenía ese Cónsul tales poderes; ni lo asegura tampoco el Sr. Dr. Castro. Lo único cierto es que los necesitaba para la validez del negocio. Esto es indisputable”.

Opinión de Guillermo Puelma Tupper:

“Lo único que el gobierno de Chile tiene escrito, en la forma usual de nota, es la comunicación del Ministro del Ecuador en Lima a nuestro Ministro en la misma ciudad, en la que “ratifica oficialmente, a nombre de su gobierno, la proposición hecha al gobierno de Chile por el Cónsul del Ecuador en Valparaíso sobre adquisición del crucero Esmeralda de la Armada Nacional chilena”.

“Se ve que esta simple ratificación de la primera propuesta que abre toda compra-venta, no puede responsabilizar de la adquisición final al gobierno del Ecuador. Antes bien, aislada esa nota, como se halla, prueba en contra nuestra; porque es inconcebible que teniendo ya el gobierno de Chile tal ratificación, no se haya entendido directamente con el del Ecuador, para establecer las condiciones del delicado cambio de bandera del crucero, pedirle el nombramiento, como agente ad-hoc, del Señor Luis A. Noguera, y demás gestiones importantes del caso”.

“En realidad, lo que resulta de la documentación chilena es que hemos vendido la Esmeralda al ciudadano chileno, vecino de Viña del Mar, comerciante de Valparaíso y Cónsul del Ecuador, señor Luis A. Noguera. Ni más ni menos.” (19) El proceso del Esmeralda.- Julio Castro. Pag. 54

Si damos una mirada al contrato de compra-venta, efectivamente, tenemos que dar razón al escritor chileno, quien, se pregunta luego de su anterior análisis: “¿En virtud de qué reconoció el gabinete Mac Iber al Sr. Luis A. Noguera, como representante del gobierno del Ecuador para el acto de venta del Esmeralda?¿Fundado en qué documentos? ¿En los cablegramas?”

 “¿Dónde se hallan, pues, una y mil veces, los documentos que le prueban al Sr. Luis Barros Borgoño (Ministro de Relaciones Exteriores de Chile) que las negociaciones están en su debida forma? Digámoslo de una vez, no existen, y agreguemos: el Presidente Sr. Montt y.el Gabinete Mac Iber han sido burlados”. (20). El proceso del Esmeralda. Julio Castro. Pags 55, 56.

Guillermo Puelma se dirigió al País (Chile) el 22 de enero de 1895 a través de un Manifiesto  con el título de “La venta de la “Esmeralda”: Baldón Nacional. En su contenido se pregunta  porque la Armada chilena ponía en venta uno de sus más emblemáticos buques de guerra y concluye, luego de investigarlo, que la venta se hacía para reemplazarlo por uno más moderno que se estaba ofreciendo en venta.

“Notable coincidencia-dice- una casa armadora extranjera tenía un barco disponible que no podía vender al Japón, y le ofrecía a la República de Argentina, y a China, y a Chile, en los mismos días en que otra casa, extranjera también, hacía propuesta a los dos países para comprarle uno o  más barcos de sus respectivas escuadras”.

“El juego era burdo-continúa- y la elección clara: por torpes que fuéramos, debimos ver desde el primer momento, que si la casa armadora inglesa no vendía su barco al Japón era porque no podía hacerlo, so pena de quebrantar la neutralidad, y que todo subterfugio que se nos propusiera, para cohonestar igual acto, ya debía haber sido estudiado y desechado como ilegal por esa casa inglesa”.

“Nosotros nada vimos, y nos precipitamos en el mas indecoroso de los negociados. Era evidente que Ecuador prestaba su nombre para servir de intermediario en la venta, porque el Japón pagaba esta gran infamia al Presidente Cordero, a sus Ministros y a sus agentes con buenas libras esterlinas”.

El autor del manifiesto realiza un análisis sobre las consecuencias que para Chile y para el Ecuador sobrevendrían a futuro por ser cómplices en la forma de irrespetar la neutralidad de los países en caso de conflicto; además, acusa al alto jefe de la gloriosa Marina chilena a cargo de la administración del país, de perder su reputada honradez y cubrirla de lodo ante el concierto internacional.

Ante las noticias de rechazo al negociado en el Ecuador, Puelma dice: “El pueblo del Ecuador, al sentirse envilecido por su gobierno, se ha levantado en masa contra la violación de la neutralidad, consumada al amparo de su bandera y ha rescatado su buen nombre con su digna actitud”. “Nos corresponde observar igual conducta. Lo he dicho que somos los instigadores de este gran peculado”

Finaliza su manifiesto indicando que, “El silencio ya nos es posible. Callarse después de la vergonzosa sesión pública de la Cámara de Diputados, sería contribuir a nuestro desprestigio.” (21) El Proceso del Esmeralda.- José Castillo.- Pag. 119,120,121.


EN MANOS DE LA JUSTICIA Y SUS CONSECUENCIAS


El 3 de enero de 1895,  el Presidente de la Corte Suprema  pide al Ministro de Justicia se le haga conocer si el Supremo Gobierno ha ordenado la suspensión del cargo del Cónsul del Ecuador en Valparaíso, a lo cual se contesta que con fecha 22 de diciembre se dispuso al gobernador del Guayas comunicara al expresado Cónsul, la suspensión de su cargo y su separación. Igualmente se informa que además se ha ordenado la suspensión del Cónsul General en Nueva York, por creerlo complicado en el asunto del buque “Esmeralda”.

Presidencia de la Corte Suprema.- 17 de enero de 1895. Al Sr. Presidente de la República.

“Tengo la honra de remitir a V.E., en 21 fojas útiles el sumario seguido contra los Cónsules ecuatorianos D. Luis Noguera y D. Modesto Solórzano por creérseles complicados en el asunto del crucero “Esmeralda”, a fin de que V.E. se sirva dar el informe que, a petición del acusador particular, se ha ordenado pedir a V.E. por decreto de hoy. Modesto Espinoza.”

Presidencia de la Corte Suprema.- 19 de enero de 1895. Al Presidente:

“Por decreto de hoy, a solicitud del acusador particular, Dr. Víctor Manuel Peñaherrera, se ha dispuesto que se oficie a V.E. pidiéndole se sirva devolver el proceso relativo al asunto del crucero “Esmeralda” junto con el informe respectivo, hasta el lunes próximo, porque tanto el Sr. Acusador como el Sr. Ministro Fiscal, necesitan de los autos para pedir la práctica de diligencias urgentes.”

“Comunícole a V.E. y espero que, por la grande importancia del asunto, se servirá disculpar la exigencia  de este oficio.- Modesto Espinosa.”

Las diligencias judiciales


En atención al pedido realizado por el acusador particular con fecha 19 de enero, el Sr Presidente de la República remite el primer informe sobre el “odioso” caso que se investiga; a partir del mismo, remitido el 20 de enero, prácticamente se inicia un largo y tedioso proceso de investigación.

En términos generales, las preguntas más recurrentes a las que tiene que contestar el Presidente, una y otra vez, hacen referencia a los documentos que en clave fueron transmitidas desde las instancias gubernamentales hacia la Gobernación de Guayaquil, y desde esta a las legaciones diplomáticas ejercidas por Solórzano y Noguera.

Concluye su informe asumiendo la responsabilidad que se desprenda del juicio:

“He aquí todo lo que ha hecho mi gobierno. Si de ello le resulta alguna responsabilidad, la asume sin reserva con la convicción íntima de no haber procedido sino por el deseo patriótico de obtener ventaja para el Ecuador, estrechando relaciones con una República que nos ha dado reiteradas pruebas de amistad y benevolencia”.

“De la proposición que se le hizo a Chile habría resultado talvez la compra del buque para nuestra escuadra, con plazos y condiciones aceptables, cosa no imposible, aunque difícil; o, cuando menos, una decorosa manifestación del fraternal aprecio que une a las dos naciones. Si Chile consideraba esa proposición como una cortés evasiva muy llano hubiese sido que no la aceptase y, entonces no habríamos tenido que deplorar los resultados de tres arbitrariedades cometidas por agentes ecuatorianos a quienes jamás se les autorizó para tales desatinos. La compra inmediata e incondicional del buque, con dinero que yo no se dé donde lo han obtenido los arteros especuladores, la desconoce y reprueba mi gobierno, que ha nadie ha conferido poder para realizarla.

"El uso del pabellón ecuatoriano que los negociantes izaron, según se asegura, a bordo del buque en las aguas de Valparaíso, es igualmente arbitrario e inicuo. Finalmente la reventa de la nave al Japón, reventa que se ha hecho, o debe hacerse, en nombre del gobierno ecuatoriano, según lo ha dicho la prensa, es una vituperable superchería en que jamás pudimos pensar mis señores Ministros, ni yo,  porque no lo vedaba la honradez, y sabemos, además, que los bienes nacionales no se enajenan sin permiso de la Legislatura. Con toda la cautela que requieren los asuntos de carácter internacional, y hablamos con personas que bien los conocen, como los distinguidos señores Magistrados del Excmo. Tribunal Supremo, puedo decir que en nada compromete al gobierno ecuatoriano la proposición inicial de Chile.

"Lo que hubiera comprometido es la orden de que se consuma una compra simulada del buque, se le ponga a este la bandera ecuatoriana para dar colorido de verdadera a esa compra y se vaya a vender esa nave a otra potencia en nombre del Ecuador, que no lo ha adquirido. La averiguación prolija de los hechos demostrará la culpabilidad de quien lo tenga. Podemos mis señores Ministros y yo haber incurrido en algún involuntario desacierto, más no hemos cometido infamia alguna que nos quite el derecho de llamarnos hombres de bien. Quito enero 2 de 1895.- f) Luis Cordero.”

Paralelamente, el Gobierno Nacional disponía al consulado de Chile la realización de acciones tendientes a desautorizar las actividades realizadas por Noguera. Producto de estas disposiciones se recibe el siguiente telegrama:

Lima, febrero 16 de 1895.- Al Presidente de la República:

“Urgente contestando petición mía sobre arraigo Noguera, me dice Ministro chileno, en oficio de hoy: “Ministro de Relaciones me contesta que estando encaminada la acción del Ecuador a desautorizar la negociación sobre el Esmeralda que fue debidamente ajustada con sus agentes oficiales, no puede gobierno chileno acoger gestiones del gobierno del Ecuador, sin saber antes cual es el grado de confianza que le merecen sus representantes. Juzgo que esta es ocasión oportunísima para desautorizar lo hecho por Noguera a nombre del gobierno y hacer que Noguera declare judicialmente quien le ordenó pagar la compra, o quien comunicó el resultado, quien le ordenó pagar con dinero de Flint contratos marinos, quien ordenó el cambio de bandera, quien ordenó salida del buque para Chatam y después para Yokohama, quien dio los pliegos al capitán para zarpar. No desaprovechen esta oportunidad para probar inculpabilidad del gobierno en esta inicua y escandalosa operación. Aquí nadie duda que los únicos culpables sean Caamaño, Solórzano y Noguera. Puede dirigirme telegramas clave Castro. Pallares.”

De la Presidencia de la Corte de Justicia al Presidente de la República:

21 de febrero de 1895:

“Las actuaciones hasta aquí practicadas ofrecen indicios bastantes contra el ex Gobernador de la provincia del Guayas, Dr. José María Plácido Caamaño; a su virtud, se le declara incluido en el auto cabeza de proceso; y, en consecuencia se previene que se libre exhorto al Presidente de la Corte Superior de Guayaquil, en el cual se insertarán en el mencionado auto de proceso y las declaraciones hasta aquí recibidas para que sea notificado el referido ex Gobernador, personalmente o en la forma prescrita por el Inciso 3ro del artículo 67 del Código de enjuiciamiento criminal y para que, si fuere encontrado culpable se le tome su declaración indagatoria. Practíquese todo lo demás pedido por el Sr. Ministro Fiscal en su escrito de 16 de los corrientes, previa citación. f) Nieto.”

Tercer Informe del Presidente: “Tengo mi conciencia libre de toda culpa…”


“Respecto del telegrama que en 16 de octubre último me dirigió el Dr. José María Plácido Caamaño, comunicándome la proposición que, en nombre de Chile, se nos hacía y de la contestación que yo le di, de la réplica del Sr. Caamaño, de la proposición que el gobierno de Chile se le hizo y de la solicitud de que nuestro Ministro en el Perú ratifique la proposición de mi gobierno al de Chile, he dicho yo lo bastante en mi informe principal, expresándome con la claridad y franqueza propias de mi índole personal y del cargo que desempeño. No tendría ciertamente obstáculo alguno para presentar todos los telegramas en que de tales asuntos se ha tratado, si, como pueden comprenderlo muy bien las ilustradas y prudentes personas que componen el Tribunal Supremo, no se refieren esos telegramas a ciertas particularidades del más delicado carácter internacional, las que no pueden sin grave indiscreción publicarse en las páginas de un proceso para que de allí las tome la prensa indiscreta y las entregue a la crítica del mundo.”

“Mi correspondencia es particular; esos telegramas están en clave, pero nada importaría lo uno ni lo otro porque no me detiene motivo alguno individual, desde que tengo mi conciencia libre de toda culpa en el aciago negocio del buque chileno. Lo que me obliga a ser cauto, cumpliendo con mis deberes de Presidente de la República, es el deseo de que las relaciones de este con algunas de sus nobles hermanas no sufran perjudicial detrimento. Me permitirá el Sr. Ministro Presidente no hacer observaciones más explícitas en cosa tan ardua.”

“Lo propio digo de aquella comunicación telegráfica en que recuerdo haber discurrido sobre el cambio de bandera. Está en el caso de las otras, pero realmente no he creído ni creo que sea lícito que entre naciones amigas, que se han dado mutuas pruebas de estimación desde la célebre Alianza del Pacífico, haya inconveniente para que la una coloque su bandera en un buque de la otra con el objeto de probarlo en una excursión marítima y ver si puede adquirirlo o no para su propia escuadra”.

Comentarios de la prensa internacional


El Comercio de Lima desde la óptica limítrofe siempre pendiente entre los dos países decía:

“Después del Capitán Prat, la Esmeralda es el acorazado más poderoso que tenía la escuadra chilena. El Cochrane anda apenas ocho millas por hora y carece de una artillería y de una coraza semejante a la del Esmeralda.”

“Si la venta se ha realizado con el propósito de que la Esmeralda aumente el poder naval del Ecuador, es forzoso convenir en que se ha dado un paso en falso, puesto que nadie ignora las dificultades creadas entre el Perú y el Ecuador con motivo del rechazo del pacto García-Herrera.”

“Y si acaso la venta de la Esmeralda al Ecuador es simulada y el Japón llegara a adquirir ese buque, por intermedio de nuestros vecinos equinocciales, entonces Chile habría cometido una doble falta: de franqueza y de neutralidad.”

“La conducta observada por el Ecuador tampoco se considera honrosa y conveniente. Las ganancias de unas cuantas libras esterlinas no justifica que un país se preste a servir de intermediario o corredor en negociaciones que pugnan con la tradición internacional o con los principios más elementales del derecho público.”

Por su parte, el Mercurio de Valparaíso lo trataba desde el punto de vista económico y especulativo:

“Se sabe que el crucero costo en 1884, 180.000 libras y se vende hoy en 220.000. Será  pues esta nación, sin intervención alguna de parte de Chile, quien lo enajenara al Japón por 300.000 suma que se señala como efectiva.

“Parece que los japoneses disponen de fondos suficientes para estas compras, hechas con mano generosa, pues se asegura que todos los que han intervenido en la compra de este buque y los que lo llevan al Japón, tendrán sus buenas comisiones en relucientes libras esterlinas.”

Nuevas diligencias


El Dr. Víctor Manuel Peñaherrera ejercía como abogado en su calidad de acusador particular en la causa. Solicitó al Presidente de la Corte que el Presidente ampliara su declaración respecto de los nombres de los sindicados, haciendo notar que sobre Caamaño no había ninguna acusación, a pesar de que todo el país lo señalaba como el principal culpable.

En base a esta solicitud, el Presidente remite su cuarto informe, el  mismo que en su parte inicial dice:

“En virtud de los últimos decretos de S.E. la Corte Suprema de la República y bajo el mismo juramento de mis informes precedentes, voy a contestar a los dos interrogatorios del Dr. Víctor Manuel Peñaherrera  en todo cuanto sea compatible con mi obligación de mirar por las buenas relaciones de mi Patria con los demás Estados, obligación en que parece no reparar aquel señor, quien tampoco tiene en cuenta el artículo 23 de nuestra Carta Fundamental, en su persistente empeño de urgir y pre urgir con preguntas indiscretas o impertinentes al Primer Magistrado de la República. Clamo sobre esto al Supremo Tribunal y contesto en la forma siguiente”.

Respecto a una de las preguntas  sobre Caamaño en el sentido de que lo considera como el único responsable del negociado, el Presidente dice: “Por lo que ha dicho el Sr. Caamaño a ser suya la publicación citada (se refiere al manifiesto publicado en Guayaquil)  creo que dio respecto del buque disposiciones no emanadas de mi Gobierno, pero creo también y no tengo porque disimularlo, que las dio con intención patriótica, sin aspiración a ningún miserable lucro personal. Tal es mi persuasión, mientras no me conste lo contrario”.

El proceso continúa con la comparecencia de funcionarios públicos involucrados en el caso; entre otros, el Dr. Alejandro Castro en su condición de Ministro de Hacienda, el mismo que declara no conocer nada sobre las claves utilizadas y que nunca le llamó como amigo al Sr. Caamaño en el pie de firma de los telegramas. A esa fecha, 10 de marzo de 1895,  la Presidencia de la Corte Suprema estaba en manos del Dr. León Espinosa de los Monteros:

Recién en Abril de 1895 ante la insistencia de la Corte Suprema, el Dr. Cordero entrega los telegramas más importantes generados hacia el gobernador del Guayas, pidiendo prudencia y discreción en su manejo: “Solo por el reiterado decreto de ese Excmo. Tribunal, pongo en sus manos los telegramas adjuntos, confiando en que el patriotismo, discreción y prudencia de tan digna corporación dispondrán que no lleguen a ser del dominio público los delicadísimos fundamentos en que el Sr. Caamaño se apoyaba (muy de buena fe, sin la menor duda) para empeñarse en que se le preste un servicio a Chile, nación de la cual hemos recibido varios y muy importantes servicios”.

De ser necesario-dice el ex Presidente- dispondré a mi amanuense que colabore en el descifrado de los telegramas, a pesar de que la clave ya fue entregada a la Excma. Corte.
He aquí, un ejemplo de cómo se remitía el telegrama, lo cual de paso me hace acuerdo de aquellos documentos que remitía al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, en mi calidad de Agregado Militar en los Estados Unidos. Había cambiado la tecnología, sin dejar de tener el mismo objetivo, en el manejo de los asuntos internacionales.

Sr. Gobernador:
Estamos acordes en que se le 26.19.47. a 4.40.50.37.47.11. El servicio que 5.47.24.47.3.11.pero hay que 26.47.35.24.3.19.11.

Las consecuencias de la venta del “Esmeralda”


Desde el mes de marzo, hasta la renuncia del Presidente en el mes de abril, los hechos de armas que se produjeron son impulsados por Camilo Ponce Ortiz, candidato perdedor en todos los procesos electorales a los que se había presentado. El 24 de marzo en la ciudad de Ibarra se subleva la columna Victoria de la guardia nacional; los días 25, 26 y 27 se dan combates en Tulcán. Las fuerzas del gobierno compuestas por un regimiento de caballería de línea, una compañía del batallón 22 de la guardia nacional y la compañía “Leales del Norte” sometieron a las fuerzas sublevadas, con lo cual quedó derrotado el alzamiento liberal.

El 10 de abril, en Quito, se insurrecciona el batallón “Flores”; nuevamente Ponce se encuentra al mando de los insurrectos. El Gral. Sarasti toma el mando de los leales al gobierno, concentrando su esfuerzo en el cuartel de Artillería con unidades de la policía, la columna No 4 de la guardia nacional; y posteriormente, los cadetes del Colegio Militar. Se dieron enfrentamientos en el centro de la ciudad, en el Carmen Bajo y en Santa Bárbara. El Presidente Cordero se unió a las fuerzas del Gral. Sarasti en los bajos del Palacio de Gobierno. A las tres de la mañana del día once, las fuerzas del gobierno sometieron a los insurrectos que se habían retirado a las instalaciones del batallón Flores. El saldo de la revuelta fue de 50 muertos, 33 heridos y 80 prisioneros.

Se ha extraviado el concepto público -dirá Luis Cordero- en cuanto al odioso asunto del buque de guerra “Esmeralda”. “No ha incurrido  mi gobierno en culpa alguna que con razón pueda imputársela: sus actos fueron lícitos; sus intenciones rectas. Pero el voto dominante en la República es el que debo dimitir; y como tengo por máxima inconcusa la de que no es republicano gobernar contra la opinión, voy a dejar la Presidencia, cumpliendo con lo que me parece un deber”.

El 16 de abril de 1895, el Presidente de la República presenta la renuncia de su cargo al Consejo de Estado, con el fin de que “la paz se restablezca, el orden se consolide y no siga corriendo sangre de hermanos, en una bárbara contienda civil”.

En ese mismo día, el Presidente adjunta una “Proclama” a su renuncia, en la cual se manifiesta a los ecuatorianos sobre los problemas surgidos a “pretexto” del odioso asunto del Esmeralda:

“Corromper a algunos cuerpos de nuestro brillante ejército, con mengua de la honra militar del Ecuador, nunca más aquilatada que en la época presente, es uno de los inmorales recursos a que apela, sembrando de nuevo para lo porvenir el funesto germen de las conmociones de cuartel, que ya teníamos por fenecidas. La inopinada sublevación de una columna de Guardia Nacional, en Ibarra, y el escandaloso levantamiento del batallón No 5, en esta capital, son aciagos preliminares del trastorno militar que se proyecta” (22)  Diario oficial No 361 del 24 de abril de 1895.

Al aceptar el Consejo de Estado la renuncia del Presidente, asume el poder el Dr. Vicente Lucio Salazar. Mantiene en su cargo al Sr. Gral. José María Sarasti, como Ministro de Guerra y Marina. Decreta un indulto general a todos los ciudadanos que hubieren hecho armas contra el orden constitucional, incluyendo a los prisioneros de guerra. Fija el llamamiento a nuevas elecciones para el 28 de mayo de 1895.

Cordero fue acusado de peculado, de contrabando, de anti patriotismo, de traición a la soberanía y más delitos. Caamaño confesó la verdad del hecho, demostró que ni personal ni oficialmente había peculado alguno de por medio, asumió su responsabilidad. La oposición política persiguió a Cordero hasta su destitución, producto de la cual se inicia el periodo liberal. La llamada “Venta de la bandera”, un servicio prestado a Chile se convirtió en el argumento de lucha de la oposición. Un acto abusivo del gobernador del Guayas, dio pretexto a un abuso de Chile, y trajo como consecuencia, un tumulto en la política ecuatoriana. La “Venta de la Bandera” revivió a las “montoneras alfaristas” y catapultó su presencia al Poder. 


LAS QUISICOSAS LEGALES


El Dr. Luis Cordero Crespo, en su calidad de ex Presidente de la República, regresa a su tierra natal, en la provincia del Cañar, y se recluye en su hacienda de Guintil, posiblemente con todo un cargamento de documentos relacionados con el “odioso asunto”, acompañado de más de un abogado preparando su defensa, y viajando constantemente a Cuenca para contestar el sinnúmero de solicitudes presentadas por el Presidente de la Corte, el abogado Acusador de oficio, el Acusador particular, los abogados defensores de Caamaño, Noguera, Solórzano y de otros comprometidos en el negociado de la bandera. Entre las quisicosas que se discuten y se exponen en el léxico jurídico, asoman aquellas que tienen relación con los documentos reservados por consideraciones de orden internacional que siempre defendió el presidente Cordero, la necesidad de que se presenten documentos por los cuales el gobierno nacional delega el manejo de ciertos asuntos de Estado al Gobernador o a los Ministros, el manejo de las claves consignadas en los documentos internacionales y la responsabilidad de los funcionarios en su custodia y en su empleo.

Como defensor del principal inculpado del negociado, el Sr. Caamaño, actuaba el doctor Jacinto Ramón Muñoz, quien insistentemente solicita la presentación de los telegramas remitidos por Luis Cordero a Caamaño, muchos de ellos, según el ex Presidente no pueden ser publicados en un proceso judicial, por las implicaciones de carácter internacional, “para que de allí las tome la prensa indiscreta y las entregue a la crítica de todo el mundo”.

El 29 de febrero de 1896 se cita a través de la Corte Suprema a los señores Dr. Luis Cordero, Alejandro Cárdenas y general José María Sarasti para que reconozcan los respectivos telegramas presentados por el defensor de Caamaño y de los ex – cónsules. Se pide al Jefe Supremo de la República, Gral. Eloy Alfaro, para que permita que el general Sarasti salga de prisión, con el objeto de que comparezca a la diligencia.

Con las exigencias legales se volvía, como siempre, al cuento de todas las veces, es decir, al origen del “odioso asunto” para tratar de encontrar la punta del hilo del enredado ovillo. Casi no se ganaba nada. Además, ¿Qué hacían el fiscal, el juez, el grafólogo frente a la clave intraducible casi en su totalidad?

EL “ODIOSO” ASUNTO EN MANOS DEL PARLAMENTO NACIONAL


El 9 de octubre de 1896 se reúne en Guayaquil la Convención Nacional convocada por el general Eloy Alfaro, en su calidad de Jefe Supremo. Esta misma Convención nombra a Alfaro como Presidente Interino de la República, y una vez sancionada la Carta Política en diciembre de este año, es nombrado Presidente Constitucional para el periodo 1897-1901.

Apenas dos días después de instalada la Convención Nacional, se pone en segunda discusión el proyecto de decreto sobre la amnistía general a todos los involucrados en el caso del crucero “Esmeralda”. El proyecto no prospera; el 23 del mismo mes, el diputado por la Provincia de León, Sr. Peralta al hablar sobre el tema dice: “El principal objeto de la revolución fue castigar a los complicados en el negocio del buque Esmeralda; deseo que se solicite informe del estado de la causa y, ojalá- si tuviera apoyo- que la Asamblea avocase el conocimiento de ello.”

El tema se dilató entre las quisicosas políticas hasta el 23 de mayo de 1897, fecha en la  cual, la Asamblea acepta acusación contra el ex Presidente Cordero y sus Ministros por el caso buque “Esmeralda”. El Secretario de la Asamblea pone a conocimiento de la Corte Suprema en los siguientes términos:

“Por hallarse ausente de esta Capital el Dr. Luis Cordero, ex Presidente de la República, la H. Asamblea en la sesión de ayer y de conformidad con la ley de 19 de marzo de 1879, relativa al juzgamiento de altos funcionarios, tuvo a bien nombrar defensor de oficio del ex Presidente, Dr. Cordero, al Sr. Dr. Carlos Casares, sobre  el negociado del buque “Esmeralda”, lo que participo a usted para que llegue a conocimiento del sindicado. El Diputado Secretario, Luciano Coral”.

La Comisión nombrada para el juicio  acusa al ex Presidente de la República, y a  sus Ministros Cárdenas y Sarasti, como responsables de la simulación de un contrato y contra la manifiesta conveniencia de la República y suposición de personas, así como de la malversación de los caudales públicos, hechos comprendidos en los artículos 256, 257 y 271 del Código Penal.

De acuerdo al procedimiento implementado en la Asamblea, se prevé un Gran Jurado para que se pronuncie sobre el tema en el plazo de ocho días. El Dr. Casares urge información al Dr. Cordero, mismo que manifiesta “Yo no he cometido crimen alguno”.

Durante todo el proceso seguido en la Asamblea Nacional, Luis Cordero se encuentra entre Cuenca y su hacienda, y telegráficamente  se mantiene informado a través de su hijo político Roberto Espinosa y su abogado defensor. Reclama la inclusión del artículo 271 en el juicio político cuando afirma: “¿Quién nos ha coartado con ofertas o presentes? Nadie ha sostenido tal infamia mía, ni hay acto injusto en simple proposición frustrada de compra posible. No entiendo lo de suposición de personas. En cuanto a malversación dígame de qué caudales se trata?”

En el Parlamento actúan como acusadores los diputados Egas, Triviño y Cevallos; no existe un acusador de oficio. Los abogados defensores de Cárdenas y Sarasti son el Dr. Marín y L. Pino.

UNA CARTA DEL DR. MANUEL CORONEL A SU CUÑADA DELFINA HINOSTROZA



La inserto únicamente por ser un retrato de lo que normalmente ha venido sucediendo en este tipo de eventos políticos a lo largo de la historia republicana, con mayor incidencia en la mediocridad de los Congresos de los últimos 30 años.

“En la Asamblea que debía clausurarse mañana, y que ya el gobierno exige que sea el sábado, todo es una babilonia y precipitación. Las leyes de más trascendencia han dejado para esta hora suprema. El salón parece la pieza donde está muriendo uno de esos ricos que han vivido en la disipación, sin temor de Dios ni del diablo: unos entran, salen otros, a cada rato se queda sin quórum, y todos agitados, pidiendo esto, rogando por aquello. Lo mismo que al moribundo; Señor, que declare esto; señor, que disponga aquello: señor, que me mande a devolver ese otro…Yo que he sido el burro de carga, pues para todo; Dr. Coronel, de formulando un proyectito: Dr. Coronel, como allanamos esta dificultad.. Ayer resolví encogerme de hombros; anuncié que no metía más la mano en nada y empecé a desechar uno y otro proyecto nuevo, sin más razón que ser nuevo, y así continuaré hasta el fin. Ya me han pagado las dietas del mes de abril y medio mayo.”

“Luis Cordero y su Ministro Cárdenas fueron sometidos a juicio por el asunto Esmeralda-bandera. Solo estuvimos a favor; yo, Miguel Egas, Gonzalo Córdova, Félix María Erazo y Roberto Andrade, pero éste expuso que lo hacía por pena de considerar a los acusados como a unos brutos y dementados, que se habían dejado engañar de Caamaño, y después del veredicto contra los dos, presentó un proyecto de decreto en que se declaraba infame, traidor, etc, al pícaro, tuerto, ladrón, etc, y se mandaba cubrir permanentemente con un velo negro su retrato en el salón de sesiones. Cuando esto se propuso, a eso de las once de la noche, me levanté echando materialmente un ajo y me mandé a cambiar para comer a esa hora. Felizmente la Cámara ha desechado el proyecto.”

En la noche del 9 de junio, con apenas 5 votos en contra de la resolución, la Asamblea dispuso formación de causa contra el ex Presidente y Alejandro Cárdenas. El general Sarasti  fue absuelto.

Cuenca, junio 23 de 1897
Dr. Carlos Casares.-
Muy distinguido señor doctor:

“Con la llegada de mi hijo político Roberto Espinosa, he quedado al corriente de todo lo ocurrido en la ruidosa cuestión del “Esmeralda”, tan abultada por los señores del partido liberal, y en la que mi conciencia- severo pues de todo hombre honrado-no me imputa delincuencia alguna.”

“El resultado, en la Asamblea de dichos señores, no ha sido otro que el previsto por mí; pues, era necesario que la revolución cohonestase mis procedimientos. No me ha sorprendido, pues, en manera alguna, ni perturbado la serenidad con que, de mucho tiempo a esta parte, miro todas las injusticias humanas. Tarde o temprano ha de prevalecer sobre estar la justicia de Dios.”

“Por ahora cumplo con el grato deber de darle las más expresivas gracias por su brillante defensa a favor mío. Cuantos han tenido la honra de oírla están acordes en ponderarla como deben, sin exclusión de mis enemigos. Nada me importa la condición procesado en que me ha puesto la pasión política. He tenido, en compensación, el ilustrado voto de usted; pues, un abogado de su talla no patrocina en caso alguno causas que, en su concepto, no sean justas. Su defensa y la de los dos caballerosos compañeros, doctores Andrade Marín y Pino, sea el único veredicto que yo reconozca, especialmente al considerar que el fallo de la Corte Suprema tiene que concordar con el dictamen de ustedes, si los jueces son íntegros, como no lo dudo, y tenemos el Dr. Cárdenas y yo la suerte de que nos defiendan los mismos jurisconsultos.”

“Pero de esto trataré en carta posterior. La presente se concreta a expresarle mi cordial reconocimiento y manifestarle la sinceridad con que tengo la satisfacción de suscribirme su muy agradecido y atento amigo. Luis Cordero.”

En cumplimiento a lo resuelto por la Asamblea Nacional, se emite el decreto legislativo mediante el cual se dispone a la Corte Suprema de Justicia, se inicie la causa contra el ex presidente de la República y ex Ministro de Estado, por  simulación de contrato, suposición de personas y malversación de los caudales públicos.

Aprovechándose de este decreto, políticamente se intentó formar un solo proceso con el que se seguía en contra de Caamaño y los ex cónsules en New York y Valparaíso, ante lo cual la defensa pidió la revocatoria de lo actuado ante la Corte de Justicia, la misma que accedió al pedido de la defensa.

Caamaño fugó del país luego del manifiesto en el cual aceptaba su culpabilidad. No se conoce si recibió o no la comisión pactada en cuatro mil libras esterlinas.

La Corte Suprema de Justicia pide a través del consulado en España el exhorto para que las autoridades españolas procedan a tomar declaración a J.M.Placido Caamaño respecto de los actos por los cuales se le acusa en el juicio seguido por la corte. Caamaño al parecer residía a esa fecha en Barcelona.


A MANERA DE CONCLUSIÓN


Un año aproximadamente duró el juicio dispuesto por la Asamblea Nacional, con la presentación de pruebas y documentos por parte de los acusadores y defensores, dentro del lento y burocrático trámite legal que se lleva en el país. Cerca de cuatro años duró el “odioso asunto del buque Esmeralda” desde que los traficantes de armas, en contubernio con importantes casas comerciales de la época, con representantes en los países involucrados en el caso, cohonestaron a los funcionarios ecuatorianos encabezados por el Cónsul del Ecuador en New York, y orquestados por el ex Presidente de la República, Sr. José María Plácido Caamaño.

Llevaron a dos países hermanos a cometer un acto que atentó a las normas de neutralidad del derecho internacional, a la dignidad de un país representado por su bandera, a una gratuita ofensa del gobierno chileno, y cuyas consecuencias arrasaron con la endeble democracia ecuatoriana implementada  por un periodo progresista que dio término, acosada por la prensa y la oposición liderada por patriarcas políticos derrotados en las urnas, y que generaron el resurgimiento de las ideas liberales que prácticamente habían sido eliminadas en los diferentes gobiernos progresistas, para dar paso a una nueva forma de gobierno, a un nuevo modo de pensar respecto de aquellos que persistieron durante todo el siglo XIX.

El “odioso” asunto del crucero de guerra “Esmeralda", no fue otra cosa que un negocio pensado y llevado a cabo por vendedores de armas, aprovechando las condiciones de beligerancia de dos países, la debilidad moral de funcionarios con el título de diplomáticos, la prepotencia de un ex presidente de la República en un cargo por el cual pasaban todas las comunicaciones y resoluciones de la Presidencia y que intentaba de alguna manera encontrar apoyo en el gobierno chileno para obtener armas que le permitan destruir una revolución en marcha y zanjar un problema de límites con su vecino el Perú.

Un gobierno que pecando de ingenuo se vio arrastrado a la vorágine de una oposición ciega, apoyada de una prensa vocinglera y escandalosa que culminó con la renuncia del cargo del primer magistrado, y el resurgimiento de una revolución que se encontraba moribunda.

No cabe la menor duda sobre la inocencia del presidente Cordero. El proceso judicial, la correspondencia privada y el juicio de la historia emitido a través de testimonios de valiosos escritores nacionales y extranjeros, así lo determina.

“Cordero, sin duda, fue inocente. Hombre honorable, pero ingenuo, debe haber creído que por ese medio, tan desusado, por decirlo menos, conseguiría el apoyo de Chile para la solución de nuestro conflicto con el Perú” (23) Alfredo Pareja Diezcanseco.- Historia de la República.

“Ante el escándalo producido, Caamaño confesó la verdad del hecho. Demostró que ni personal, ni oficialmente había peculado alguno de por medio. Asumió plenamente la responsabilidad del hecho, por lo cual Cordero lo destituyó, lo mismo que destituyó a todas las personas implicadas en el negocio chileno.-  japonés, que había hecho las cosas con desdoro del nombre ecuatoriano”.(24) Gabriel Cevallos García. Historia del Ecuador.


PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

Señor Ministro Presidente:

“Vista y detenidamente estudiada esta causa, con el interés que en especial demandó la vindicta pública, cuando los lesionados son los más caros intereses de la Nación, yo no trepidaría por miramiento alguno a favor de los reos, sean de la elevada condición que fuesen, si hubiera encontrado un solo dato que induzca siquiera sospecha de que, en los atentados que denunció la prensa, poniendo en justa inquietud y armas a la República, tuvo el Gabinete de entonces alguna responsabilidad inmediata o al menos indirecta. El imperioso deber de mi cargo, el respeto inviolable que es debido a la moral, como primer fundamento de la vida de las naciones; el amor patrio herido en sus fibras más sensibles; aún, mi propio carácter y la consecuencia que debo a mis antecedentes y principios políticos, habrían hecho retemblar mi firmeza en exigir la aplicación rigurosa de la ley penal. Mas la verdad es antes que todo. Ella no está en pugna con ninguna de esas consideraciones, antes coopera con ellas y juntas me dictan el parecer de que debe sobreseerse definitivamente a favor de los ex – Presientes de la República y su ex –Ministro de Hacienda, contra quienes mandó proceder la Convención Nacional en acuerdo de 7 de junio de 1897.”

“El cuerpo de actuaciones que componen el sumario que ha servido de base para el de los altos funcionarios sindicados y que honra la sinceridad de la Presidencia de la Corte Suprema en indagar todas las circunstancias de la gravísima imputación, no presenta contra los señores a que me refiero, sino el telegrama reconocido por ellos, en que dijeron al gobierno de Chile que el del Ecuador deseaba comprar el Crucero “Esmeralda” y comisionaba al Cónsul Noguera para que tratase sobre el particular. Este documento, aún prescindiendo de las patrióticas razones con que lo explican sus autores, y que por cierto no desdicen de sus honorables prendas personales notorias, si bien han dado involuntario apoyo a los hechos posteriores, más o menos criminosos, en que ha tomado el nombre del gobierno ecuatoriano, no forma por si solo el cuerpo constitucional de infracción ninguna penada por la ley. Es así como es evidente que no hay deshonra donde no hay delito, así también lo es que no cabe enjuiciamiento por actos no prohibidos en derecho.”

“En cuanto a la escritura de compra y venta del “Esmeralda” otorgada en Valparaíso en 30 de noviembre de 1894, escritura con la que se dice principió la convenida perpetración de un contrabando de guerra a favor del Japón, y con la cual se autorizó el aleve uso de la bandera nacional, no se puede menos de concluir que no consta que el gobierno hubiese dado orden ni poderes para otorgarle; no consta que el gobierno hubiese tenido conocimiento de los manejos para otorgarle, ni que las hubiese hecho ratificar; no constan órdenes de pago, ni diligencias legales, indispensables para la validez del contrato; no consta, por último, que el gobierne hubiese dado orden alguna valedera sobre el uso del pabellón, ni menos sobre reventa del buque a los japoneses, también de imposible validez, sin decreto legislativo.”

“Pero, sobre todo, contrayendo especialmente la atención, como es del caso, a los puntos materia de la acusación propuesta ante la Convención Nacional que han tenido que ser los de mayor certidumbre y gravedad para esa Honorable Corporación, interesada de modo muy principal en el esclarecimiento de estos hechos, hay que observar;”

“1ro. Que no siendo el Presidente de la República por la Constitución vigente, como no ha sido por las anteriores, responsable de infracciones de ley en el ejercicio de sus funciones, sino solamente de las infracciones de la Constitución, y no encontrándose en los autos ni sombra de las de esa clase, la Corte Suprema no puede, sin extralimitarse de sus facultades, violando la ley proceder en seguir conociendo en este asunto contra el ex –Presidente, Señor Dr. Luis Cordero.”

“2do. La “ficción de contrato y suposición de personas”, de que hablan en su resumen los señores informantes o acusadores ante la Asamblea, no son por si solas infracciones de ninguna clase, pues no hace mención de ellas el Código Penal. La suposición de personas está en el artículo 12, como una de las falsedades que se cometen en las escrituras por los funcionarios encargados de la fe pública, y no cabe suposición de que, en la escritura en referencia, hayan actuado el ex –Presidente ni sus Ministros.”

“3º. El cuerpo del delito en infracciones de falsificación de las que trata el artículo, no puede consistir sino en la evidencia de las firmas de los falsificadores, y en todo el proceso no se halla una firma de los sindicados en acto alguno pesquisable.”

“4to. La escritura del supuesto contrato ficticio, y el contrato mismo, son actos verificados en Valparaíso, y aún cuando fueran penales, no podrían ser juzgados por los Tribunales del Senado, cuya ley de enjuiciamiento no les da jurisdicción sobre infracciones cometidas por ecuatorianos en país extranjero, sino en casos que no son los del tal contrato Artículo 3ro y 5to.”

“5to. La malversación de caudales públicos, no solo no está comprobada y tiene por esos que refutarse falsa, sino que la desmiente; además, los informes del Sr. Presidente del Tribunal de Cuentas, el de los peritos contadores y el del actual Sr. Ministro de Hacienda, con el hecho de desconocerlas absolutamente, a pesar de su especialísima competencia y los innumerables arbitrios con que hubieren podido descubrirla.”

“Por lo expuesto, Sr. Presidente, repito que es de rigurosa justicia el sobreseimiento definitivo a favor de los señores Dres. Cordero y Cárdenas, con lo cual, para satisfacción de la República, se librará también de cargo semejante la historia de sus Gobiernos.”

Quito, junio 6 de 1898.

f) Adolfo Páez

Quito, junio 6 de 1898, las doce.- Autos.-

f) Espinosa de los Monteros”

Ensayo publicado en el Boletín No 2 de la Academia Nacional de Historia Militar, Año 2011